Estas son las ciudades y alimentos más golpeados por la inflación
Desde 1999 Colombia no registraba una inflación tan alta. ¿Cuáles son los productos que más se han encarecido y qué tácticas de ahorro se pueden implementar para que la carestía no acabe con nuestros ingresos?
En agosto el costo de vida de los hogares colombianos registró un aumento anual del 10,84 %. Esta cifra es considerable, no solo porque consolida dos meses consecutivos de una inflación a doble dígito, sino porque no se registraba un índice tan alto desde abril de 1999.
Contrario a la tendencia histórica que se ha registrado desde 2016 (en la que durante los meses de agosto el precio promedio de los alimentos baja de precio), este año se registró una variación casi trece veces mayor a la usual, por lo que los alimentos y las bebidas no alcohólicas se convirtieron en la división de gasto que más jalonó la inflación.
Lea también: La inflación anual fue del 10,84 % en agosto: ¿Ya llegó a su techo en Colombia?
En el grupo de los alimentos que más aumentaron de precio entre julio y agosto se encuentra la cebolla (11,7 %), la arracacha, ñame y otros tubérculos (11,3 %), el azúcar y otros endulzantes (6,84 %), los bananos (6,5 %), las legumbres secas (6,31 %), el trigo y sus derivados (4,79 %), el tomate de árbol (4,66 %), las carnes (4,02 %), el maíz y sus derivados (3,63 %) y el café y los productos a base de café (3,62 %).
En la variación interanual, los alimentos que más se han encarecido son las cebollas (92,81 %), el azúcar (33,46 %), el pan (30,36 %), el arroz (26,03 %), las frutas frescas (24,60 %), los huevos (20,13 %), las papas (16,91 %) y la carne de aves (16,32 %).
Sin embargo, en agosto no todos los productos aumentaron de precio en su variación intermensual. Sorpresivamente las papas registraron un protagonista descenso del 9,31 %, seguidas de las moras (-2,6 %), la zanahoria (-1,76 %), el tomate (-1,16 %), los condimentos y las hierbas culinarias (-0,83 %) y las naranjas (-0,45 %).
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Otro dato a tener en cuenta es que la inflación no afecta a todas las ciudades por igual, aunque la mayoría se encuentra por encima del total nacional del 10,84 %. En el último año, la inflación más alta se registró en la ciudad de Santa Marta, donde la variación fue del 14,42 %. Esta fue seguida por Valledupar (14,28 %), Cúcuta (14,26 %), Riohacha (13,67 %) y Barranquilla (12,94 %).
En contraste, las ciudades que menos registraron un crecimiento en la carestía de los bienes y servicios que componen la canasta básica familiar fueron Bogotá (9,69 %), Manizales (10,46 %), Pasto (10,67 %), Medellín (10,72 %) e Ibagué (11,21 %).
A estirar el billete
Ante un escenario en el que el dinero alcanza para menos, las recomendaciones de los expertos apuntan a mejorar la administración del gasto en los hogares.
Especialistas consultados por este medio recomiendan reevaluar la importancia de los gastos que se planean hacer. Es decir, hay cosas que pueden catalogarse como importantes (como lo puede ser el cambio de un televisor) y otras como urgentes (la alimentación, el vestido, los servicios públicos esenciales…). Aunque también hay productos y servicios que no encajan en ninguna de estas categorías, que es lo que usualmente llaman “los gusticos”.
Le sugerimos leer: Los banqueros centrales entre la inflación y la recesión
En tiempos de inflación, y cuando los ingresos del hogar se muestran limitados, el gran consejo es aguantarse esos impulsos de comprar y priorizar los gastos.
Otra de las recomendaciones apuntan a darse la oportunidad de probar otras marcas. Hay productos que son buenos y más baratos, pero de marca blanca, y que podrían hacer que los ingresos de su hogar no se vean tan afectados.
Pensar en inversiones, para aumentar los ingresos del hogar, también figura en la lista de recomendaciones. Aunque aquí se debe tener un especial cuidado, pues puede resultar contraproducente el destinar recursos en negocios que se desconocen, de los que no se tiene control, o que puedan terminar en un caso de estafa.
Finalmente está el ahorro, que aunque a largo plazo no tiene mucho sentido (porque en temporadas inflacionarias el dinero pierde valor), a corto plazo puede ser un gran aliado, especialmente para atender imprevistos que puedan amenazar con desajustar el presupuesto del hogar y presionar a recurrir al crédito para satisfacer esas necesidades de pago.
