¿Exceso de turistas?: las medidas que se han tomado en ciudades para controlarlo
Como Venecia, que lanzó el jueves el pago de una tasa para los visitantes diarios, numerosos destinos del mundo imponen medidas para limitar la afluencia masiva de turistas que los congestionan y perjudican.
Las perspectivas son claras. Se espera que en 2024 el turismo internacional alcance los niveles prepandemia (y los supere en 2 %), cuando viajaron por el mundo 1.460 millones de turistas. Solo en 2023 se registró un número estimado de 1.300 millones de llegadas internacionales a nivel global, y Europa, la región más visitada del mundo, alcanzó 94 % de los niveles logrados en 2019. En términos generales esto se tradujo en ingresos que llegaron a los US$1,4 billones y la contribución económica del turismo, incluido el tráfico aéreo, ascendió al 3 % del PIB mundial.
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Las perspectivas son claras. Se espera que en 2024 el turismo internacional alcance los niveles prepandemia (y los supere en 2 %), cuando viajaron por el mundo 1.460 millones de turistas. Solo en 2023 se registró un número estimado de 1.300 millones de llegadas internacionales a nivel global, y Europa, la región más visitada del mundo, alcanzó 94 % de los niveles logrados en 2019. En términos generales esto se tradujo en ingresos que llegaron a los US$1,4 billones y la contribución económica del turismo, incluido el tráfico aéreo, ascendió al 3 % del PIB mundial.
Las estimaciones hechas por ONU Turismo dan cuenta no solo del panorama creciente del turismo en el mundo, sino también de los múltiples desafíos a los que se enfrentan las ciudades y países que reciben millones de viajeros al año y que cada vez se están viendo abrumados por una masificación del turismo que parece desbordar infraestructuras y que casi interrumpe la vida diaria en algunos de estos lugares.
Sólo en el espectro ambiental, el panorama ofrece amplias preocupaciones.
Según datos de ONU Turismo y el Foro Internacional del Transporte, las emisiones de CO2 asociadas al turismo crecerán 25 % para 2030 spbre los valores que se habían registrado en 2016. Esto quiere decir que, a nivel global, el transporte relacionado al turismo contribuirá con 5,3 % de las emisiones de CO2 del planeta para 2030.
El descontento con la masificación del turismo ha comenzado a superar la tolerancia, o la apreciación de beneficios económicos, en algunos lados. Por ejemplo, en las Islas Canarias (España), este mes se registraron grandes protestas por la falta de regulación en la llegada y manejo de turistas.
Estos son algunos ejemplos de medidas que se han tomado en varias ciudades del mundo para contrarrestar los efectos del turismo masivo.
Cobros en Venecia
Venecia se convirtió este jueves en la primera ciudad del mundo en la que es necesario registrarse y pagar para visitarla. El cobro de 5 euros no fue bien recibido por los habitantes que se manifestaron en contra de la medida, pues la consideran inútil para tratar los graves problemas que ha traído el exceso de turistas en la zona.
Por el momento son 29 los días en los que se podrá ingresar en la ciudad sólo con reserva y pago para quienes no se alojen en la laguna. No habrá torniquetes y unos 200 inspectores entre controladores y agentes municipales se dedicarán a revisar aleatoriamente la posesión del código QR que da derecho a entrar tras pagar los 5 euros por internet.
La medida estará en vigor desde el 25 de abril, con un puente en el que se prevé una importante presencia de turismo, hasta el 5 de mayo, cuando comenzará a cobrarse durante los sucesivos fines de semana hasta el 14 de julio, además del 1 y 2 de junio. Las multas van de 30 a 500 euros.
No más hoteles nuevos en Ámsterdam
La ciudad holandesa anunció el pasado 17 de abril que ya no permitirá la construcción de nuevos hoteles, en el marco de las medidas que está implementando para contrarrestar el turismo de masas. Para que un nuevo hotel pueda ser construido, debe cerrar otro.
“Queremos hacer y mantener la ciudad habitable para residentes y visitantes. Esto significa: no sobreturismo, no nuevos hoteles y no más de 20 millones de pernoctaciones de turistas al año en hoteles”, dijo el ayuntamiento en un comunicado al especificar que la medida no aplicara para los hoteles nuevos que ya fueron aprobados que están en desarrollo.
Ámsterdam, además, anunció que comenzaría reducir el número de cruceros fluviales autorizados para atracar, pasando de 2.125 en 2023 a no más de 1.150 para 2028. Una medida que se estima podría derivar en que a la ciudad lleguen cerca de 271.000 visitantes menos.
Asimismo, en la ciudad se prohibió el consumo de marihuana en las calles del barrio rojo y las visitas guiadas por las ventanas de las trabajadoras sexuales.
Grupos limitados
En España, segundo destino turístico mundial detrás de Francia y encaminado a batir este año su récord de visitantes de 2023, numerosas ciudades al borde de la saturación tomaron la delantera para calmar el hastío de sus habitantes.
La ciudad costera de San Sebastián, en la región norteña del País Vasco, limitó a 25 personas los grupos turísticos en su centro histórico y prohibió el uso de megáfonos a los guías.
Barcelona, una de las ciudades más visitadas del país, también prohibió grupos de más de 20 personas en su célebre mercado de la Boquería.
De su lado, la ciudad andaluza de Sevilla contempla hacer pagar el acceso a la célebre plaza de España a los no residentes.
