En Colombia hay 1,9 millones de indígenas
Según los resultados del capítulo indígena del Censo Nacional de Población y Vivienda, al menos 400.000 personas de estas comunidades no fueron contabilizadas en 2005.
Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.
En Colombia, 1’905.617 personas se reconocieron como indígenas, según los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda, 36,8 % más de las que se registraron en la misma operación en 2005, lo que significa unas 513.000 adicionales. Según el DANE, si bien hay un crecimiento en estas comunidades, una buena parte de él se explica en una omisión: se estima que al menos 400.000 personas entre 15 y 64 años no fueron contadas en el pasado.
En consecuencia, la población indígena obtuvo una mayor participación en el total de la población colombiana censada al pasar de 3,4 a 4,4 % respecto a 2005. El director del DANE, Juan Daniel Oviedo, señaló que esto permitió identificar 115 pueblos nativos en el país, 22 más de los encontrados en el pasado. Esto se traduce en más de 6.000 comunidades indígenas que no aparecían en ningún mapa y ahora podrán ser tenidas en cuenta, no solo como un número, sino como información precisa para el diseño de políticas públicas.
Respecto a sus condiciones de vida, el censo encontró que los departamentos donde más se concentra la población indígena son La Guajira, Cauca, Nariño, Córdoba, Sucre y Chocó, y que en el 79 % de los casos viven en centros poblados y rural disperso. También permitió identificar más de 530.000 hogares y alrededor de 474.000 viviendas con baja prestación de servicios públicos: 66 % tiene energía eléctrica, 41,4 % tiene acueducto, 23 % tiene alcantarillado, 15,3 % tiene gas natural conectado a la red pública, 25,5 % goza de recolección de basuras y 6,4 % disfruta de internet móvil o fijo (ver gráfico).
Por su composición, el DANE reveló que los hogares con jefatura indígena tienen en promedio 3,6 personas, aunque la mayor proporción de ellos (26,9 %) tienen cinco personas o más. Por otra parte, la participación de mujeres en la población indígena fue mayoritaria, pues pasó de 49,5 a 50,1 %, aunque aún no alcanza la tendencia nacional (51,2 %), pero la jefatura del hogar sigue correspondiendo principalmente a los hombres (62,9 %).
Los voceros de esta población se mostraron satisfechos con el acercamiento con el DANE comenzado en 2014 con el Censo Nacional Agropecuario y respaldaron los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018, pues, tal como se planteó al principio, se logró dar al ejercicio estadístico un enfoque diferencial. Luis Fernando Arias, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), destacó que su presencia garantizó el éxito del proceso: “Cuando alertamos de un genocidio estadístico no exageramos, pero hubo avance en los procesos de inclusión, logramos zanjar nuestras diferencias”.
Según John Jairo Tapié, delegado de las Autoridades Indígenas de Colombia (Aico), aquí fue clave la consulta previa, pues a través de ella se permitió que esta población decidiera el futuro del censo y le diera su aval para llegar a los territorios más alejados del país. Por su parte, Arias atribuyó el impulso a la facultad que el Gobierno les dio para participar en el diseño del cuestionario. “Por primera vez, los indígenas logramos incidir en un documento técnico e incorporar personal de nuestra comunidad, pues en algunas regiones solo hablan lengua materna, en un censo. Esta vez participamos de manera directa en el operativo”, dijo.
Cabe recordar que en el censo se incluyeron cuatro preguntas específicas sobre temas étnicos, además de ocho categorías de respuesta que le apuntaban a esta población en otras preguntas, producto de las discusiones mantenidas y los convenios celebrados entre el DANE y las asociaciones indígenas.
La presidenta de las Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia, Miriam Chamorro, coincidió en ello y celebró el efecto que tuvo en la inclusión la decisión de escuchar a los indígenas en el marco del censo, aunque aseguró que “nos falta mucho, pero lo logramos y nos aproximamos a una meta dentro de las dificultades que tenemos. Hubo voluntad”.
El DANE y estas comunidades seguirán trabajando en conjunto en la Mesa Permanente de Concertación para discutir la posibilidad de mejorar la información, la incorporación de las cifras al modelo de proyecciones y la precisión de los resultados, así como trabajar en conjunto en la difusión de resultados. Según Arias, aún con el incremento, los pueblos indígenas tenían una expectativa mayor frente a las cifras, así que están a la espera de que se publiquen los microdatos (sistema de consulta detallado de libre acceso) para analizar fenómenos como el decrecimiento de su población en algunos municipios, por ejemplo del Tolima.
