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Los últimos meses ha ocurrido una verdadera novela empresarial alrededor de Viva, la aerolínea colombiana de bajo costo que nació bajo la marca Viva Colombia, y que después del golpe económico de la pandemia ha maniobrado para mantenerse a flote en el mercado.
Uno de sus últimos capítulos incluye las intenciones de Avianca por integrarla, actuación que debe contar con la previa aprobación de la Aeronáutica Civil.
Aunque se esperaba que este jueves se conocieran noticias sobre el futuro de este negocio, la autoridad aérea comunicó en su cuenta de Twitter que la decisión se dará a la opinión pública hasta la mañana del próximo martes 21 de marzo.
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“Como ha sido informado a la opinión pública, la Dirección de Transporte Aéreo de la Aeronáutica Civil se encuentra tramitando la última fase del proceso de análisis de la integración proyectada entre Avianca y Viva. Habiendo estudiado y valorado la solicitud de las empresas intervinientes, la posición de los terceros interesados y los elementos que sindicatos, ciudadanos y la Superintendencia de Transporte han aportado hasta la presente semana”, precisó.
La importancia de lo que determine la Aeronáutica civil radica en el impacto que puede tener tanto en la competencia como en los usuarios.
En los competidores porque esta integración afectaría la disponibilidad de slots en el aeropuerto El Dorado, además de configurar un monopolio protagonizado por Avianca en varias rutas aéreas.
Según la información manejada por la Aeronáutica Civil, actualmente Avianca lidera la participación en el mercado con un 35,5 %, seguida de Latam (19,1 %), Viva (15,7 %), Wingo (4,4 %), Copa (4,2 %) y otros (21,1 %).
La afectación también podría ser para los usuarios porque, según dicen los críticos de la integración, la oferta sería menor, lo que a su vez se traduce en menos estímulos para que este mercado ofrezca precios más competitivos y mejoras en la prestación del servicio.
En contexto
La suspensión de las operaciones de Viva ha afectado a más de 460.000 viajeros, según cálculos de la Superintendencia de Transporte, que la semana pasada sometió a control a Viva, una medida que busca frenar, de la forma más inmediata posible, las afectaciones a los usuarios.
Hasta antes del cese de operaciones, Viva tenía presencia en unas 34 rutas nacionales, además de 11 internacionales y en 2022 movilizó 6,6 millones de pasajeros, según cifras de la Aerocivil. Por lo que una eventual salida de esta aerolínea podría traer duras consecuencias para el mercado.
En la visión de Viva, la única forma de evadir el peor resultado posible de la crisis por la que atraviesa es unir esfuerzos con Avianca.
El problema es que varios expertos han considerado que la unión sería un problema para los usuarios porque, en pocas palabras, cimentaría una posición dominante en un mercado en el que tampoco hay tantos jugadores de este calibre.
La Aeronáutica Civil ciertamente opinó lo mismo cuando resolvió a principios de noviembre del año pasado la solicitud de integración al negarla, argumentando, entre otras cosas, problemas de competencia.
Datos recopilados por la Aerocivil en noviembre señalan que Viva y Avianca participan en 59 rutas nacionales, que movilizan el 93,7 % del tráfico doméstico del país (en 29 están ambas). Si se aprueba la integración, el grupo económico tendría el 100 % de la participación en 16 rutas nacionales.
Poco después de su primera determinación, la Aerocivil aseguró que hubo una irregularidad en el trámite y que todo el proceso debería volver a comenzar desde cero.
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