¿Por qué es clave tener un censo económico, que no se realiza hace tres décadas?

El censo económico más reciente se hizo en 1991, por lo que Colombia tiene más de tres décadas sin una actualización detallada de cómo se encuentran las industrias manufactureras, la construcción, el transporte, los servicios financieros, aseguradores y domiciliarios, entre otros sectores.

El censo económico más reciente se hizo en 1991, por lo que Colombia tiene más de tres décadas sin una actualización detallada de cómo se encuentran las industrias manufactureras, la construcción, el transporte, los servicios financieros, aseguradores y domiciliarios, entre otros sectores.

Hoy por hoy la información de este tipo de renglones de la economía se puede conseguir, principalmente, en las agremiaciones, cámaras y organizaciones a las que se encuentran vinculadas. Pero estos datos, además de estar dispersos, pueden no estar actualizados o no mostrar el panorama completo de estos sectores.

Con la intención de levantar información más precisa que permita establecer una hoja de ruta que le sirva al país para los próximos 10 años, el DANE empezó a recorrer las ciudades en el marco del nuevo censo económico, el cual trae como gran novedad la inclusión de la economía popular.

Con el censo económico, la entidad, literalmente, caminará calle por calle para recoger la información de cada negocio de forma indiscriminada. El interés puede ir desde una droguería, pasando por una panadería y llegando hasta la casa en donde hay una modista que se dedica a remendar ropa. Ese nivel de detalle es lo que hace especialmente valioso a este esfuerzo estadístico.

En entrevista con El Espectador, la directora del DANE, Piedad Urdinola, explicó que para la realización de este censo se invirtieron $302.000 millones, los cuales se destinaron, en parte, para la contratación de unos 10.000 colaboradores (de los cuales cerca 9.000 son encuestadores), la compra de tabletas para diligenciar los formularios, así como el desarrollo de una infraestructura tecnológica para el almacenamiento y procesamiento de los datos.

Según información de Naciones Unidas, por cada dólar que invierten los países en producción estadística hay un retorno en desarrollo de US$32. Por lo que la información que se genere será un bien inmaterial para todos los colombianos.

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Pero esta titánica labor no se hace de un día para otro. Por lo menos durante los últimos cuatro años el DANE se dedicó a adelantar lo que se denomina como la etapa pre censal, es decir, la preparación que implica un censo, que va desde pensar los sectores que se van a medir, el cómo se van a analizar, el diseño de cada una de las preguntas y el entrenamiento de los miles de colaboradores que saldrán a las calles para recabar toda la información.

“También tuvimos pruebas pilotos y experimentales, en las que evaluamos hacia dónde ir, cómo llegar y qué preguntar. Esto es como mover un batallón de personas para ponernos de acuerdo”, detalló Urdinola.

Sin embargo, y de cara al uso de tecnologías que no se tenían hace tres décadas, el DANE también le ha apostado al autollenado web y los registros administrativos, los cuales son formas virtuales de levantar esta información. Es por esto que, a algunos sectores, llegarán cuestionarios digitales para que sean diligenciados, permitiendo así que todo el proceso pueda ser más ágil y eficiente.

Para todo este andamiaje tecnológico también se tuvo que contratar ingenieros, procesadores y analistas de datos, así como servicios de almacenamiento.

“Recogeremos información sobre actividad económica, ventas, ingresos, número y características de los empleados, costos, gastos, activos y formalidad e informalidad empresarial”, explicó Urdinola, al precisar que entre los formularios se encontrarán preguntas como “¿Cuáles fueron sus ingresos el año pasado?”, “¿Cuántos empleados tiene?”, “¿Cuántos de ellos están afiliados a la seguridad social?”, entre otras.

La directora del DANE recordó que la entidad garantiza y trabaja con la reserva estadística, es decir, que todo dato recopilado es anonimizado y que bajo ninguna circunstancia el departamento comparte (ni con el sector público, ni con el sector privado) la fuente de la información que recopila.

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Urdinola recordó que la información que produce el DANE es un bien público, por lo que los usos que se le dé a la misma son diversos.

Para el Gobierno, por ejemplo, estos datos serán cruciales para el diseño de políticas públicas más efectivas que fomenten el crecimiento de la economía, la creación de empleo, medir la productividad y dinamizar la competitividad; para las empresas será útil para comprender las tendencias del mercado, la competencia y las oportunidades de inversión; mientras que para la sociedad en general, como la academia y los medios de comunicación, servirá para comprender mejor la realidad económica, los movimientos que está teniendo el país, así como la participación de debates más informados de cara al futuro.

Se espera que los resultados preliminares se publiquen a finales de este año, en diciembre, mientras se trabaja para que en el transcurso del próximo año se publiquen los resultados definitivos.

El reto, como lo menciona Urdinola, es que se pueda llegar a cada rincón de las ciudades en el país, con todas las complejidades que esto implica en materia de transporte y seguridad en áreas denominadas como “zonas rojas”. “Allá llegaremos. Lo que nos importa es tomar la información”, concluyó.

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