¿Es buen negocio comprar un Tesla con bitcoines?
Con un bitcóin que ha multiplicado por 10 su precio en el último año, resulta válido preguntarse si es inteligente usar este criptoactivo como medio de pago o mantenerlo como reserva.
Camilo Vega Barbosa
Hace unas semanas Tesla informó que ahora permitirá comprar sus vehículos por medio de bitcoines (BTC), sumándose a la lista de empresas que aceptan estos pagos como Microsoft o incluso Starbucks. Si bien es un anuncio llamativo, resulta más interesante preguntarse si es inteligente pagar con una criptomoneda que ha multiplicado por diez su precio en el último año o si es mejor mantenerla como una reserva.
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La unidad de bitcóin vale hoy US$54.000, cerca de $200 millones. Entonces, con esa cotización se tendrían que destinar alrededor de 0,8 bitcoines para comprar el Tesla modelo Y, y dos para adquirir la versión más costosa que ofrece la empresa: el modelo X.
Determinar si es un buen negocio o no es un clásico problema de costo de oportunidad; es decir, se debe analizar todo a lo que se renuncia por decidir entregar bitcoines a cambio de un Tesla.
En primer lugar hay que entender que cada vez es más difícil conseguir un bitcóin, pues desde su creación, hace más de doce años, se estableció una cantidad finita: 21 millones de unidades, de las cuales 18,6 millones ya están en circulación (y en posesión) y faltan 2,3 millones por salir (minar).
Y las cantidades que se requieren para comprar un Tesla no son nada despreciables. Para tener una referencia, la transacción promedio en los portales de intercambio es de alrededor de 1,6 BTC. Además, se estima que hay menos de 100.000 personas que tienen más de 20 BTC. Entonces, incluso para los millonarios de este mercado, comprar un Tesla con bitcoines implica renunciar al menos al 10 % de sus reservas en este criptoactivo.
Pero más allá de la escasez, es claro que la pregunta más importante es la proyección de valorización de los bitcoines que se estarían entregando para comprar un Tesla.
Proyecciones millonarias
El bitcóin pasó de US$5.000 a US$30.000 en 2020, y en lo corrido del 2021 ya ha superado los US$60.000. El explosivo crecimiento del precio no pudo ser posible sin que la criptomoneda solucionara el problema por el que siempre fue criticada: la credibilidad.
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En el último año cada vez más empresas, fondos y grandes personalidades han respaldado públicamente el uso de las criptomonedas. De hecho, en 2021 se ha intensificado el respaldo en torno al bitcóin y, en consecuencia, la moneda electrónica no ha dejado de romper récords.
Por ejemplo, Mastercard y el banco BNY Mellon —el más antiguo de Estados Unidos— han anunciado que permitirán el uso de criptomonedas en sus servicios. Y Goldman Sachs informó que ya el 40 % de sus clientes invierten en bitcóin.
Además, el pasado 9 de febrero Tesla anunció que invertirá US$1.500 millones en bitcoines. Precisamente por este anuncio la empresa está recibiendo pagos en bitcoines, pues hace parte de sus planes financieros.
Y en el ámbito local, es muy relevante que en marzo comenzara el primer piloto de retiro y depósito de criptomonedas en el que se encuentran alianzas entre algunos de los principales bancos de Colombia con importantes empresas del sector de criptoactivos: Banco de Bogotá-Bitso, Banco de Bogotá-Buda, Bancolombia-Gemini, Coltefinanciera-Obsidiam, Davivienda-Binance, Powwi-Binance, Coink-Banexcoin, Movii-Panda y Movii-Bitpoint.
Entonces, a medida que el bitcóin gana respaldo, las proyecciones de su precio mejoran. Y aunque se trata de un mercado altamente volátil, ya hay importantes firmas y personalidades que se han atrevido a dar predicciones.
Por ejemplo, a comienzos de año (cuando el precio estaba en US$30.000), JP Morgan dijo que el precio del bitcóin podría superar los US$146.000 en el mediano plazo, debido a la mayor adopción de inversionistas. Y los hermanos Winklevoss, tal vez los multimillonarios de criptomonedas más famosos (también conocidos porque se enfrentaron a Mark Zuckerberg por Facebook), creen que el bitcóin podría llegar a los US$500.000 en 2030.
Es claro que son solo estimaciones en un mercado que se destaca por su especulación. Pero se debe reconocer que las proyecciones alcistas son las que recientemente se han cumplido. Y el hito más reciente fue que a mediados de febrero se rompió la barrera de los US$50.000: precio que ha mostrado ser sostenible en las últimas semanas.
Pagos que no pagan
Si se toma como base la proyección de JP Morgan, claramente no es buen negocio comprar un Tesla con bitcoines, porque a mediano plazo por el modelo Y se estarían perdiendo más de US$100.000 y cerca de $46.000 por el modelo X. Además, hay una serie de costos y factores adicionales que se deben tener en cuenta para comprar este tipo de bienes con criptomonedas, sobre todo en Estados Unidos.