Aunque algunas previsiones indican que este fenómeno inflacionario puede continuar en lo que resta de 2022 (alcanzando incluso cifras que rondan el 11 %), los cálculos también anticipan un 2023 más calmado, con una inflación desacelerada. Calcular los gastos, priorizarlos, comparar precios y tener un colchón de ahorros son parte de las mejores herramientas que puede tener para que la carestía no acabe con sus ingresos.
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En agosto el costo de vida de los hogares colombianos registró un aumento anual del 10,84 %. Esta cifra es considerable, no solo porque consolida dos meses consecutivos de una inflación a doble dígito, sino porque no se registraba un índice tan alto desde abril de 1999.
Contrario a la tendencia histórica que se ha registrado desde 2016 (en la que durante los meses de agosto el precio promedio de los alimentos baja de precio), este año se registró una variación casi trece veces mayor a la usual, por lo que los alimentos y las bebidas no alcohólicas se convirtieron en la división de gasto que más jalonó la inflación.
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En el grupo de los alimentos que más aumentaron de precio entre julio y agosto se encuentra la cebolla (11,7 %), la arracacha, ñame y otros tubérculos (11,3 %), el azúcar y otros endulzantes (6,84 %), los bananos (6,5 %), las legumbres secas (6,31 %), el trigo y sus derivados (4,79 %), el tomate de árbol (4,66 %), las carnes (4,02 %), el maíz y sus derivados (3,63 %) y el café y los productos a base de café (3,62 %).
En la variación interanual, los alimentos que más se han encarecido son las cebollas (92,81 %), el azúcar (33,46 %), el pan (30,36 %), el arroz (26,03 %), las frutas frescas (24,60 %), los huevos (20,13 %), las papas (16,91 %) y la carne de aves (16,32 %).
Sin embargo, en agosto no todos los productos aumentaron de precio en su variación intermensual. Sorpresivamente las papas registraron un protagonista descenso del 9,31 %, seguidas de las moras (-2,6 %), la zanahoria (-1,76 %), el tomate (-1,16 %), los condimentos y las hierbas culinarias (-0,83 %) y las naranjas (-0,45 %).
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En contraste, las ciudades que menos registraron un crecimiento en la carestía de los bienes y servicios que componen la canasta básica familiar fueron Bogotá (9,69 %), Manizales (10,46 %), Pasto (10,67 %), Medellín (10,72 %) e Ibagué (11,21 %).
A estirar el billete
Ante un escenario en el que el dinero alcanza para menos, las recomendaciones de los expertos apuntan a mejorar la administración del gasto en los hogares.
Especialistas consultados por este medio recomiendan reevaluar la importancia de los gastos que se planean hacer. Es decir, hay cosas que pueden catalogarse como importantes (como lo puede ser el cambio de un televisor) y otras como urgentes (la alimentación, el vestido, los servicios públicos esenciales…). Aunque también hay productos y servicios que no encajan en ninguna de estas categorías, que es lo que usualmente llaman “los gusticos”.
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Otra de las recomendaciones apuntan a darse la oportunidad de probar otras marcas. Hay productos que son buenos y más baratos, pero de marca blanca, y que podrían hacer que los ingresos de su hogar no se vean tan afectados.
Pensar en inversiones, para aumentar los ingresos del hogar, también figura en la lista de recomendaciones. Aunque aquí se debe tener un especial cuidado, pues puede resultar contraproducente el destinar recursos en negocios que se desconocen, de los que no se tiene control, o que puedan terminar en un caso de estafa.
Finalmente está el ahorro, que aunque a largo plazo no tiene mucho sentido (porque en temporadas inflacionarias el dinero pierde valor), a corto plazo puede ser un gran aliado, especialmente para atender imprevistos que puedan amenazar con desajustar el presupuesto del hogar y presionar a recurrir al crédito para satisfacer esas necesidades de pago.
Aunque algunas previsiones indican que este fenómeno inflacionario puede continuar en lo que resta de 2022 (alcanzando incluso cifras que rondan el 11 %), los cálculos también anticipan un 2023 más calmado, con una inflación desacelerada. Calcular los gastos, priorizarlos, comparar precios y tener un colchón de ahorros son parte de las mejores herramientas que puede tener para que la carestía no acabe con sus ingresos.
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