Fabricato: más fuerte tras dos grandes crisis
Tras acogerse a una Ley de Quiebras (en el 2000) y sufrir un golpe reputacional por el descalabro de Interbolsa (2012), la textilera aprendió que “la historia no es garantía de un futuro exitoso”. Hay que estar siempre atento y dispuesto al cambio.
Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
No todas las empresas pueden decir que han sobrevivido a dos grandes crisis en menos de 20 años, una financiera y una reputacional. Fabricato es una de ellas. La resiliencia que ha mostrado no solo la ha convertido en una de las más icónicas del sector textil colombiano, también está a pocos meses de entrar en el selecto grupo de corporaciones centenarias que tiene el país debido a que logró mantenerse a flote frente a las adversidades. (Lee también Máquinas Singer: del siglo XIX a la puntada digital)
Una larga historia
Es un proyecto que nació en diciembre de 1919, cuando los empresarios Carlos Mejía, Antonio Navarro y Alberto Echavarría compraron un terreno en Bello (Antioquia), para construir una fábrica de textiles. Dos meses después, el 26 de febrero de 1920, nació una sociedad anónima llamada Fábrica de Hilados y Tejidos del Hato: una empresa que evolucionó a lo largo de los años hasta convertirse en el Fabricato que hoy conocemos.
Se trata de una compañía con 2.048 empleados, que cotiza en bolsa, con presencia en 16 países y que exporta el 29 % de su producción. Al cierre de 2018 contaba con $908.000 millones en activos, $371.000 millones en pasivos y más de $536.000 millones de patrimonio. Además, el año pasado logró ventas por $329.086 millones, pero tuvo pérdidas del orden de $31.755 millones. Este año, Fabricato sigue creciendo, pues el pasado 30 de enero anunció que absorbió a Textiles del Río, operación que elevó sus activos hasta los $922.000 millones y sus pasivos hasta los $386.000 millones.
Dos grandes golpes en 20 años
A comienzos de siglo, en el 2000, Fabricato tuvo que enfrentar tal vez el principal reto financiero de su centenaria historia: debido a malas condiciones de mercado se vio obligada a acogerse a la Ley de Quiebras (ley 550 de 1999). La situación la obligó a entrar en un proceso de reestructuración de sus pasivos, una deuda de más $320.000 millones en ese momento que se comprometió pagar antes del 2023.
El otro gran golpe recibido en los últimos 20 años fue por cuenta del escándalo de Interbolsa en 2012: la comisionista manipuló repos (contratos de recompra que cotizan en bolsa) de Fabricato para elevar artificialmente el precio de la acción, movida por la cual el título pasó $29 a $93. Pero cuando se destapó esta maniobra, de la que Fabricato asegura no haber tenido conocimiento (y no hay fallo judicial que contradiga esta versión), la acción tuvo que suspenderse y volvió al mercado con un precio que había caído hasta los $10.
Fabricato recibió un golpe reputacional de gravedad que le implicó la pérdida de inversión y dificultades a la hora de buscar financiamiento. De hecho, antes de este escándalo, en 2011, se hablaba de que estaba a tan solo a dos años de salir de la Ley de Quiebras, debido a un pago de $13.844 millones que realizó la empresa de forma anticipada al saldo de la deuda (que se reestructuró en el 2000).
Y el episodio de tensión más reciente que vivió se dio hace dos años, en 2017, cuando tuvo que cesar operaciones por 15 días. Sin embargo, para su presidente, Carlos Alberto de Jesús, este incidente no lo consideran una crisis (o no de la magnitud de las pasadas).
“La medida obedeció a que el mercado presentó un nivel de demanda muy por debajo de lo esperado para estos meses. A su vez, el nivel de inventario estaba más alto que lo presupuestado para el período, suficiente para cumplir con los pedidos sin la necesidad de nueva producción. La suma de los dos factores, asociada al enfoque de darnos estricto cumplimiento a los compromisos financieros y comerciales previamente asumidos, fue lo que nos llevó a esta decisión”, explicó el empresario.