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“Además del costo de la comisión para transferirle los bitcoines a Tesla, se debe tener en cuenta que al menos en Estados Unidos se debe pagar impuesto de renta en cada intercambio (de criptomonedas): que es de más del 30 %. Entonces, si el usuario compró la criptomoneda en US$30.000 y la trasladó a un precio de US$58.000, deberá pagar impuesto sobre esa diferencia de US$28.000 ($8.400 en impuestos)”, explica Carlos Mesa, director de la fundación Bitcoin Colombia.
Por eso Mesa asegura que “pagar un vehículo eléctrico con bitcoines es un buen negocio para Tesla, pues recibe los bitcoines libres (sin intermediario ni comisiones) y puede guardarlos como una reserva con buenas proyecciones de valorización. Pero para los usuarios no es una buena jugada, sobre todo porque ya hay quienes estiman que el bitcóin podría superar este año los US$100.000”.
La situación no solo se presenta al comprar Teslas, sino que se trata de un dilema que estará presente para comprar prácticamente cualquier bien de consumo. De hecho, es también la pregunta que vuelve locos a quienes quieren liquidar sus ganancias; es decir, cuando quieren convertir criptomonedas en alguna moneda soberana, como el peso colombiano.
Por esto, para Diego Guevara, profesor de Economía de la Universidad Nacional, “el bitcóin, más que un medio de cambio, es un activo, y muy volátil. Lo que no le permite cumplir con las funciones de dinero plenamente como unidad de cuenta o depósito de valor”.
Las inquietudes no solo surgen al transferirle las criptomonedas a Tesla. También es preciso entender que cuando se realiza un pago por un bien de consumo, hay una serie de derechos que el usuario adquiere: por ejemplo, el derecho al retracto.
El problema es que pocos conocen las políticas de reembolso de Tesla al pagar con monedas electrónicas. La empresa aclaró que se reserva el derecho de la modalidad de devolución: lo que implica que podría compensar a sus clientes pagándoles en efectivo, o con una fracción de bitcoines equivalentes al monto que pagó. Entonces, si la cotización de la criptomoneda sube, el usuario podría recibir menos bitcoines de los que entregó.
De esta manera, en las condiciones actuales es difícil apreciar las ventajas de comprar un vehículo eléctrico con criptomonedas, pues el usuario debe enfrentar una serie de costos y dificultades en estas operaciones. Y, por supuesto, las proyecciones de valorización del bitcóin generan más incentivos para mantener este criptoactivo como reserva y no usarlo como medio de pago.
Pero es claro que el anuncio de que una empresa multinacional como Tesla ya permita comprar sus vehículos por medio de monedas electrónicas es un hito más para este mercado. Y, por ende, es una tentación más para los que estén pensando entrar a este mercado y les da confianza a los que ya están. Pero nunca se debe olvidar la volatilidad de este criptoactivo.
Hace unas semanas Tesla informó que ahora permitirá comprar sus vehículos por medio de bitcoines (BTC), sumándose a la lista de empresas que aceptan estos pagos como Microsoft o incluso Starbucks. Si bien es un anuncio llamativo, resulta más interesante preguntarse si es inteligente pagar con una criptomoneda que ha multiplicado por diez su precio en el último año o si es mejor mantenerla como una reserva.
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La unidad de bitcóin vale hoy US$54.000, cerca de $200 millones. Entonces, con esa cotización se tendrían que destinar alrededor de 0,8 bitcoines para comprar el Tesla modelo Y, y dos para adquirir la versión más costosa que ofrece la empresa: el modelo X.
Determinar si es un buen negocio o no es un clásico problema de costo de oportunidad; es decir, se debe analizar todo a lo que se renuncia por decidir entregar bitcoines a cambio de un Tesla.
En primer lugar hay que entender que cada vez es más difícil conseguir un bitcóin, pues desde su creación, hace más de doce años, se estableció una cantidad finita: 21 millones de unidades, de las cuales 18,6 millones ya están en circulación (y en posesión) y faltan 2,3 millones por salir (minar).
Y las cantidades que se requieren para comprar un Tesla no son nada despreciables. Para tener una referencia, la transacción promedio en los portales de intercambio es de alrededor de 1,6 BTC. Además, se estima que hay menos de 100.000 personas que tienen más de 20 BTC. Entonces, incluso para los millonarios de este mercado, comprar un Tesla con bitcoines implica renunciar al menos al 10 % de sus reservas en este criptoactivo.
Pero más allá de la escasez, es claro que la pregunta más importante es la proyección de valorización de los bitcoines que se estarían entregando para comprar un Tesla.
Proyecciones millonarias
El bitcóin pasó de US$5.000 a US$30.000 en 2020, y en lo corrido del 2021 ya ha superado los US$60.000. El explosivo crecimiento del precio no pudo ser posible sin que la criptomoneda solucionara el problema por el que siempre fue criticada: la credibilidad.
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En el último año cada vez más empresas, fondos y grandes personalidades han respaldado públicamente el uso de las criptomonedas. De hecho, en 2021 se ha intensificado el respaldo en torno al bitcóin y, en consecuencia, la moneda electrónica no ha dejado de romper récords.
