¿Qué está pasando en la industria automotriz colombiana?
Son varios los factores que se han sumado para que este sector no pase por su mejor momento. Esto es lo que muestran las cifras y lo que dicen algunos análisis sobre el momento actual y el futuro.
Diego Ojeda
La industria automotriz atraviesa por una temporada compleja, en medio de un consumo irregular, tasas de interés altas y el cierre de la histórica planta de Colmotores en Bogotá, que se sintió como una alarma a lo largo de la industria.
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La industria automotriz atraviesa por una temporada compleja, en medio de un consumo irregular, tasas de interés altas y el cierre de la histórica planta de Colmotores en Bogotá, que se sintió como una alarma a lo largo de la industria.
Sobre el cierre de la planta de Colmotores, Santiago Chamorro, presidente de General Motors en Sudamérica, dijo en su momento que “se hizo todo lo posible para que la producción continuara en Colombia”. Incluso, ante el adverso panorama, la compañía invirtió unos US$50 millones con la esperanza de que la industria tuviera una reactivación, pero con el paso del tiempo las cifras no mostraron el tan esperado repunte.
De las 40.000 unidades que proyectaban producir con el Chevrolet Joy, solo se llegó a 11.000. Y esto no solo porque la industria nacional estuviera experimentando un enfriamiento, pues en materia de exportación se pasó de 300.000 unidades a 185.000. En suma, la demanda ha bajado y con ella la producción.
Las cifras del sector automotor en Colombia
De acuerdo con información de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos) se puede ver que durante el primer bimestre de 2024 se registraron 27.206 vehículos, lo que se traduce en una reducción de 8,37 % si se compara con el consolidado del mismo periodo del año anterior.
Los números revelan que el mercado viene de experimentar otras caídas, pues en 2023 la reducción fue de 18,89 %, mientras que su variación anual fue de -28,9 %, al pasar de casi 262.600 unidades a poco más de 186.800.
Por marcas, de las cerca de 150 que se encuentran registradas en el país, poco más de 20 registraron repuntes (entre estas, el grueso son empresas que comercializan pocas unidades); la mayoría consolidó caídas al cierre de 2023, con un promedio del 28,9 %. Entre las que se observó un mayor retroceso se encuentran Volkswagen (-55,6 %), Suzuki (-51,9 %), Renault (-46,6 %), Chevrolet (-42 %) y Kia (-17,4 %).
Las motocicletas, aunque siguen siendo el segmento más saludable de la industria, también tuvieron un comportamiento negativo, pues en 2023 se matricularon 696.360 unidades, lo que significó una variación de -15,3 %. También hubo una baja en los traspasos, con un descenso de 18,9 %.
Solo los vehículos eléctricos evidenciaron un repunte, pues se pasó de matricular 27.845 en 2022 a 31.500 en 2023, lo que significó un aumento de 13,1 %. Gran parte de esta creciente demanda respondería a las restricciones de movilidad que tienen ciudades como Bogotá, en donde se exceptúa de la medida del pico y placa a vehículos con tecnologías de bajas emisiones.
Las cifras del Dane muestran que, de hecho, las ventas de vehículos, así como sus repuestos, partes, accesorios y lubricantes, son las líneas de mercancías que más están experimentando caídas, con unas variaciones anuales que, en marzo, consolidaron un -14,45 % y un - 19,8 %, respectivamente.
¿Qué está pasando?
En entrevista con El Espectador el presidente de Renault - Sofasa, Ariel Montenegro, explicó que el actual panorama es el resultado de la mezcla de una serie de factores, entre los que se destaca la inflación.
“Podemos hablar de un efecto pospandemia. Un rebote tras el disparado consumo que hubo en 2021 y 2022, los que llevó a que cada vez más personas terminaran comprando con una alta tasa de interés. Esto pasó factura el año pasado con alto nivel de endeudamiento y morosidad, lo que ha hecho que la gente no pueda comprar con un apalancamiento financiero tan grande, como el que suele solicitarse al momento de adquirir un vehículo”, detalla.
Los datos de la empresa financiera Trasunion van en esta misma línea. En su más reciente reporte se muestra que la morosidad superior a los 60 días en los créditos de vehículos llegó a 7,1 % durante el primer trimestre del año, lo que a su vez implicó un aumento de 2,62 puntos porcentuales frente al consolidado en el mismo periodo del año anterior.
Es decir, no solamente un número importante de colombianos está batallando para cumplir con las cuotas de sus vehículos, sino que ha crecido la proporción de usuarios que se cuelgan en sus pagos.
Transunion detalla que, ante el actual panorama, también cada vez son menos las personas que se están acercando a una financiera a solicitar un crédito de vehículo, o que por lo menos logren que le otorguen uno. En el primer trimestre del año esta cifra cayó 22,7 %, lo que además implicó un recrudecimiento de 4,3 puntos porcentuales en esta materia frente al mismo periodo de 2023.
Montenegro añade que por el alza en los commodities y las complejidades geopolíticas, los costos para fabricar vehículos también han venido en aumento (una tendencia que podría prolongarse).
A esta ecuación de precio también habría que añadir que los carros cada vez más se están convirtiendo en complejos objetos tecnológicos (bien sea en reducción de emisiones, seguridad vial o conectividad), y eso tiene sus ecos en el costo final.
Otro importante ingrediente sería el desinterés que ha generado en muchos las restricciones a la movilidad (como las que se tienen en la capital), puesto que no resulta atractivo endeudarse por un vehículo que se puede usar solo dos o tres veces entre semana, a la par de que la movilidad eléctrica sigue estando fuera del alcance del grueso de la población.
A esto se suma que la tasa de renovación del parque automotor también se ha visto afectada. “La restricción de circulación hace que cada vez más la gente use menos el vehículo. En Bogotá, particularmente, un cliente de Renault hacía 10.000 km por año, mientras que hoy hace 8.000 km. Hoy lo utilizan menos, por ende se desgastan menos y es muy probable que se queden con sus vehículos más tiempo”, agrega Montenegro.
¿Qué se espera?
Más allá de panorama macroeconómico adverso, que pudiera revertirse tan pronto se estabilice la inflación y con esta las tasas de interés (que es algo que se espera que suceda el próximo año), la industria automotriz está pasando por una serie de dinámicas propias que, grosso modo, pudieran implicar un antes y un después.
Puntualmente en Colombia, el futuro pareciera estar en la exportación. De hecho, esa es una de las principales apuestas que tiene Renault - Sofasa que, en los últimos años, ha destinado sus esfuerzos a satisfacer también las necesidades del mercado internacional, llevando su producción a más de diez países de la región.
El mañana también está en la movilidad eléctrica, por lo que se hace imperante que este tipo de infraestructuras sean adoptadas en el territorio nacional, a lo que también se suma el acertado equilibrio que logre concertar el Gobierno en materia de comercio internacional con convenios y TLC, pues muchos de estos acuerdos abren las puertas para que la producción nacional llegue a otras fronteras, pero a su vez protege el mercado local.
En suma, las cifras y los expertos hablan de que esta industria está pasando por un momento complejo, pero el mismo no tiene por qué perpetuarse. Mientras la necesidad de movilidad siga vigente este mercado también lo estará, sin dejar de lado todos los desafíos que está trayendo los cambios en las necesidades y hábitos de consumo en todo el mundo.
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