Además, cabe recordar que 2017 fue un año especialmente duro para esta industria, la baja demanda y los efectos del contrabando de textiles provocaron más de 60.000 empleos perdidos en el sector, según la Cámara Colombiana de la Confección.
Las lecciones
Los recortes laborales que debieron hacer para preservar el mayor número de trabajadores posibles, el patrimonio que se perdió y todas difíciles decisiones que tuvieron que tomar en estos períodos de crisis representan lecciones invaluables para Fabricato y para cualquier empresa que llegara a vivir algo parecido. No solo provocan un cambio en las prioridades inmediatas; también hacen reflexionar sobre el camino recorrido y transforman la visión de largo plazo.
“De las crisis siempre quedan aprendizajes, y en nuestro caso no podría ser diferente. Tal vez lo más importante es que, no importa cuan grande sea su historia, esto no garantizará un futuro exitoso. Hay que estar siempre atento a lo nuevo y dispuesto a adecuarse a lo nuevo, y cada vez con mayor velocidad”, explica el presidente de Fabricato.
De Jesús agrega que “la fidelidad a nuestros valores fue fundamental para superar las crisis y por ello forman parte fundamental de nuestra visión futura: innovación, responsabilidad social y ambiental, estricto cumplimiento de la normativa legal, verdad y transparencia. Definitivamente nos sentimos más fuertes por enfrentar estas crisis. No solo por el aprendizaje acumulado, sino también por las inversiones realizadas, que hoy nos permiten competir con las principales empresas del mundo”.
Finalmente, el presidente de Fabricato indica que “la clave para superar este tipo de situaciones de emergencia es enfocarse en las actividades realmente relevantes para la empresa y, de ser el caso, deshacerse de las que no hacen parte de su negocio principal”.
Fabricato es una organización que pronto será centenaria, que aunque haya recibido fuertes golpes en los últimos 20 años se siente confiada para seguir construyendo su legado por muchos años más. Un ejemplo de cómo una empresa debe seguir adelante, aún después de las peores crisis.
No todas las empresas pueden decir que han sobrevivido a dos grandes crisis en menos de 20 años, una financiera y una reputacional. Fabricato es una de ellas. La resiliencia que ha mostrado no solo la ha convertido en una de las más icónicas del sector textil colombiano, también está a pocos meses de entrar en el selecto grupo de corporaciones centenarias que tiene el país debido a que logró mantenerse a flote frente a las adversidades. (Lee también Máquinas Singer: del siglo XIX a la puntada digital)
Una larga historia
Es un proyecto que nació en diciembre de 1919, cuando los empresarios Carlos Mejía, Antonio Navarro y Alberto Echavarría compraron un terreno en Bello (Antioquia), para construir una fábrica de textiles. Dos meses después, el 26 de febrero de 1920, nació una sociedad anónima llamada Fábrica de Hilados y Tejidos del Hato: una empresa que evolucionó a lo largo de los años hasta convertirse en el Fabricato que hoy conocemos.
Se trata de una compañía con 2.048 empleados, que cotiza en bolsa, con presencia en 16 países y que exporta el 29 % de su producción. Al cierre de 2018 contaba con $908.000 millones en activos, $371.000 millones en pasivos y más de $536.000 millones de patrimonio. Además, el año pasado logró ventas por $329.086 millones, pero tuvo pérdidas del orden de $31.755 millones. Este año, Fabricato sigue creciendo, pues el pasado 30 de enero anunció que absorbió a Textiles del Río, operación que elevó sus activos hasta los $922.000 millones y sus pasivos hasta los $386.000 millones.
Dos grandes golpes en 20 años
A comienzos de siglo, en el 2000, Fabricato tuvo que enfrentar tal vez el principal reto financiero de su centenaria historia: debido a malas condiciones de mercado se vio obligada a acogerse a la Ley de Quiebras (ley 550 de 1999). La situación la obligó a entrar en un proceso de reestructuración de sus pasivos, una deuda de más $320.000 millones en ese momento que se comprometió pagar antes del 2023.
