Un alza desproporcionada en el salario mínimo afectará lucha contra la inflación
Un aumento moderado del salario mínimo será el primer paso para avanzar en la lucha contra la alta inflación, que seguirá golpeando a los hogares más vulnerables, facilitará mantener y crear nuevo empleo formal y permitirá la viabilidad empresarial que ya enfrenta altos costos en insumos y caída en el consumo.
Un llamado importante al gobierno, empresarios y trabajadores a que en el proceso de concertación del salario mínimo para 2024 se tengan en cuenta las principales variables económicas del país que presentan retrocesos y que requieren de un trabajo coordinado tripartito para superarlos y evitar un deterioro mayor en el crecimiento del país.
La alerta fue lanzada por la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), que agrupa a las principales empresas de capital estadounidense. La mesa de concertación laboral debe reunirse en los primeros días del próximo mes y el 30 de diciembre debe conocerse la decisión sobre el incremento del salario mínimo para el próximo año.
Para leer: ¿De cuánto debería ser el aumento del salario mínimo?: esto piensa Fedesarrollo
“Es importante recordar que el aumento del salario mínimo, por norma Constitucional, no puede estar por debajo del dato de inflación. Por eso, dentro de las variables a analizar en este proceso, y teniendo en cuenta que tenemos un IPC sobre niveles del 10%, lo más sensato sería un aumento mesurado teniendo en cuenta estos factores”, señaló María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana.
Recordó que hay múltiples factores que están indexados a esta alza, como son el costo del transporte; los arriendos y servicios públicos, entre otros. Esto significa que lo que suba el salario, en este mismo nivel aumentarán los servicios mencionados que se encuentran indexados a esta cifra.
Estos incrementos generarán “una mayor presión al bolsillo y no un incentivo o incremento real en el poder adquisitivo de los colombianos”, dijo María Claudia Lacouture.
Sostiene que lo anterior, es importante sumar el factor de productividad, que los analistas calculan en máximo 1,5% para 2023. “En productividad hay un largo camino por recorrer, los resultados demuestran que es urgente la inversión y sofisticación de los procesos corporativos y por eso, el incremento del salario mínimo debe garantizar que las empresas puedan seguir generando empleo formal y dándoles viabilidad para su funcionamiento”, afirmó la dirigente gremial en un comunicado de prensa.
María Claudia Lacouture resaltó que “hay una clara desaceleración económica y para evitar una recesión se requiere, de manera urgente, de un plan de choque articulado entre sector público y privado para reactivar sectores como de la construcción que tiene una marcada caída, de comercio y reparación de vehículos e industria manufacturera que están en terreno negativo”.
De interés: La tasa de pobreza se mantendrá este año en América Latina: Cepal
Las proyecciones de menores utilidades de Ecopetrol y la inestabilidad en las actividades de minas y canteras está generando una influencia importante en el crecimiento económico, por lo que también es indispensable avanzar en una transición energética de forma responsable y paulatina, dijo.
AmCham Colombia recuerda que, en septiembre, la tasa de desempleo se ubicó en 9,3%, de acuerdo con cifras del DANE. Sin embargo, se percibe una menor generación de empleo. Mientras en agosto se crearon 1 millón de puestos de trabajo, en septiembre fue de 717 mil. Al mismo tiempo, hay un aumento de informalidad de 0,2 puntos porcentuales a nivel intermensual ubicándose en 56,1%, precisa el informe.
“El crecimiento de Colombia se da en un 80% por el consumo de los hogares, el cual en un 73% proviene de los salarios que generan los empleos. Aunque estables, representan un llamado a buscar acciones que fomenten el desarrollo empresarial. Se debe, de manera inmediata, y de cara al nuevo año, poner en marcha políticas de estímulo a generar empleo formal y de calidad, en especial en jóvenes y mujeres”, sostuvo la presidenta de AmCham Colombia.
Es imperante que exista articulación entre el Gobierno Nacional y los nuevos mandatarios regionales con el propósito de establecer planes estratégicos para fomentar la empleabilidad, dijo María Claudia Lacouture.
Resalta un informe de la agremiación comercial que, entre enero y septiembre, las exportaciones de Colombia sumaron US$ 36.791,1 millones, presentando una desaceleración de 15,4% frente a los flujos del mismo periodo de 2022 de US$ 43.492,6 millones, de acuerdo con cifras del DANE.
Las ventas minero-energéticas se han reducido 22% y las no minero-energéticas 7,4%. Hacia Estados Unidos, las ventas totales han caído 13,1% al pasar de US$ 11.334 millones entre enero y septiembre de 2022 a US$ 9.852 millones en el mismo tiempo de este año. La caída en las exportaciones responde a las menores ventas del sector minero-energético en -27,7% por el orden de US$ 4.034 millones.
Por su parte, el sector no minero-energético muestra resiliencia, con crecimiento del 1,1% pasando de US$ 5,756 millones en los primeros nueve meses de 2022 a US$ 5.817,9 millones.
Colombia y el mundo atraviesan escenarios complejos y de desaceleración económica, por lo que tomar decisiones sensatas y aterrizadas a los indicadores económicos contribuirá a apaciguar un año 2024 que se espera complejo.
