Financiar los créditos agropecuarios para bajar los precios de los alimentos
El Gobierno dispuso de $150.000 millones para las líneas especiales de crédito con las que busca fomentar la siembra de los pequeños y medianos productores, de modo que aumente la oferta de alimentos.
El Gobierno definió las nueve líneas de crédito para pequeños productores agrícolas en 2023, que tendrán un presupuesto de $150.000 millones, lo que representa un crecimiento del 23 %, frente a la inversión de 2022.
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El Gobierno definió las nueve líneas de crédito para pequeños productores agrícolas en 2023, que tendrán un presupuesto de $150.000 millones, lo que representa un crecimiento del 23 %, frente a la inversión de 2022.
El objetivo de esta iniciativa es apoyar la producción de alimentos en el país, especialmente porque abril es un mes clave para la siembra del primer semestre. De esta manera, el Gobierno espera aumentar la demanda de estos productos para ayudar a disminuir sus altos precios. Este renglón ha sido el rubro que más ha impulsado la inflación desde finales de 2021, aunque entre enero y febrero de este año ha mostrado una leve tendencia a la baja.
En Colombia el 84,1 % de los alimentos que se consumen en Colombia viene de producción nacional. Y, de este porcentaje, al menos 50 % está en manos de pequeños productores, que son el foco principal de las líneas especiales de crédito agropecuario, según datos del Ministerio de Agricultura.
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Finagro es la entidad encargada de dichos créditos. En entrevista con este medio, su presidenta, Ángela María Penagos, da detalles y explica en qué consiste el programa.
¿En qué consisten las líneas especiales de crédito que lanzó Finagro hace unos días?
El Ministerio de Agricultura, a través de Finagro, lanzó una nueva línea de crédito que tienen un subsidio a la tasa de interés por un monto máximo por beneficiario de cerca de 50 millones de pesos. Este, dependiendo de la característica de la línea implicaría que la tasa efectiva anual estaría entre el 8 y el 13,9 %. Se da un especial énfasis en pequeño y mediano productor. No hay subsidios para grandes productores.
¿Cuáles son los beneficios que trae esto para los productores o como lo ven reflejado?
Lo más importante es que el costo de la financiación para el desarrollo de proyectos productivos agropecuarios va a ser mucho más bajo de lo que se ofrece en las condiciones de mercado tradicionales. Estos últimos meses la tasa de interés ha subido de manera significativa, lo que sin duda afecta nuestra producción, lo hemos visto por el incremento tan significativo en los precios del renglón de los alimentos.
Tenemos la claridad de que buena parte de esto se deriva de los elevados costos de los insumos, pero también al alto costo que tiene financiamiento. Si un productor pide un crédito de un millón de pesos, va a pagar al año $80.000 por el crédito y $6.600 en intereses. El Gobierno, a través de este subsidio, asume 120.000 pesos. Eso mueve mucho las decisiones de siembra. Entonces, a través de este instrumento podemos bajar esos costos y tener un impacto positivo en la inflación de alimentos.
¿Cómo esperan medir ese impacto del programa en los precios de la comida?
Desde Finagro estamos haciendo un seguimiento sistemático al comportamiento de los precios de los alimentos. La tasa de inflación de alimentos sigue siendo muy alta, pero ya presenta tendencias a la baja.
Esperamos que con esas líneas de crédito se apoye todo el proceso de siembra que se viene para el mes de abril y que podamos tener una oferta suficiente de alimentos en el segundo semestre de 2023 y que se vea reflejado en el costo. Esto va a ayudar mucho, aunque yo reconozco que todavía tenemos una tasa de interés alta y que dependemos mucho del comportamiento del sector financiero.
¿Consideran que sí tendrá buena acogida esta iniciativa, pese a las altas tasas de interés?
Hemos tenido muchas solicitudes de los productores porque la estaban esperando ansiosamente y como estamos tan focalizados en productores pequeños y mujeres, creo que vamos a tener una demanda bastante rápida y sobre todo porque estamos en la época de siembra del primer semestre.
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El Ministerio de Agricultura ha dicho que el 50 % de los pequeños productores no hacen uso de instrumentos financieros. ¿Por qué consideran ustedes que ellos deberían arriesgarse por primera vez con estas líneas de crédito?
Primero porque estamos ofreciendo unas condiciones muy favorables en un contexto difícil. Segundo, porque en general, las decisiones de un proyecto productivo asociado a la agricultura requieren de financiamiento de fomento para ser rentable. Esta actividad tiene un riesgo intrínseco y por eso el sistema financiero tradicional guarda precauciones.