El otro gran golpe recibido en los últimos 20 años fue por cuenta del escándalo de Interbolsa en 2012: la comisionista manipuló repos (contratos de recompra que cotizan en bolsa) de Fabricato para elevar artificialmente el precio de la acción, movida por la cual el título pasó $29 a $93. Pero cuando se destapó esta maniobra, de la que Fabricato asegura no haber tenido conocimiento (y no hay fallo judicial que contradiga esta versión), la acción tuvo que suspenderse y volvió al mercado con un precio que había caído hasta los $10.
Fabricato recibió un golpe reputacional de gravedad que le implicó la pérdida de inversión y dificultades a la hora de buscar financiamiento. De hecho, antes de este escándalo, en 2011, se hablaba de que estaba a tan solo a dos años de salir de la Ley de Quiebras, debido a un pago de $13.844 millones que realizó la empresa de forma anticipada al saldo de la deuda (que se reestructuró en el 2000).
Y el episodio de tensión más reciente que vivió se dio hace dos años, en 2017, cuando tuvo que cesar operaciones por 15 días. Sin embargo, para su presidente, Carlos Alberto de Jesús, este incidente no lo consideran una crisis (o no de la magnitud de las pasadas).
“La medida obedeció a que el mercado presentó un nivel de demanda muy por debajo de lo esperado para estos meses. A su vez, el nivel de inventario estaba más alto que lo presupuestado para el período, suficiente para cumplir con los pedidos sin la necesidad de nueva producción. La suma de los dos factores, asociada al enfoque de darnos estricto cumplimiento a los compromisos financieros y comerciales previamente asumidos, fue lo que nos llevó a esta decisión”, explicó el empresario.
Además, cabe recordar que 2017 fue un año especialmente duro para esta industria, la baja demanda y los efectos del contrabando de textiles provocaron más de 60.000 empleos perdidos en el sector, según la Cámara Colombiana de la Confección.
Las lecciones
Los recortes laborales que debieron hacer para preservar el mayor número de trabajadores posibles, el patrimonio que se perdió y todas difíciles decisiones que tuvieron que tomar en estos períodos de crisis representan lecciones invaluables para Fabricato y para cualquier empresa que llegara a vivir algo parecido. No solo provocan un cambio en las prioridades inmediatas; también hacen reflexionar sobre el camino recorrido y transforman la visión de largo plazo.
“De las crisis siempre quedan aprendizajes, y en nuestro caso no podría ser diferente. Tal vez lo más importante es que, no importa cuan grande sea su historia, esto no garantizará un futuro exitoso. Hay que estar siempre atento a lo nuevo y dispuesto a adecuarse a lo nuevo, y cada vez con mayor velocidad”, explica el presidente de Fabricato.
De Jesús agrega que “la fidelidad a nuestros valores fue fundamental para superar las crisis y por ello forman parte fundamental de nuestra visión futura: innovación, responsabilidad social y ambiental, estricto cumplimiento de la normativa legal, verdad y transparencia. Definitivamente nos sentimos más fuertes por enfrentar estas crisis. No solo por el aprendizaje acumulado, sino también por las inversiones realizadas, que hoy nos permiten competir con las principales empresas del mundo”.
Finalmente, el presidente de Fabricato indica que “la clave para superar este tipo de situaciones de emergencia es enfocarse en las actividades realmente relevantes para la empresa y, de ser el caso, deshacerse de las que no hacen parte de su negocio principal”.
Fabricato es una organización que pronto será centenaria, que aunque haya recibido fuertes golpes en los últimos 20 años se siente confiada para seguir construyendo su legado por muchos años más. Un ejemplo de cómo una empresa debe seguir adelante, aún después de las peores crisis.