Finanzas de EPM son averiadas por Hidroituango
Ante un retraso en la entrada en operación de Hidroituango, la energía que no se genere con este recurso en el mediano plazo podrá ser suplida por otros recursos de generación: XM.
Jorge Sáenz V /@jorges_v.
Los inversionistas nacionales e internacionales con bonos de las Empresas Públicas de Medellín (EPM) están en estado de máxima alerta por la suerte de Hidroituango. En el mercado doméstico la situación es más clara que entre los extranjeros. Los bonos emitidos en dólares suman US$2.716 millones y la deuda interna es de $2,24 billones.(Lea Faltan cinco metros para completar el borde superior de Hidroituango)
El posible atraso de la entrada en operación de la hidroeléctrica de Ituango va a tener una presión sobre la estructura de capital de la compañía paisa, advierten los analistas locales.(Lea Hidroituango: así se sobrevive a la tragedia)
“El anuncio de EPM sobre el no cumplimiento del proyecto Ituango con la fecha de operación comercial de noviembre 2018 resultará en una métrica de apalancamiento elevada más allá del horizonte de tiempo inicialmente contemplado por Fitch”, señala la firma calificadora de riesgo.(Lea también: Hidroituango sigue fuera de control)
“A los inversionistas les preocupan los bonos que emitieron”, dice Wilson Tovar, gerente de investigaciones de la firma Acciones & Valores.
El año pasado la empresa paisa obtuvo unos beneficios financieros de $2,1 billones, con un crecimiento de 19,1 % frente a las ganancias de un año atrás de $1,83 billones, según las cifras reportadas a la Superintendencia de Sociedades. Natalia O'Byrne Cuéllar, analista de finanzas corporativas del sector real de la firma Fitch Ratings, destacó que la entrada a tiempo del proyecto “era muy importante para el proceso de desapalancamiento (reducir nivel de deuda vendiendo activos) y para que llegara a unos niveles más acordes con la estructura de capital que nosotros (Fitch) estamos esperando y con la calificación”.
Los problemas de EPM toman fuerza desde 2016. Arrancan con las voces discordantes desde el Concejo de Medellín que advierten pobres resultados financieros, sobre todo por las inversiones en el extranjero, pasando por el desistimiento del proyecto Porce IV, el accidente en la planta de Guatapé, cuando el país se encontraba ad portas de un apagón eléctrico, y los inconvenientes ambientales que registró con la línea de transmisión de La Esperanza, hasta terminar en la tragedia de Ituango. Este desastre seguramente abrirá las primeras grietas por donde se pueden colar los aires con aroma de privatización. En debates políticos en el seno del cabildo municipal ha salido débilmente a flote esa posibilidad.
EPM fue organizada como Empresa Industrial y Comercial del Estado, de propiedad de la ciudad de Medellín. Le ha entregado 63 años de vida al país y ha sido elegida como la mejor sociedad del siglo. En la diversificación de su portafolio, EPM ha realizado destacadas inversiones en el extranjero. Se calcula que sobrepasan los US$2.500 millones y le han permitido hacer presencia en Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile y México. “En 2025 el Grupo EPM estará creciendo de manera eficiente, sostenible e innovadora, garantizando el acceso a los servicios que preste en los territorios donde esté presente, al 100 % de la población; protegiendo 137 mil nuevas hectáreas de cuencas hídricas, además de las propias, con una operación carbono neutral, y generando $12,6 billones de Ebitda”, dice la empresa en su página web. Entre sus negocios inmediatos estaban el pujar por la participación mayoritaria en Gas Natural. Este proyecto seguramente entrará en la lista de los no prioritarios. Con el desastre de Hidroituango, los problemas de la empresa llegan al tope.
Recientemente, la firma Fitch Ratings colocó la calificación de Empresas Públicas de Medellín E.S.P. (EPM) en “Observación Negativa desde una Perspectiva Estable”. Esa fue una de las primeras consecuencias ante el colapso en Ituango. Los analistas locales brindan respaldo a EPM en materia de inversión, “porque no vemos un riesgo de impago”, argumenta Tovar.
El vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), Mauricio López, resalta que “el sector eléctrico colombiano es confiable y hay garantía de abastecimiento sin preocupaciones mayores. Sin embargo, era bueno que el proyecto (Ituango) entrara a generar como estaba previsto. Las modelaciones que hemos hecho nos permiten estar tranquilos, porque podemos suplir el abastecimiento de la demanda que se llegue a presentar”. El analista de la firma Acciones & Valores reseña que “el flujo de caja de la compañía de 2018 no se ve afectado, porque el ingreso que habían estimado es marginal”, la generación proyectada para noviembre de 2018 no afecta el balance, sostiene.
Protección de la inversión
Fitch advierte daños colaterales sobre los equipos ya instalados mientras se avanza con la fase de construcción final de la obra. Recuerda que EPM “mantiene una póliza de seguros por US$2.500 millones para cubrir daños materiales con un deducible de US$1 millón”. Explica que el seguro cubre infraestructura y equipos. Sostiene en el informe que la póliza del seguro incluye US$628 millones para cubrir el lucro cesante de la primera fase del proyecto, que debe generar 1.200 megavatios (MW) y US$248 millones para cubrir la segunda fase de otros 1.200 MW con un deducible asociado de 90 días.
“Esas son las coberturas que tienen ellos (EPM) en este momento para cubrir el proyecto y la infraestructura”, reafirmó Natalia O'Byrne Cuéllar.
Tovar estima que las contingencias que se pueden presentar en este tipo de proyectos, como en este caso, siempre tienen un plan B, plan de contingencia en materia financiera, que son los seguros que ellos han venido contratando. “Estamos estudiando el valor de la afectación en el proyecto y los seguros para tratar de estimar en cuánto se incrementaría la posibilidad de no pago de esos bonos de diferentes emisiones”.
Para la analista de la firma Fitch, es muy pronto para determinar el impacto financiero de la tragedia; se desconoce la magnitud del daño y “es un proceso que todavía está en desarrollo. Ellos están tratando de elevar la cota de la presa para llegar a los niveles de los 410 metros y poder evacuar las aguas por vertederos y solventar la emergencia”.
Fitch recuerda que desde 2017 ha advertido que los niveles de endeudamiento de la empresa son altos. “Si la operación no entra como se estaba esperando y no se empiezan a generar los flujos operativos previstos, va a presionar la estructura de capital y puede generar un cambio en la calificación”, consideró Natalia O'Byrne.
La empresa tiene la cobertura necesaria para recuperar un proyecto que el país requiere, destaca el expresidente de la Unidad Minero Energética (UPME) Jorge Valencia. “El impacto que tiene el desastre de Ituango es importante, porque la seguridad energética y de abastecimiento estaba cifrada, en una buena parte, en la entrada de este proyecto”, dijo. El sector eléctrico tiene que concentrarse en lo que sigue en cuanto a garantizar la confiabilidad del sistema a partir del año 2022, porque puede estar un poco comprometido el abastecimiento de energía.
El proyecto hidroeléctrico Ituango es de propiedad del departamento de Antioquia a través de su brazo IDEA, que tiene el 50,7 % de las acciones, y EPM, con 46,3 %. IDEA cedió toda la operación y construcción de este proyecto a EPM, que contrató a un consorcio constructor conformado por Conconcreto, la firma brasileña Camargo Correa y Colinsa Ramón H. Precisamente, la Fiscalía General de la Nación anunció que adelanta una investigación sobre la actuación de la firma brasileña en un posible pago de soborno para quedarse con el contrato.
Mercado externo
En el mercado interno no se ve una venta masiva de los títulos de EPM, que ascienden a $2,24 billones. “Los inversionistas locales tenemos confianza, primero en EPM, segundo en el municipio y tercero en el país. Afuera la cosa es bien diferente. Los bonos que emitieron en dólares (US$2.716 millones) sí se han visto golpeados, porque los inversionistas no saben de este tipo de cosas y ven la noticia y liquidan. Esas ventas los han penalizado y han incrementado las tasas de interés de los papeles”, explicó Tovar.
A futuro el desastre de Hidroituango puede tener un impacto en el perfil de crédito de EPM. Fitch publicó desde el 11 de mayo una acción de calificación “donde situamos en observación negativa las calificaciones de EPM tanto en escala nacional como internacional”, explicó la analista.
