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La medida le abre la puerta a la imposición de aranceles aduaneros punitivos contra Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania. “Tomamos medidas adicionales para prohibir el comercio con sectores faro de la economía rusa, en particular productos de mar, vodka y diamantes”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Rusia se beneficiaba hasta ahora de un estatus comercial de “nación más favorecida”, que le permitía el libre intercambio de algunos bienes y servicios. Sin embargo, en una intervención televisada desde la Casa Blanca, Biden dio más detalles sobre la decisión adelantada ayer de poner fin a su trato comercial favorable con Rusia y explicó que el objetivo es dificultar los negocios entre Moscú y Estados Unidos.
Así el país se sumaría a Cuba y Corea del Norte, los únicos países excluidos por la primera potencia mundial del principio de reciprocidad, base de la mayoría de las relaciones comerciales internacionales.
¿Cuáles son las implicaciones?
La cláusula de la nación más favorecida -conocida en Estados Unidos como la “relación comercial permanente normal”- es un pilar del libre comercio. Este principio de reciprocidad y no discriminación rige actualmente la mayor parte de las relaciones comerciales entre estados.
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La Organización Mundial del Comercio (OMC) requiere que cualquier ventaja comercial, como una reducción de aranceles, otorgada por un miembro se aplique automáticamente a todos los demás. Rusia, que se unió a la OMC en 2012, se ha beneficiado desde entonces de este régimen. En concreto, privarlo de este estatus permitiría a sus socios comerciales imponerle aranceles aduaneros más elevados, penalizando sus exportaciones.
El presidente estadounidense se refirió a los productos cuya importación ha sido prohibida como “distintivos” de la economía rusa al incluir, además del vodka, el codiciado y simbólico caviar.
Pese al anuncio, la retirada del trato denominado de “nación más favorecida” a Rusia, la decisión debe ser aprobada por el Congreso estadounidense, algo que se espera que salga adelante sin problema al contar con apoyos tanto demócratas como republicanos.
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Ucrania y Canadá ya han retirado a Rusia el estatus de “nación más favorecida”, según la Casa Blanca, el resto de países miembros del G7 y la Unión Europea (UE) también seguirán los mismos pasos.
Además, alertó al presidente ruso, Vladímir Putin, de que su país pagará “un alto precio” si usa armas químicas o biológicas en Ucrania, al mismo tiempo dijo que Washington defenderá “cada centímetro” del territorio de los aliados de la OTAN. Sin embargo, insistió en que quiere evitar cualquier confrontación directa entre la OTAN y Rusia porque eso supondría el inicio de la Tercera Guerra Mundial.
Biden también adelantó que los países del G7 trabajarán para cerrar a Rusia cualquier fuente de financiación procedente de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). “Putin es el agresor y debe pagar el precio por ello. No puede seguir tomado acciones que amenazan los fundamentos de la paz y la estabilidad internacional y luego pedir ayuda financiera a la comunidad internacional”, dijo.
30.000 millones de dólares
El año pasado Estados Unidos importó productos rusos por valor de unos 30.000 millones de dólares, incluidos 17.500 millones de dólares en petróleo crudo, una mercancía sobre la que Washington acaba de imponer un embargo total.
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Esta nueva sanción se sumará a otras muchas aplicadas por Occidente para cortar paulatinamente los lazos económicos y financieros del país liderado por Vladimir Putin con el resto del mundo. De hecho, las medidas ya tuvieron un impacto devastador en la economía rusa, hasta el punto de que el país está ahora, según la agencia Fitch, al borde de un default.
El rublo se derrumba mientras muchas empresas occidentales suspendieron sus actividades en Rusia. La guerra en Ucrania también tiene consecuencias para toda la economía mundial, que apenas se recupera de la pandemia de covid-19, debido en particular a la explosión del precio de las materias primas.
Biden está bajo una intensa presión política interna para anunciar más sanciones contra Rusia, también hay presión por parte de Ucrania, que insta a Washington a golpear más fuerte en los bolsillos de Rusia, visto que Biden descartó categóricamente una intervención militar.
“Sé que Estados Unidos está haciendo todo lo que puede en este momento, pero (...) realmente queremos que se introduzcan muchas más medidas”, dijo el viernes a la CNN Oleg Ustenko, asesor económico del presidente ucraniano.