¿Qué implica la entrada de los Gilinski a Sura y Nutresa?
No solo se romperá con la tradición paisa, sino que está el reto de mantener el valor de las acciones de Sura y Nutresa tras las OPA. Podría ser pie para negocios más agresivos que apunten a mayor rentabilidad.
Camilo Vega Barbosa
Terminó el ataque bursátil más agresivo de la Bolsa de Valores de Colombia. Se trata de las ofertas públicas de adquisición (OPA), lideradas por los Gilinski, que apuntaron a dos de las más importantes empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).
Por un lado está la OPA por el Grupo Sura que terminó el martes pasado obteniendo el 25,44 % de las acciones. Y este miércoles cerró la OPA de Nutresa, donde se obtuvieron 3.000 aceptaciones que le permiten comprar el 27,69 % de las acciones de Nutresa. Es decir, llega un nuevo jugador al GEA, un cambio que podría tener varias implicaciones y consecuencias.
Tradición paisa
El Grupo Empresarial Antioqueño es tal vez el conglomerado en donde más importa e influye la tradición. Pero ahora que los Gilinski son el segundo principal accionista de Nutresa (después de Sura, que tiene el 35 %) y Sura (el primero es el Grupo Argos, con el 30 %), el GEA tendrá que interactuar, cooperar y, por supuesto, hacer negocios con alguien que no viene de su bloque.
“Las empresas del GEA tienen una identidad muy clara, y esta gira alrededor del control de la élite antioqueña tradicional. Y eso ha estado ahí desde sus orígenes. Sus directivos siempre han tratado de proteger eso con distintos niveles de éxito. En su momento, las amenazas eran Ardila Lülle y Santo Domingo, y luego los del cartel de Medellín y ahora los Gilinski. Las directivas de estas empresas quieren que la élite tradicional antioqueña mantenga el control, pero esto parece cada vez más complicado”, explicó Javier Mejía, Ph.D. en economía de la Universidad de los Andes y posdoctor asociado de la Universidad de Stanford.
Para el experto, la entrada de Gilinski al GEA puede tener muchos efectos: “Quizá consolide a esta élite en ciertas dimensiones. Entonces, tal como en los 80, estuvieron dispuestos a abandonar Cine Colombia para mantener el control de Suramericana, y es posible que hagan algo parecido en este caso. Ahora, también es posible que surja un ambiente de cooperación entre los antioqueños y los gilinski, pero pues el tono de las declaraciones de ambos desde un comienzo sugiere que cada uno tiene planes independientes. Y parece que que están dispuestos a pelear por control.
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El estado de los negocios
Si bien hay un estricto y detallado reglamento, en teoría las acciones que lograron los Gilinski son suficientes como para tener un asiento en las juntas directivas de Sura y Nutresa. Un lugar donde podrá analizar, discutir e incluso proponer negocios. Pero gran parte de las estrategias dependerán del estado actual de las empresas.
Ómar Suárez, gerente de Estrategia Renta Variable Casa de Bolsa, explicó que “el Grupo Nutresa se destaca por ser una empresa con bajo nivel de endeudamiento, dándole mayor flexibilidad financiera y, por ende, mayor capacidad para realizar una compra orgánica o inorgánica. También la empresa ha mencionado en varias oportunidades que el principal objetivo es la generación de valor, que la rentabilidad (ROIC) sea mayor que costo medio ponderado de capital (WACC). De hecho, han venido buscando diferentes alternativas de innovación. Por ejemplo, desde hace unos años se han venido enfocando en alimentos saludables con adquisiciones de pequeñas empresas de este segmento. Incluso, incursionaron en el mercado de alimentos para mascotas”.
El Grupo Sura también viene dando de qué hablar en los últimos años por sus apuestas empresariales: “Ahora se está hablando de la separación de Bancolombia y Nequi con el objetivo de generar valor por medio de este último. Asimismo, ha habido movimiento en las otras empresas del Grupo, como Sura Asset Management (SUAM), en el segmento de fondos de pensión, y Suramericana, en el mercado de seguros. Estas empresas han venido haciendo adquisiciones importantes en Latinoamérica, por eso se encuentra en un momento de despalancamiento debido a que se endeudaron para estas operaciones, lo que les ha costado para rentabilizar estas inversiones”, indicó Suárez.
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Mantener el valor
Las acciones de Nutresa y Sura subieron 37 y 46 %, respectivamente, desde que se anunció la primera OPA de los Gilinski. Si bien se trata de ganancias impresionantes, puede ser también un arma de doble filo.
“Gilinski como socio no puede permitir que la acción regrese a su precio original. Compró estas acciones con una prima elevada que se justificaba plenamente si lograba el control de la compañía. Al no lograr el control, tiene dos caminos: el primero es ser un accionista muy activo, participar en las discusiones estratégicas, cuestionar las decisiones que tomen los administradores y promover decisiones de negocios más agresivas; el segundo camino es insistir en su búsqueda por el control de la empresa, es decir, intentar incrementar su participación accionaria”, comentó Luis Carlos Bravo, profesor de finanzas de Inalde Business School.
De hecho, para el experto los estados financieros de Nutresa pueden llevar a que los Gilinski “presionen por inversiones más agresivas, mayores niveles de endeudamiento, desinversión en el caso de activos poco rentables, etc. También puede pedir un plan de gestión alineado con expectativas de valor más elevadas, acordes con las valoraciones recientes que fueron contratadas por el GEA”.
