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El meollo de este problema, que comenzó el lunes en la noche cuando Viva Air anunció que “suspendía temporalmente operaciones” dejando a miles de usuarios en el limbo, es solo uno: la petición de la aerolínea de bajo costo para integrarse con Avianca. Y en este punto es donde surgen muchas dudas. Le explicamos las principales.
¿Viva Air está quebrada?
Oficialmente la empresa no se ha declarado en quiebra, pero desde hace varios meses ha dicho que atraviesa por una grave crisis financiera, que se agravó cuando Colombia ordenó el cierre del espacio aéreo en plena crisis del COVID-19, lo que llevó a una caída abrupta del turismo. En el comunicado, emitido el 27 de febrero de 2022, la aerolínea dijo que la suspensión temporal de sus operaciones se da por la inviabilidad financiera y operacional. Y dicen que la única forma de evitar la quiebra total es unir esfuerzos con Avianca, la empresa dominante del mercado colombiano “Viva ha tenido innumerables reuniones con altos miembros del Gobierno nacional para explicar la crítica situación financiera de la aerolínea (...) En un período de siete meses, el Gobierno recibió más de cinco actualizaciones financieras para demostrar que Viva calificaba para tratar su pedido bajo la figura de excepción de empresa en crisis que daba cuenta de la urgencia apremiante de una definición”.
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¿Avianca es la única que puede salvar a Viva?
Argumenta Viva Air que sí; desde abril de 2022, cuando Viva Air se volvió parte del mismo holding de Avianca y de esta manera se unificaron los derechos económicos, pero no de voto, ambas empresas solicitaron una integración bajo la figura de empresa en crisis. El argumento de los últimos meses ha sido el mismo: Avianca quiere salvar a Viva y si no la salva Avianca, nadie más podrá hacerlo. En su último comunicado dicen que si la Aeronáutica Civil hubiera autorizado la integración todo el caos de esta semana se habría evitado. ¿Presión para conseguirlo? Argumentan que no. Varias aerolíneas han mantenido su interés en el proceso de integración que realizan Avianca y Viva ante la Aeronáutica Civil (Aerocivil). Por eso, solicitaron ser considerados como terceros interesados. Fueron admitidas, bajo dicha calidad, cinco aerolíneas: Latam, JetSmart, Wingo, Ultra Air y Aerolíneas Argentinas. Las dos primeras han expresado, en repetidas ocasiones, su interés para comprar Viva.
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¿Cómo entraría Satena?
Esta aerolínea, que cuenta con 12 aviones según el Ministerio de Transporte, ha cubierto algunos de los vuelos que quedaron en el aire desde el martes 28 de febrero. Sin embargo, el propio ministro de Transporte, Guillermo Reyes, dijo en entrevistas radiales que fortalecer Satena puede ser una opción. El miércoles fue el presidente, Gustavo Petro, quien mencionó la urgencia de tener una aerolínea estatal que solucione crisis como la que se desató por la suspensión de operaciones de Viva. Dijo que “una Satena fuerte no solo sería para entrar a responder cuando las aerolíneas privadas quiebre”, sino que sería la solución para temas como los derrumbes de carreteras, como ocurrió con la Panamericana, y el restablecimiento de relaciones con Venezuela. Asimismo, habló de la necesidad de abrir más conexiones con Ecuador y México.
¿Qué ha dicho la Aerocivil de la integración Viva-Avianca?
La primera decisión de la Aeronáutica Civil señaló que la integración de las dos compañías generaría perjuicios para los usuarios en términos de competencia. Así mismo, se afectaría el mercado aéreo en Colombia, pues se reforzaría la posición de Avianca, que es la aerolínea predominante en el país. Pero esa decisión fue anulada por la propia Aerocivil, que comenzó de nuevo el proceso por un “error de trámite”. Esa es la evaluación que sigue en curso y que, de fondo, sería la solución estructural para la crisis, de una forma u otra.
Por su parte, el Ministerio de Transporte dijo hace una semana que se espera que la Aerocivil emita su segunda decisión para principios de marzo. Y la propia autoridad aérea ha dicho que se pronunciará hasta que publique su concepto sobre la integración. Informa que está dentro de los tiempos que dicta la ley, es decir, cuenta con hasta tres meses para dar una respuesta sobre la integración. Es decir, que tiene hasta el 18 de abril para informar su decisión.
En paralelo a esto hay una investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio en la que se asegura que las dos compañías ya se unieron, mediante una serie de maniobras, sin la autorización de la Aerocivil.
¿Qué dice el informe de la SIC?
El Espectador tuvo acceso a la versión reservada de la resolución con la que la entidad inició este proceso. Lo que la SIC busca es establecer si Avianca y Viva respetaron las reglas de mercado y de competencia, y si es cierto que la segunda está en quiebra y necesita integrarse con la primera sí o sí. Según el documento, conocido por este diario, la novela de la operación empresarial empezó antes de lo que las aerolíneas quieren reconocer. Según la SIC, todo se inició a finales de 2020, aunque la versión oficial dice otra cosa.
La Superintendencia afirma que, de fondo, las dos aerolíneas ya se integraron sin las autorizaciones del regulador aéreo. Esto habría sido mediante la creación de tres empresas y la rotación de personal de Avianca hacia ellas.
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Tras el análisis de la solicitud, en noviembre pasado la Aerocivil dijo no a la integración porque representaba riesgos para la competencia y para el bienestar de los consumidores. Avianca apeló y propuso condicionamientos, pero antes de que se conociera la decisión en segunda instancia, el marcador del partido volvió al 0-0: la autoridad aeronáutica anuló su primera decisión por una “irregularidad en el trámite”. En las últimas semanas las noticias sobre el caso han llegado desde todos los frentes. Viva entró en proceso de reestructuración empresarial.
¿Cuántos empleados están en riesgo?
Mediante una comunicación interna, Viva Air, les informó a sus empleados que no designaran turnos de vuelo ni de atención porque “los vuelos serían cancelados”. Eso ocurrió la noche del 27 de febrero. Según los trabajadores, Viva les dijo que “la situación era insostenible” y que cesaba operaciones de manera temporal. Los empleados de la aerolínea, que se calcula son 1.250, dijeron que vivían en una incertidumbre desde hacía 7 meses, cuando la empresa solicitó la fusión con Avianca. A través de una acción popular, el Sindicato de los Trabajadores del Transporte Aéreo Colombiano Servicios Logística y Conexos (Sintratac) y la Asociación Colombiana de Auxiliares de Vuelo (ACAV) le solicitaron al Tribunal Administrativo de Cundinamarca proteger sus derechos al patrimonio público, la moralidad administrativa y el trabajo ante la crisis que vive la aerolínea Viva Air. Los sindicalistas dicen que urge una solución, pues es inminente la desaparición de Viva Air, lo que “implica un riesgo inminente para el empleo de 1.250 trabajadores directos y más de 4.000 indirectos, cuya fuente de ingresos depende exclusivamente de la subsistencia de Viva como empresa”.
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