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Empresas Públicas de Medellín (EPM) le pedirá al Concejo de Medellín que le autorice la venta de las acciones que tiene en la empresa de interconexión eléctrica ISA (10 %) con el fin de asegurar el capital necesario para realizar las inversiones necesarias y para atender la contingencia en el proyecto hidroeléctrico Ituango.
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Lo propio se repetiría con otras empresas donde EPM y otras firmas del grupo tienen participaciones minoritarias, como es el caso de Davivienda, que en suma están valoradas en $30.000 millones.
A esta enajenación de pequeñas participaciones accionarias se sumaría la venta de dos empresas que EPM tiene en Chile: Aguas Antofagasta y el parque eólico Los Cururos, sobre las cuales se hizo una inversión de US$1.200 millones en su momento.
Este proceso tomaría entre seis meses y un año de acuerdo con el gerente general de EPM, Jorge Londoño, y por los mencionados activos el grupo recibiría entre $3,5 y $4 billones. “Tenemos contemplado dentro del plan de crecimiento orgánico hacer inversiones por cerca de $10 billones para los próximos años, la mayor parte para fortalecer la estructura de acueducto y alcantarillado en Antioquia y para seguir fortaleciendo la infraestructura de transmisión y distribución de energía en el país. Ese tren de inversiones no se puede parar”, dijo.
La decisión es producto de la autorización que la Junta Directiva hizo a la administración de la compañía para estudiar en forma detenida dentro del portafolio de inversiones cuáles activos se podían enajenar para que EPM “siguiera su ruta de inversión y crecimiento de mediano y largo plazo y pudiera superar la situación en Hidroituango, que lleva un retraso de tres años en su entrada en operación”, señaló Londoño.
En adición, el gerente aseguró que se encuentran estudiando qué inversiones postergar. Según su cálculo es necesario extender en el tiempo por lo menos un 20 % del total estimado, “unos $2 billones que se puedan llevar un poco más hacia adelante”. Esto se complementará con un plan de ahorra estimado en cerca de $1 billón para los siguientes cuatro años.
Finalmente, Londoño destacó que a pesar de la contingencia y de su magnitud, en el primer semestre el año el Ebitda de EPM creció 10 % frente a lo reportado en el mismo periodo en 2017. “Aun cuando posiblemente por atender la emergencia se nos hayan aumentado los costos, durante mayo, junio y julio, principalmente”.
Continúan las obras en la zona de emergencia
Actualmente se está trabajando en fortalecer el enrocado de la presa hasta la cota 418, obras que se extenderían hasta finales de agosto. Así mismo, para finales de octubre estaría listo el muro de 38 metros de alto y 500 metros de largo para terminar de solidificar el lleno prioritario, un pretapón en el túnel de desviación derecho aguas abajo y el tapón del túnel izquierdo. Estas acciones mitigarían el riesgo de una creciente.
Además, se está haciendo un tratamiento al deslizamiento en la parte alta de la plazoleta de compuertas (donde se controla la captación de agua) para mitigar la posibilidad de derrumbes “previendo que en septiembre octubre regrese el invierno”, según el gerente de EPM.
Sin embargo, aún son necesarios nueve meses de labores para completar los trabajos en los túneles, la cota y el embalse. Con respecto al ingreso a casa de máquinas para evaluar la magnitud de los daños y el tiempo de recuperación, el cronograma prevé que se haría en el cuarto trimestre de este año en tanto que aún no se tiene acceso.
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En paralelo, este mes que comienza se llevarán a cabo tres investigaciones para determinar la causa raíz del problema. Por un lado, la oficina de Control Disciplinario de EPM evalúa posibles inconsistencias durante el proceso de licenciamiento del proyecto; por otro, el grupo contrató una firma chilena para hacer un análisis técnico de la situación en Hidroituango y a un perito independiente que certifique que las obras en ejecución cumplen el propósito de mitigar los riesgos.