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La confianza en los sectores comercial e industrial de Colombia mostró movimientos significativos en agosto de 2024, lo que podría reflejar tendencias claves en la actividad económica del país. Según el centro de pensamiento Fedesarrollo, la confianza comercial, medida por el Índice de Confianza Comercial (ICCO), se ubicó en 13,8 %, lo que significa una disminución de 3,2 puntos porcentuales (pps) respecto a julio (17 %).
Este retroceso está relacionado principalmente con un aumento en el nivel de inventarios, lo que sugiere que los comercios están acumulando más productos de lo esperado, una señal de que la demanda puede estar enfriándose.
Cuando los inventarios crecen, puede indicar que los comerciantes no están vendiendo tanto como planeaban. A su vez, esto afecta sus expectativas sobre el futuro cercano. De hecho, las expectativas sobre la situación económica para los próximos seis meses disminuyeron en 4,0 pps, lo que revela incertidumbre respecto al comportamiento del mercado en el corto plazo.
A pesar de esta caída mensual, el ICCO sigue siendo más alto que en agosto del año anterior, cuando alcanzó 12,4 %. Esta mejora interanual, aunque modesta (1,4 pps), sugiere que los comerciantes son más optimistas ahora que en 2023, probablemente impulsados por una percepción de que la situación actual es más favorable que la de hace un año.
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Confianza industrial en terreno negativo
En el sector industrial, la situación es más delicada. El Índice de Confianza Industrial (ICI) se ubicó en -1,4 % en agosto, lo que significa que hay más empresarios industriales con una perspectiva negativa que positiva sobre el desempeño de sus negocios.
Según Fedesarrollo, esta cifra refleja una leve caída de 0,2 pps respecto a julio de 2024, pero lo más preocupante es la comparación con el año pasado: el ICI cayó 5,1 pps en comparación con agosto de 2023, cuando estaba en 3,7 %.
La disminución en la confianza industrial está directamente vinculada a las expectativas de producción para los próximos meses, que han bajado 4,2 pps en agosto. Si los industriales no anticipan un aumento en la producción, esto podría significar un enfriamiento en la actividad manufacturera, lo que impactaría el crecimiento económico general.
A su vez, la caída en las expectativas de producción también refleja un menor optimismo respecto a la demanda futura, ya que los empresarios no ven suficientes señales de crecimiento sostenido.
El volumen actual de pedidos, que aumentó en 2,0 pps en agosto, podría indicar que, a pesar del pesimismo sobre el futuro, la demanda en el corto plazo ha sido un poco mejor de lo previsto. Sin embargo, esta mejora no ha sido suficiente para revertir la tendencia a la baja en la confianza industrial.
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¿Cuál es la expectativa a futuro de los comerciantes e industriales?
En el frente de las expectativas a largo plazo, la capacidad instalada de las empresas industriales, es decir, cuánto de su capacidad de producción están utilizando, aumentó ligeramente en agosto, lo que sugiere que están operando a niveles más altos que en meses anteriores.
Sin embargo, la percepción de las condiciones económicas para invertir sigue siendo baja. Solo 12,3 % de los industriales considera que las condiciones actuales son favorables para invertir, mientras que 44,2 % ve el panorama económico como desfavorable.
En cuanto a las condiciones sociopolíticas, la percepción también ha empeorado, con 60 % de los empresarios considerando que no son propicias para la inversión. Este sentimiento podría estar influenciado por la incertidumbre política y las tensiones en varios frentes.
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