Alto a los cruceros
La popular isla española de Mallorca, en las Islas Baleares, aplica desde 2022 un máximo de tres cruceros diarios en su puerto, entre ellos un solo “mega-crucero”. La isla vecina de Menorca limitará por su parte el acceso de vehículos.
Emblema del turismo masivo, el puerto croata de Dubrovnik impone desde 2019 un límite de dos cruceros por día, con un máximo de 4.000 pasajeros cada uno, ante la acumulación de visitantes en sus callejuelas medievales retratadas en la serie “Juego de Tronos”.
Ampliando su larga lista de medidas contra el turismo de masas, Ámsterdam prohibió el año pasado la llegada de cruceros a su centro histórico, una medida vigente en Venecia desde 2021.
Freno a encarecimiento de alquileres
En la ciudad italiana de Florencia se han intensificado los llamados a tomar medidas urgentes para proteger su centro histórico, sobre todo después de las sorprendentes declaraciones de la directora de la prestigiosa Galería de la Academia, hogar del David de Miguel Ángel, en las que estimaba que Florencia se convirtió en “una prostituta”.
Unos 1,5 millones de turistas visitaron esta joya italiana del arte y la arquitectura en el verano boreal de 2023, un 6,6% más que en el mismo periodo del año anterior.
En su centro, declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cada vez son más las tiendas y los edificios residenciales que se reconvierten en negocios de comida rápida y apartamentos de alquiler turístico. El costo medio de los alquileres residenciales subió un 42% entre 2016 y 2023. En paralelo, el número de apartamentos listados en la plataforma Airbnb pasó de 6.000 a casi 15.000, según las cifras oficiales.
El consejo municipal, de centroizquierda, lanzó una campaña para atraer a los turistas lejos del saturado centro. Como la gente busca cada vez más “itinerarios basados en la experiencia”, el consistorio intenta promover otros puntos de interés histórico y artístico, vinculados a la naturaleza o la gastronomía, explicó a la agencia AFP su vicealcaldesa, Alessia Bettini.
El número de visitantes en pueblos, castillos y abadías de los alrededores progresó un 4,5 % en enero y el número de senderistas que se aventuran a recorrer la Vía de los Dioses entre Bolonia y Florencia a través de los Apeninos aumentó un 22 % el año anterior.
El gobierno local también quiere hacer que haya más alojamientos disponibles para la población local y frenar el encarecimiento del alquiler, prohibiendo nuevos pisos de alquiler turístico a corto plazo en el centro histórico.
La medida, adoptada en octubre, prevé desgravaciones fiscales para los propietarios que regresen a modelos de arrendamiento ordinarios.
Límites en la Acrópolis de Atenas
En septiembre de 2023, la ministra de Cultura griega, Lina Mendoni, anunció un límite diario de 20.000 visitantes para el Museo de la Acrópolis de Atenas, que permitía 23.000 ingresos diarios. La medida está contemplada hasta el 1 de abril de 2024.
El recinto está abierto de 8.00 a.m. a 8:00 p.m. de lunes a domingo y la estrategia contempla también controles en las horas de ingreso: 3.000 personas pueden ingresar entre las 8:00 a.m. y las 9:00 a.m., 2.000 durante la siguiente hora y luego las cantidades van variando.
Reserva en las Calanques
En el sudeste de Francia, el Parque Nacional de Calanques impone un sistema de reservas para acceder a la cala de Sugiton, amenazada de erosión, con un máximo de 400 personas diarias en verano contra 2.500 que se acumulaban anteriormente.
Las autoridades francesas también han establecido un límite de visitantes en verano a la isla mediterránea de Porquerolles o a la de Bréhat, frente a Bretaña en el canal de la Mancha.
Tarifa en el Monte Fuji
También víctima de su éxito, el mítico monte Fuji, cerca de Tokio, aplicará a partir de este verano medidas para controlar las hordas. Cada temporada, más de 220.000 visitantes tratan de ascenderlo entre julio y septiembre.
A partir del 1 de julio, quienes quieran subir por el popular sendero Yoshida deberán pagar 2.000 yenes (13 dólares), y una cuota máxima para acceder a su ruta senderista más popular. Las autoridades locales también decidieron limitar el número de accesos diarios a 4.000 personas y prohibir el acceso entre las 4:00 p.m. y las 3:00 a.m.
La montaña, considerada en 2013 como patrimonio mundial de la Unesco, tiene una altitud de 3.776 metros y solo entre 2012 y 2019, el número de visitantes se duplicó alcanzando los 5,1 millones anuales.
Medidas en el barrio de las geishas
Los vecinos del barrio de Gion, ubicado en la ciudad japonesa de Kioto y conocido por sus geishas, buscan vetar el acceso de turistas extranjeros a algunas de sus calles ante la afluencia excesiva de visitantes y las molestias que acarrean para sus habitantes.
Este distrito de Kioto, originario de la era Sengoku (siglos XV-XVI) y cuna de las más apreciadas geishas del país (mujeres entrenadas en artes tradicionales niponas del entretenimiento), es una de las zonas más visitadas de la antigua capital japonesa, a su vez uno de los principales destinos turísticos del país.
Los habitantes han decidido poner carteles en las calles pidiendo a los visitantes que no entren en calles estrechas, de carácter privado, a partir de abril, mensajes que estarán escritos en inglés, japonés y quizás chino, según dijo Isokazu Ota, responsable del Consejo del Distrito Sur de Gion.
“No podemos decirles que no anden ni hagan fotos en las calles publicas del barrio, pero sí queremos pedir que respeten los espacios privados”, añadió.
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