“Con un 2024 retador, se hace indispensable hacer un llamado para que se haga un aumento del salario mínimo responsable”, recomienda la dirigente gremial. Señala que un alza desmedida solo desincentivará la capacidad de generar empleo y, al tiempo, encarece el nivel de vida, por lo que se debe incentivar a las empresas a crear y mantener los empleos y continuar haciéndole frente a la formalización laboral.
Un llamado importante al gobierno, empresarios y trabajadores a que en el proceso de concertación del salario mínimo para 2024 se tengan en cuenta las principales variables económicas del país que presentan retrocesos y que requieren de un trabajo coordinado tripartito para superarlos y evitar un deterioro mayor en el crecimiento del país.
La alerta fue lanzada por la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), que agrupa a las principales empresas de capital estadounidense. La mesa de concertación laboral debe reunirse en los primeros días del próximo mes y el 30 de diciembre debe conocerse la decisión sobre el incremento del salario mínimo para el próximo año.
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“Es importante recordar que el aumento del salario mínimo, por norma Constitucional, no puede estar por debajo del dato de inflación. Por eso, dentro de las variables a analizar en este proceso, y teniendo en cuenta que tenemos un IPC sobre niveles del 10%, lo más sensato sería un aumento mesurado teniendo en cuenta estos factores”, señaló María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana.
Recordó que hay múltiples factores que están indexados a esta alza, como son el costo del transporte; los arriendos y servicios públicos, entre otros. Esto significa que lo que suba el salario, en este mismo nivel aumentarán los servicios mencionados que se encuentran indexados a esta cifra.
Estos incrementos generarán “una mayor presión al bolsillo y no un incentivo o incremento real en el poder adquisitivo de los colombianos”, dijo María Claudia Lacouture.
Sostiene que lo anterior, es importante sumar el factor de productividad, que los analistas calculan en máximo 1,5% para 2023. “En productividad hay un largo camino por recorrer, los resultados demuestran que es urgente la inversión y sofisticación de los procesos corporativos y por eso, el incremento del salario mínimo debe garantizar que las empresas puedan seguir generando empleo formal y dándoles viabilidad para su funcionamiento”, afirmó la dirigente gremial en un comunicado de prensa.
María Claudia Lacouture resaltó que “hay una clara desaceleración económica y para evitar una recesión se requiere, de manera urgente, de un plan de choque articulado entre sector público y privado para reactivar sectores como de la construcción que tiene una marcada caída, de comercio y reparación de vehículos e industria manufacturera que están en terreno negativo”.
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Las proyecciones de menores utilidades de Ecopetrol y la inestabilidad en las actividades de minas y canteras está generando una influencia importante en el crecimiento económico, por lo que también es indispensable avanzar en una transición energética de forma responsable y paulatina, dijo.
AmCham Colombia recuerda que, en septiembre, la tasa de desempleo se ubicó en 9,3%, de acuerdo con cifras del DANE. Sin embargo, se percibe una menor generación de empleo. Mientras en agosto se crearon 1 millón de puestos de trabajo, en septiembre fue de 717 mil. Al mismo tiempo, hay un aumento de informalidad de 0,2 puntos porcentuales a nivel intermensual ubicándose en 56,1%, precisa el informe.
“El crecimiento de Colombia se da en un 80% por el consumo de los hogares, el cual en un 73% proviene de los salarios que generan los empleos. Aunque estables, representan un llamado a buscar acciones que fomenten el desarrollo empresarial. Se debe, de manera inmediata, y de cara al nuevo año, poner en marcha políticas de estímulo a generar empleo formal y de calidad, en especial en jóvenes y mujeres”, sostuvo la presidenta de AmCham Colombia.
Es imperante que exista articulación entre el Gobierno Nacional y los nuevos mandatarios regionales con el propósito de establecer planes estratégicos para fomentar la empleabilidad, dijo María Claudia Lacouture.
Resalta un informe de la agremiación comercial que, entre enero y septiembre, las exportaciones de Colombia sumaron US$ 36.791,1 millones, presentando una desaceleración de 15,4% frente a los flujos del mismo periodo de 2022 de US$ 43.492,6 millones, de acuerdo con cifras del DANE.
Las ventas minero-energéticas se han reducido 22% y las no minero-energéticas 7,4%. Hacia Estados Unidos, las ventas totales han caído 13,1% al pasar de US$ 11.334 millones entre enero y septiembre de 2022 a US$ 9.852 millones en el mismo tiempo de este año. La caída en las exportaciones responde a las menores ventas del sector minero-energético en -27,7% por el orden de US$ 4.034 millones.
Por su parte, el sector no minero-energético muestra resiliencia, con crecimiento del 1,1% pasando de US$ 5,756 millones en los primeros nueve meses de 2022 a US$ 5.817,9 millones.
Colombia y el mundo atraviesan escenarios complejos y de desaceleración económica, por lo que tomar decisiones sensatas y aterrizadas a los indicadores económicos contribuirá a apaciguar un año 2024 que se espera complejo.
“Con un 2024 retador, se hace indispensable hacer un llamado para que se haga un aumento del salario mínimo responsable”, recomienda la dirigente gremial. Señala que un alza desmedida solo desincentivará la capacidad de generar empleo y, al tiempo, encarece el nivel de vida, por lo que se debe incentivar a las empresas a crear y mantener los empleos y continuar haciéndole frente a la formalización laboral.