En Colombia, 1’905.617 personas se reconocieron como indígenas, según los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda, 36,8 % más de las que se registraron en la misma operación en 2005, lo que significa unas 513.000 adicionales. Según el DANE, si bien hay un crecimiento en estas comunidades, una buena parte de él se explica en una omisión: se estima que al menos 400.000 personas entre 15 y 64 años no fueron contadas en el pasado.
En consecuencia, la población indígena obtuvo una mayor participación en el total de la población colombiana censada al pasar de 3,4 a 4,4 % respecto a 2005. El director del DANE, Juan Daniel Oviedo, señaló que esto permitió identificar 115 pueblos nativos en el país, 22 más de los encontrados en el pasado. Esto se traduce en más de 6.000 comunidades indígenas que no aparecían en ningún mapa y ahora podrán ser tenidas en cuenta, no solo como un número, sino como información precisa para el diseño de políticas públicas.
Respecto a sus condiciones de vida, el censo encontró que los departamentos donde más se concentra la población indígena son La Guajira, Cauca, Nariño, Córdoba, Sucre y Chocó, y que en el 79 % de los casos viven en centros poblados y rural disperso. También permitió identificar más de 530.000 hogares y alrededor de 474.000 viviendas con baja prestación de servicios públicos: 66 % tiene energía eléctrica, 41,4 % tiene acueducto, 23 % tiene alcantarillado, 15,3 % tiene gas natural conectado a la red pública, 25,5 % goza de recolección de basuras y 6,4 % disfruta de internet móvil o fijo (ver gráfico).
Por su composición, el DANE reveló que los hogares con jefatura indígena tienen en promedio 3,6 personas, aunque la mayor proporción de ellos (26,9 %) tienen cinco personas o más. Por otra parte, la participación de mujeres en la población indígena fue mayoritaria, pues pasó de 49,5 a 50,1 %, aunque aún no alcanza la tendencia nacional (51,2 %), pero la jefatura del hogar sigue correspondiendo principalmente a los hombres (62,9 %).
Los voceros de esta población se mostraron satisfechos con el acercamiento con el DANE comenzado en 2014 con el Censo Nacional Agropecuario y respaldaron los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018, pues, tal como se planteó al principio, se logró dar al ejercicio estadístico un enfoque diferencial. Luis Fernando Arias, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), destacó que su presencia garantizó el éxito del proceso: “Cuando alertamos de un genocidio estadístico no exageramos, pero hubo avance en los procesos de inclusión, logramos zanjar nuestras diferencias”.
Según John Jairo Tapié, delegado de las Autoridades Indígenas de Colombia (Aico), aquí fue clave la consulta previa, pues a través de ella se permitió que esta población decidiera el futuro del censo y le diera su aval para llegar a los territorios más alejados del país. Por su parte, Arias atribuyó el impulso a la facultad que el Gobierno les dio para participar en el diseño del cuestionario. “Por primera vez, los indígenas logramos incidir en un documento técnico e incorporar personal de nuestra comunidad, pues en algunas regiones solo hablan lengua materna, en un censo. Esta vez participamos de manera directa en el operativo”, dijo.
Cabe recordar que en el censo se incluyeron cuatro preguntas específicas sobre temas étnicos, además de ocho categorías de respuesta que le apuntaban a esta población en otras preguntas, producto de las discusiones mantenidas y los convenios celebrados entre el DANE y las asociaciones indígenas.
La presidenta de las Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia, Miriam Chamorro, coincidió en ello y celebró el efecto que tuvo en la inclusión la decisión de escuchar a los indígenas en el marco del censo, aunque aseguró que “nos falta mucho, pero lo logramos y nos aproximamos a una meta dentro de las dificultades que tenemos. Hubo voluntad”.
El DANE y estas comunidades seguirán trabajando en conjunto en la Mesa Permanente de Concertación para discutir la posibilidad de mejorar la información, la incorporación de las cifras al modelo de proyecciones y la precisión de los resultados, así como trabajar en conjunto en la difusión de resultados. Según Arias, aún con el incremento, los pueblos indígenas tenían una expectativa mayor frente a las cifras, así que están a la espera de que se publiquen los microdatos (sistema de consulta detallado de libre acceso) para analizar fenómenos como el decrecimiento de su población en algunos municipios, por ejemplo del Tolima.