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Puede que estén mejor calificadas, que sean más eficientes y que tengan un mejor perfil de liderazgo, sin embargo, la realidad a nivel mundial es que las mujeres ganan menos que los hombres, e investigaciones recientes sugieren que la situación seguirá así por un buen tiempo. De acuerdo con el informe del Foro Económico Mundial, las diferencias en remuneración entre ambos grupos se han cerrado en cerca del 3% en los últimos diez años, pero la entidad internacional advierte que a la tasa en que está disminuyendo la desigualdad tardaría 118 años en cerrarse por completo la brecha salarial.
Este resultado se deriva del ranquin que realiza el Foro Económico Mundial, en el cual analiza las diferencias entre mujeres y hombres en las categorías de educación, salud, participación política y oportunidades económicas. El resultado agrupado muestra que Colombia es el número 42, entre 145, con menos desigualdad de género. Y con respecto a la subcategoría de diferencia salarial en cargos similares el país se posiciona en la casilla 96. Una cifra que sugiere que existe trabajo por realizar y que la nación se encuentra del lado deficiente de la lista.
Sin embargo, hay quienes consideran que a nivel local la brecha salarial podría tardar más de 118 años en cerrarse. De acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo (OIT), las mujeres ganan 10% menos que los hombres, pero los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) indican que en el país este indicador de desigualdad alcanza el 21%. Esto sugiere que en el país existe el doble de brecha salarial que en el promedio global. Entonces, ¿en Colombia se demorará más de 200 años en cerrar esta desigualdad?
Para Iván Daniel Jaramillo, investigador del observatorio laboral de la Universidad del Rosario, “si para el Foro Económico Mundial la brecha salarial entre hombres y mujeres demorara en cerrarse 118 años en promedio a nivel mundial, en Colombia tardaría más. No está claro cuánto más, pero se debería tardar más tiempo. Dentro del país sigue habiendo cuestiones culturales que dificultan que esta desigualdad desaparezca, pensamientos como el que dice que los hombres son los que deben trabajar y las mujeres deben quedarse en el hogar fomentan esta problemática”.
Stefano Farné, director del observatorio del mercado laboral de la Universidad Externado, considera que “es exagerado que se crea que la brecha salarial entre hombres y mujeres se cerrará hasta dentro de 118 años. Estamos mejorando a un ritmo mayor al esperado, por lo que el mundo y Colombia tendrían que lograr mejorar la desigualdad en menos tiempo. No obstante, es claro que en el país las mujeres tienen más dificultades a la hora de conseguir trabajo, si bien hay leyes que prohíben la discriminación, esto no garantiza que tendrán las mismas oportunidades. Muchos empresarios todavía piensan dos veces antes de contratar a personal femenino, pues consideran que ellas les implicarán una serie de costos adicionales”.
En Colombia existe una norma que prohíbe cualquier tipo de discriminación laboral entre hombres y mujeres (Ley 1496 de 2011). En el artículo décimo se establece que “Todos los trabajadores y trabajadoras son iguales ante la ley, tienen la misma protección y garantías, en consecuencia, queda abolido cualquier tipo de distinción por razón del carácter intelectual o material de la labor, su forma o retribución, el género o sexo salvo las excepciones establecidas por la ley”.
Analizando el comportamiento del indicador de desigualdad entre mujeres y hombres, del Foro Económico Mundial, se encuentra que desde 2006 este indicador presentaba un comportamiento ascendente, lo cual muestra que la situación estaba empeorando. Sin embargo, a partir de 2011 se vio un punto de quiebre, y desde entonces hay una tendencia bajista por los siguientes dos años y ha presentado un movimiento oscilante desde 2013. Estos datos sugieren que la Ley 1496 sí tuvo un efecto positivo inicialmente, pero que ha venido perdiendo fuerza en los últimos dos años.
Como si no fuera suficiente las mujeres realizan actividades que contribuyen activamente a la economía, pero que no es remunerado. Esto se debe a que muchas ejercen labores del hogar, pero no reciben ningún pago por ello, y el ingreso que se deja de percibir no es nada despreciable. De acuerdo con un estudio de la Universidad de los Andes, realizado por Ximena Peña y Camila Uribe, la actividad no remunerada en el país representa el 19,3% del PIB, casi tres puntos porcentuales más que las exportaciones. A esa porción las mujeres aportan casi cuatro veces más (15,4%) que los hombres (4%).