Estrategia con aroma de café

Desde hace cuatro años, los directivos de la compañía Nestlé en Colombia —en alianza con la Federación Nacional de Cafeteros— pusieron a andar un plan para incentivar la producción cafetera en siete municipios del Valle del Cauca, entre los cuales se encuentran Andalucía, Bugalagrande, Sevilla y Tuluá. El propósito de esta iniciativa, llamada Plan Nescafé, no sólo fue convertir a los productores en proveedores de un selecto café, sino apoyar el desarrollo rural en algunas regiones del departamento.

Ahora Nestlé está comenzando a recoger los primeros frutos de ese proyecto, ya que cuenta con cafés exclusivos de la región para emplearlos en la producción de café instantáneo en su planta de Bugalagrande, donde también se fabrican otros productos representativos de la compañía.

Ricardo Piedrahíta, gerente de sostenibilidad de Nestlé, cuenta que actualmente la compañía demanda cerca de 1,3 millones de sacos del grano para cubrir la producción de cafés solubles en Bugalagrande. De este monto, cerca de un 10 o 15% es usado en cubrir el mercado colombiano.

Tras la fase de consolidación del programa en Valle del Cauca, explica Piedrahíta, el reto de Nestlé es llevar el plan a cuatro municipios cafeteros del departamento de Risaralda: Santuario, Balboa, La Celia y Belén de Umbría. Esto implica que a más de 5.000 caficultores se les dará asistencia técnica y cerca de 2 millones de árboles de café para sembrar en sus fincas (en el Valle se han entregado 6,5 millones de plantas).

Entre 2010 y este año, Nestlé ha invertido US$9 millones (cerca de $18.000 millones) en la expansión de su plan cafetero. La próxima etapa, explica Piedrahíta, serán algunos municipios de Quindío. Incluso, agrega, desde algunas asociaciones cafeteras del departamento de Santander se han visto muestras de interés en acogerse a este programa, que hasta el momento ha cobijado a poco más de 10.000 productores. “Esto es una creación de valor compartido entre comunidad y compañía”.

Manuel Andrés, presidente de Nestlé para Colombia, explica que la empresa busca haber distribuido a 2020 cerca de 60 millones de plantas entre los productores y agrega que en este momento la compañía está exportando a Perú productos como Nescafé.

Ahora, desde junio, la marca pondrá en el mercado un producto llamado Nescafé Cosecha Selecta, con el cual se quiere entregar a los consumidores un café selecto como el que se ha cultivado en los municipios del Valle.

Entre las montañas cercanas al municipio de Trujillo (Valle del Cauca), Nestlé desarrolló un vivero que tiene como único propósito la siembra de plántulas de café que se entregan a los caficultores interesados en vincularse al plan de la compañía.

Entre algunas matas de plátano y de maíz, las plántulas de café se abren paso en una finca de la zona. Decenas de trabajadores, día tras día, se encargan de proveerlas de abonos suficientes para que cuando hayan cumplido 90 días sean llevadas a las fincas de los cafeteros que forman parte del programa.

Luis Osorio, colaborador de la Federación de Cafeteros, sostiene que para el programa es clave que el café producido mantenga la calidad en taza y que los caficultores empleen prácticas sostenibles en sus cultivos.

hsandoval@elespectador.com

@hector_sandoval

Desde hace cuatro años, los directivos de la compañía Nestlé en Colombia —en alianza con la Federación Nacional de Cafeteros— pusieron a andar un plan para incentivar la producción cafetera en siete municipios del Valle del Cauca, entre los cuales se encuentran Andalucía, Bugalagrande, Sevilla y Tuluá. El propósito de esta iniciativa, llamada Plan Nescafé, no sólo fue convertir a los productores en proveedores de un selecto café, sino apoyar el desarrollo rural en algunas regiones del departamento.

Ahora Nestlé está comenzando a recoger los primeros frutos de ese proyecto, ya que cuenta con cafés exclusivos de la región para emplearlos en la producción de café instantáneo en su planta de Bugalagrande, donde también se fabrican otros productos representativos de la compañía.

Ricardo Piedrahíta, gerente de sostenibilidad de Nestlé, cuenta que actualmente la compañía demanda cerca de 1,3 millones de sacos del grano para cubrir la producción de cafés solubles en Bugalagrande. De este monto, cerca de un 10 o 15% es usado en cubrir el mercado colombiano.

Tras la fase de consolidación del programa en Valle del Cauca, explica Piedrahíta, el reto de Nestlé es llevar el plan a cuatro municipios cafeteros del departamento de Risaralda: Santuario, Balboa, La Celia y Belén de Umbría. Esto implica que a más de 5.000 caficultores se les dará asistencia técnica y cerca de 2 millones de árboles de café para sembrar en sus fincas (en el Valle se han entregado 6,5 millones de plantas).

Entre 2010 y este año, Nestlé ha invertido US$9 millones (cerca de $18.000 millones) en la expansión de su plan cafetero. La próxima etapa, explica Piedrahíta, serán algunos municipios de Quindío. Incluso, agrega, desde algunas asociaciones cafeteras del departamento de Santander se han visto muestras de interés en acogerse a este programa, que hasta el momento ha cobijado a poco más de 10.000 productores. “Esto es una creación de valor compartido entre comunidad y compañía”.

Manuel Andrés, presidente de Nestlé para Colombia, explica que la empresa busca haber distribuido a 2020 cerca de 60 millones de plantas entre los productores y agrega que en este momento la compañía está exportando a Perú productos como Nescafé.

Ahora, desde junio, la marca pondrá en el mercado un producto llamado Nescafé Cosecha Selecta, con el cual se quiere entregar a los consumidores un café selecto como el que se ha cultivado en los municipios del Valle.

Entre las montañas cercanas al municipio de Trujillo (Valle del Cauca), Nestlé desarrolló un vivero que tiene como único propósito la siembra de plántulas de café que se entregan a los caficultores interesados en vincularse al plan de la compañía.

Entre algunas matas de plátano y de maíz, las plántulas de café se abren paso en una finca de la zona. Decenas de trabajadores, día tras día, se encargan de proveerlas de abonos suficientes para que cuando hayan cumplido 90 días sean llevadas a las fincas de los cafeteros que forman parte del programa.

Luis Osorio, colaborador de la Federación de Cafeteros, sostiene que para el programa es clave que el café producido mantenga la calidad en taza y que los caficultores empleen prácticas sostenibles en sus cultivos.

hsandoval@elespectador.com

@hector_sandoval