Por ejemplo, Mastercard y el banco BNY Mellon —el más antiguo de Estados Unidos— han anunciado que permitirán el uso de criptomonedas en sus servicios. Y Goldman Sachs informó que ya el 40 % de sus clientes invierten en bitcóin.
Además, el pasado 9 de febrero Tesla anunció que invertirá US$1.500 millones en bitcoines. Precisamente por este anuncio la empresa está recibiendo pagos en bitcoines, pues hace parte de sus planes financieros.
Y en el ámbito local, es muy relevante que en marzo comenzara el primer piloto de retiro y depósito de criptomonedas en el que se encuentran alianzas entre algunos de los principales bancos de Colombia con importantes empresas del sector de criptoactivos: Banco de Bogotá-Bitso, Banco de Bogotá-Buda, Bancolombia-Gemini, Coltefinanciera-Obsidiam, Davivienda-Binance, Powwi-Binance, Coink-Banexcoin, Movii-Panda y Movii-Bitpoint.
Entonces, a medida que el bitcóin gana respaldo, las proyecciones de su precio mejoran. Y aunque se trata de un mercado altamente volátil, ya hay importantes firmas y personalidades que se han atrevido a dar predicciones.
Por ejemplo, a comienzos de año (cuando el precio estaba en US$30.000), JP Morgan dijo que el precio del bitcóin podría superar los US$146.000 en el mediano plazo, debido a la mayor adopción de inversionistas. Y los hermanos Winklevoss, tal vez los multimillonarios de criptomonedas más famosos (también conocidos porque se enfrentaron a Mark Zuckerberg por Facebook), creen que el bitcóin podría llegar a los US$500.000 en 2030.
Es claro que son solo estimaciones en un mercado que se destaca por su especulación. Pero se debe reconocer que las proyecciones alcistas son las que recientemente se han cumplido. Y el hito más reciente fue que a mediados de febrero se rompió la barrera de los US$50.000: precio que ha mostrado ser sostenible en las últimas semanas.
Pagos que no pagan
Si se toma como base la proyección de JP Morgan, claramente no es buen negocio comprar un Tesla con bitcoines, porque a mediano plazo por el modelo Y se estarían perdiendo más de US$100.000 y cerca de $46.000 por el modelo X. Además, hay una serie de costos y factores adicionales que se deben tener en cuenta para comprar este tipo de bienes con criptomonedas, sobre todo en Estados Unidos.
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“Además del costo de la comisión para transferirle los bitcoines a Tesla, se debe tener en cuenta que al menos en Estados Unidos se debe pagar impuesto de renta en cada intercambio (de criptomonedas): que es de más del 30 %. Entonces, si el usuario compró la criptomoneda en US$30.000 y la trasladó a un precio de US$58.000, deberá pagar impuesto sobre esa diferencia de US$28.000 ($8.400 en impuestos)”, explica Carlos Mesa, director de la fundación Bitcoin Colombia.
Por eso Mesa asegura que “pagar un vehículo eléctrico con bitcoines es un buen negocio para Tesla, pues recibe los bitcoines libres (sin intermediario ni comisiones) y puede guardarlos como una reserva con buenas proyecciones de valorización. Pero para los usuarios no es una buena jugada, sobre todo porque ya hay quienes estiman que el bitcóin podría superar este año los US$100.000”.
La situación no solo se presenta al comprar Teslas, sino que se trata de un dilema que estará presente para comprar prácticamente cualquier bien de consumo. De hecho, es también la pregunta que vuelve locos a quienes quieren liquidar sus ganancias; es decir, cuando quieren convertir criptomonedas en alguna moneda soberana, como el peso colombiano.
Por esto, para Diego Guevara, profesor de Economía de la Universidad Nacional, “el bitcóin, más que un medio de cambio, es un activo, y muy volátil. Lo que no le permite cumplir con las funciones de dinero plenamente como unidad de cuenta o depósito de valor”.
Las inquietudes no solo surgen al transferirle las criptomonedas a Tesla. También es preciso entender que cuando se realiza un pago por un bien de consumo, hay una serie de derechos que el usuario adquiere: por ejemplo, el derecho al retracto.
El problema es que pocos conocen las políticas de reembolso de Tesla al pagar con monedas electrónicas. La empresa aclaró que se reserva el derecho de la modalidad de devolución: lo que implica que podría compensar a sus clientes pagándoles en efectivo, o con una fracción de bitcoines equivalentes al monto que pagó. Entonces, si la cotización de la criptomoneda sube, el usuario podría recibir menos bitcoines de los que entregó.
De esta manera, en las condiciones actuales es difícil apreciar las ventajas de comprar un vehículo eléctrico con criptomonedas, pues el usuario debe enfrentar una serie de costos y dificultades en estas operaciones. Y, por supuesto, las proyecciones de valorización del bitcóin generan más incentivos para mantener este criptoactivo como reserva y no usarlo como medio de pago.
Pero es claro que el anuncio de que una empresa multinacional como Tesla ya permita comprar sus vehículos por medio de monedas electrónicas es un hito más para este mercado. Y, por ende, es una tentación más para los que estén pensando entrar a este mercado y les da confianza a los que ya están. Pero nunca se debe olvidar la volatilidad de este criptoactivo.