Venta de acciones de TIGO-Une por parte de EPM superó primera prueba
La operación recibió el visto bueno de la Comisión Primera del Concejo de Medellín, con seis votos a favor y uno en contra.
La enajenación de TIGO-Une por parte de EPM recibió el visto bueno de la Comisión Primera del Concejo de Medellín, luego de que en un primer debate esta semana la sesión tuviera que ser levantada en medio de una discusión acalorada.
El proyecto recibió el visto bueno en la Comisión con una votación de 6-1, con votos positivos de los concejales María Paulina Suárez Roldan, Luis Guillermo Vélez Álvarez, Carlos Alberto Gutiérrez, Santiago Narváez, Andrés Felipe Rodríguez y Miguel Iguarán. En contra se pronunció Brisvani Alexis Arenas.
Con esta movida, el proyecto de acuerdo pasa a segundo debate, en la plenaria del Concejo, sesión que está programada para el próximo miércoles.
¿Por qué se quieren vender las acciones de EPM en Tigo-Une?
Para entender lo que pasa es necesario recordar que en 2014, durante la administración de Aníbal Gaviria, EPM (Empresas Públicas de Medellín) y Millicom firmaron un acuerdo para fusionar al operador público de Medellín UNE y el privado Tigo, con la condición de que EPM se quedaría con el 50 % de las acciones más uno, mientras que el privado se encargaría de toda la parte administrativa.
La idea de enajenar las acciones surgió en 2017, luego de que se recibieron recomendaciones de dos firmas consultoras con respecto a las inversiones en el sector de las telecomunicaciones de EPM. Por un lado, el consultor Oliver Wyman consideró que la mejor opción era “salir íntegramente del negocio”, mientras que la firma McKinsey recomendó enfocarse en los proyectos propios de su objetivo empresarial, es decir, los servicios públicos y la generación de energía.
En palabras de John Maya, gerente de EPM, lo que desde ese momento se ha considerado es que “esta industria de las telecomunicaciones es una muy intensiva en capital, la tecnología cambia muy rápidamente y eso implica que todo el sistema sea necesario casi que cambiarlo y esa intensidad en capital arrastra a los servicios. Lo que EPM hace, como la prestación de servicios domiciliarios en términos de generación de energía, distribución, agua, gas; habría que destinarlos para las telecomunicaciones”, lo que no lo haría del negocio rentable.
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La enajenación de TIGO-Une por parte de EPM recibió el visto bueno de la Comisión Primera del Concejo de Medellín, luego de que en un primer debate esta semana la sesión tuviera que ser levantada en medio de una discusión acalorada.
El proyecto recibió el visto bueno en la Comisión con una votación de 6-1, con votos positivos de los concejales María Paulina Suárez Roldan, Luis Guillermo Vélez Álvarez, Carlos Alberto Gutiérrez, Santiago Narváez, Andrés Felipe Rodríguez y Miguel Iguarán. En contra se pronunció Brisvani Alexis Arenas.
Con esta movida, el proyecto de acuerdo pasa a segundo debate, en la plenaria del Concejo, sesión que está programada para el próximo miércoles.
¿Por qué se quieren vender las acciones de EPM en Tigo-Une?
Para entender lo que pasa es necesario recordar que en 2014, durante la administración de Aníbal Gaviria, EPM (Empresas Públicas de Medellín) y Millicom firmaron un acuerdo para fusionar al operador público de Medellín UNE y el privado Tigo, con la condición de que EPM se quedaría con el 50 % de las acciones más uno, mientras que el privado se encargaría de toda la parte administrativa.
La idea de enajenar las acciones surgió en 2017, luego de que se recibieron recomendaciones de dos firmas consultoras con respecto a las inversiones en el sector de las telecomunicaciones de EPM. Por un lado, el consultor Oliver Wyman consideró que la mejor opción era “salir íntegramente del negocio”, mientras que la firma McKinsey recomendó enfocarse en los proyectos propios de su objetivo empresarial, es decir, los servicios públicos y la generación de energía.
En palabras de John Maya, gerente de EPM, lo que desde ese momento se ha considerado es que “esta industria de las telecomunicaciones es una muy intensiva en capital, la tecnología cambia muy rápidamente y eso implica que todo el sistema sea necesario casi que cambiarlo y esa intensidad en capital arrastra a los servicios. Lo que EPM hace, como la prestación de servicios domiciliarios en términos de generación de energía, distribución, agua, gas; habría que destinarlos para las telecomunicaciones”, lo que no lo haría del negocio rentable.
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