Por esa razón existe el crédito de fomento que es el que ofrece Finagro, que es más barato y ahora tiene un subsidio que va a hacer viable y rentable la actividad productiva. Pero tiene que ir acompañado de asistencia técnica y buena información para que aprendan a manejar ese tipo de instrumentos financieros como una fuente para el desarrollo de la actividad productiva. Con los pequeños productores tenemos que trabajar muchísimo y por eso es una apuesta que va de la mano de los instrumentos del sector, como las garantías, los seguros y demás.
Respecto los riesgos del sector, ¿qué pasa si un productor adquiere estos tipos de financiamiento y hay alguna catástrofe de pérdidas en el cultivo? ¿Cómo se maneja esa situación?
Tenemos el FAC (Fondo Agropecuario de Garantías) que en este momento apoya con el 80 % de garantía sobre el crédito que se otorga. Además, estamos desarrollando el seguro agropecuario paramétrico, que permite una mejor cobertura frente a riesgos climáticos. Ese también tiene subsidio por parte del Estado y el FAC para pequeños productores.
¿En qué otra estrategia están trabajando, relacionada con los seguros?
Así como un crédito hipotecario va con un seguro, esperamos conectar nuestros créditos con el seguro de riesgos climáticos que es muy importante. Para ello se requiere un trabajo muy grande con las aseguradoras y los bancos por ser un producto novedoso y hay que empezar a desarrollarlo.
¿Cuáles son las diferentes líneas de crédito que manejan?
En este momento tenemos nueve líneas especiales de crédito, que son las que van a tener subsidios. Se destacan, sin duda, la que es para la mujer rural con un subsidio que puede ser de hasta de 5 puntos. Y si hacen parte de programas de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), tendrán un punto adicional.
La línea de economía verde apoya la transformación productiva y es IBR (tasa de interés de referencia de corto plazo denominada en pesos colombianos) -4 para pequeño productor de bajos ingresos si es una mujer. Si es un nombre, es IBR -3. También hay una para compra de tierras, otra de reactivación económica, de desarrollo productivo que está orientada al crecimiento de la producción. Además, está la economía popular, que completa las 10 líneas especiales de crédito.
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¿Cuál será la distribución que le darán al recurso?
Se destina en un 80 % a la producción de alimentos. Y del total, el 80 % será para pequeños y el 20 % para medianos.
¿Cómo definen las categorías de los productores para otorgarles el beneficio?
Está definido por la Comisión Nacional de Crédito, que tiene en cuenta los ingresos anuales y los activos. El primero de febrero entró la definición de pequeño productor de bajos ingresos, que tiene ingresos máximos anuales por 50 millones de pesos y sus activos no superan los 150 millones de pesos.
¿Cómo se accede al programa?
En todas las entidades financieras se puede solicitar y los trámites de las líneas especiales de crédito no tienen ningún costo para el productor.
¿Qué otras iniciativas vienen en camino por parte de Finagro?
En la Comisión Nacional de Crédito, el 20 de diciembre, se aprobaron varias orientaciones. Entre esas, tenemos que implementar la garantía progresiva que busca ser un instrumento de inclusión financiera. Para aquellos productores que en los últimos 5 años no hayan tenido acceso al sistema financiero, podamos tener una garantía del 90 %. Eso va a ir bajándose con el tiempo, a medida que tenga mejor conocimiento de los instrumentos y conozca mejor el perfil de riesgo, de tal forma que podamos llegar una garantía alrededor del 40 %.
Nosotros tenemos un subsidio a la comisión para que el acceso al instrumento no sea costoso para los pequeños productores. Esperamos masificar el uso de la garantía y el esfuerzo más importante que vamos a hacer es entregar instrumentos en portafolio. Eso quiere decir que un productor tenga crédito, garantía, seguro y servicios de extensión agropecuaria, que es un esfuerzo muy importante que trataremos de implementar para mejorar la inversión del crédito, hacerle seguimiento y evitar que esto se vuelva una carga para el productor.
De otro lado, en el Plan Nacional de Desarrollo quedaron varios temas importantes que van a agilizar el proceso del acceso al crédito de fomento, que va a permitir proveer créditos masivos por zonas a proyectos productivos. Por ejemplo, una apuesta importante de sustitución de importaciones en una región, supongamos que es Córdoba con el maíz de 5.000 productores en 20.000 hectáreas. Allí se podría ejecutar el programa para bajar los costos a los intermediarios financieros y llegar con mejores tasas.
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