Es claro entonces que la llegada de los Gilinski representa un punto de inflexión para el Grupo Empresarial Antioqueño. Ya sea por el golpe a la tradición paisa o las apuestas más arriesgadas que apunten a mayores inversiones, este conglomerado será foco de más atención desde ahora.
Terminó el ataque bursátil más agresivo de la Bolsa de Valores de Colombia. Se trata de las ofertas públicas de adquisición (OPA), lideradas por los Gilinski, que apuntaron a dos de las más importantes empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).
Por un lado está la OPA por el Grupo Sura que terminó el martes pasado obteniendo el 25,44 % de las acciones. Y este miércoles cerró la OPA de Nutresa, donde se obtuvieron 3.000 aceptaciones que le permiten comprar el 27,69 % de las acciones de Nutresa. Es decir, llega un nuevo jugador al GEA, un cambio que podría tener varias implicaciones y consecuencias.
Tradición paisa
El Grupo Empresarial Antioqueño es tal vez el conglomerado en donde más importa e influye la tradición. Pero ahora que los Gilinski son el segundo principal accionista de Nutresa (después de Sura, que tiene el 35 %) y Sura (el primero es el Grupo Argos, con el 30 %), el GEA tendrá que interactuar, cooperar y, por supuesto, hacer negocios con alguien que no viene de su bloque.
“Las empresas del GEA tienen una identidad muy clara, y esta gira alrededor del control de la élite antioqueña tradicional. Y eso ha estado ahí desde sus orígenes. Sus directivos siempre han tratado de proteger eso con distintos niveles de éxito. En su momento, las amenazas eran Ardila Lülle y Santo Domingo, y luego los del cartel de Medellín y ahora los Gilinski. Las directivas de estas empresas quieren que la élite tradicional antioqueña mantenga el control, pero esto parece cada vez más complicado”, explicó Javier Mejía, Ph.D. en economía de la Universidad de los Andes y posdoctor asociado de la Universidad de Stanford.
Para el experto, la entrada de Gilinski al GEA puede tener muchos efectos: “Quizá consolide a esta élite en ciertas dimensiones. Entonces, tal como en los 80, estuvieron dispuestos a abandonar Cine Colombia para mantener el control de Suramericana, y es posible que hagan algo parecido en este caso. Ahora, también es posible que surja un ambiente de cooperación entre los antioqueños y los gilinski, pero pues el tono de las declaraciones de ambos desde un comienzo sugiere que cada uno tiene planes independientes. Y parece que que están dispuestos a pelear por control.
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El estado de los negocios
Si bien hay un estricto y detallado reglamento, en teoría las acciones que lograron los Gilinski son suficientes como para tener un asiento en las juntas directivas de Sura y Nutresa. Un lugar donde podrá analizar, discutir e incluso proponer negocios. Pero gran parte de las estrategias dependerán del estado actual de las empresas.
Ómar Suárez, gerente de Estrategia Renta Variable Casa de Bolsa, explicó que “el Grupo Nutresa se destaca por ser una empresa con bajo nivel de endeudamiento, dándole mayor flexibilidad financiera y, por ende, mayor capacidad para realizar una compra orgánica o inorgánica. También la empresa ha mencionado en varias oportunidades que el principal objetivo es la generación de valor, que la rentabilidad (ROIC) sea mayor que costo medio ponderado de capital (WACC). De hecho, han venido buscando diferentes alternativas de innovación. Por ejemplo, desde hace unos años se han venido enfocando en alimentos saludables con adquisiciones de pequeñas empresas de este segmento. Incluso, incursionaron en el mercado de alimentos para mascotas”.
El Grupo Sura también viene dando de qué hablar en los últimos años por sus apuestas empresariales: “Ahora se está hablando de la separación de Bancolombia y Nequi con el objetivo de generar valor por medio de este último. Asimismo, ha habido movimiento en las otras empresas del Grupo, como Sura Asset Management (SUAM), en el segmento de fondos de pensión, y Suramericana, en el mercado de seguros. Estas empresas han venido haciendo adquisiciones importantes en Latinoamérica, por eso se encuentra en un momento de despalancamiento debido a que se endeudaron para estas operaciones, lo que les ha costado para rentabilizar estas inversiones”, indicó Suárez.
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Mantener el valor
Las acciones de Nutresa y Sura subieron 37 y 46 %, respectivamente, desde que se anunció la primera OPA de los Gilinski. Si bien se trata de ganancias impresionantes, puede ser también un arma de doble filo.
“Gilinski como socio no puede permitir que la acción regrese a su precio original. Compró estas acciones con una prima elevada que se justificaba plenamente si lograba el control de la compañía. Al no lograr el control, tiene dos caminos: el primero es ser un accionista muy activo, participar en las discusiones estratégicas, cuestionar las decisiones que tomen los administradores y promover decisiones de negocios más agresivas; el segundo camino es insistir en su búsqueda por el control de la empresa, es decir, intentar incrementar su participación accionaria”, comentó Luis Carlos Bravo, profesor de finanzas de Inalde Business School.
De hecho, para el experto los estados financieros de Nutresa pueden llevar a que los Gilinski “presionen por inversiones más agresivas, mayores niveles de endeudamiento, desinversión en el caso de activos poco rentables, etc. También puede pedir un plan de gestión alineado con expectativas de valor más elevadas, acordes con las valoraciones recientes que fueron contratadas por el GEA”.
Es claro entonces que la llegada de los Gilinski representa un punto de inflexión para el Grupo Empresarial Antioqueño. Ya sea por el golpe a la tradición paisa o las apuestas más arriesgadas que apunten a mayores inversiones, este conglomerado será foco de más atención desde ahora.