Sistema eléctrico
Actualmente el Sistema Interconectado Nacional (SIN) cuenta con una capacidad instalada cercana a los 17.000 MW para atender una demanda pico cercana a los 10.000 MW; adicionalmente, la actual energía firme del sistema es de aproximadamente 220 GWh/d para atender una demanda cercana a los 200 GWh/día. “Con esto y ante un retraso en la entrada en operación de la central de generación Hidroituango, la energía que no se genere con este recurso en el corto plazo podrá ser suplida por otros recursos de generación existentes”, indicó Jaime Alejandro Zapata Uribe, gerente del Centro Nacional de Despacho de XM. “Para el largo plazo, en caso de que se cancelara el proyecto, el regulador podrá convocar a subastas para la expansión del parque de generación y cubrir así la demanda futura”, dijo.
Zapata Uribe explicó que en XM se adelantan estudios “que permitirán identificar los potenciales riesgos para la atención confiable de la demanda, dar las señales que se identifiquen y las recomendaciones pertinentes al sector”.
Reiteró que para el caso particular de Hidroituango, en el corto plazo no vemos potenciales afectaciones a la atención de la demanda. Para el mediano y largo plazo, y aún sin conocer el ajuste al cronograma del proyecto por parte de EPM (información indispensable para los resultados finales) en XM se adelantan estudios que permitirán identificar los potenciales riesgos para la atención confiable de la demanda, dar las señales que se identifiquen y las recomendaciones pertinentes al sector.
Los inversionistas nacionales e internacionales con bonos de las Empresas Públicas de Medellín (EPM) están en estado de máxima alerta por la suerte de Hidroituango. En el mercado doméstico la situación es más clara que entre los extranjeros. Los bonos emitidos en dólares suman US$2.716 millones y la deuda interna es de $2,24 billones.(Lea Faltan cinco metros para completar el borde superior de Hidroituango)
El posible atraso de la entrada en operación de la hidroeléctrica de Ituango va a tener una presión sobre la estructura de capital de la compañía paisa, advierten los analistas locales.(Lea Hidroituango: así se sobrevive a la tragedia)
“El anuncio de EPM sobre el no cumplimiento del proyecto Ituango con la fecha de operación comercial de noviembre 2018 resultará en una métrica de apalancamiento elevada más allá del horizonte de tiempo inicialmente contemplado por Fitch”, señala la firma calificadora de riesgo.(Lea también: Hidroituango sigue fuera de control)
“A los inversionistas les preocupan los bonos que emitieron”, dice Wilson Tovar, gerente de investigaciones de la firma Acciones & Valores.
El año pasado la empresa paisa obtuvo unos beneficios financieros de $2,1 billones, con un crecimiento de 19,1 % frente a las ganancias de un año atrás de $1,83 billones, según las cifras reportadas a la Superintendencia de Sociedades. Natalia O'Byrne Cuéllar, analista de finanzas corporativas del sector real de la firma Fitch Ratings, destacó que la entrada a tiempo del proyecto “era muy importante para el proceso de desapalancamiento (reducir nivel de deuda vendiendo activos) y para que llegara a unos niveles más acordes con la estructura de capital que nosotros (Fitch) estamos esperando y con la calificación”.
Los problemas de EPM toman fuerza desde 2016. Arrancan con las voces discordantes desde el Concejo de Medellín que advierten pobres resultados financieros, sobre todo por las inversiones en el extranjero, pasando por el desistimiento del proyecto Porce IV, el accidente en la planta de Guatapé, cuando el país se encontraba ad portas de un apagón eléctrico, y los inconvenientes ambientales que registró con la línea de transmisión de La Esperanza, hasta terminar en la tragedia de Ituango. Este desastre seguramente abrirá las primeras grietas por donde se pueden colar los aires con aroma de privatización. En debates políticos en el seno del cabildo municipal ha salido débilmente a flote esa posibilidad.
EPM fue organizada como Empresa Industrial y Comercial del Estado, de propiedad de la ciudad de Medellín. Le ha entregado 63 años de vida al país y ha sido elegida como la mejor sociedad del siglo. En la diversificación de su portafolio, EPM ha realizado destacadas inversiones en el extranjero. Se calcula que sobrepasan los US$2.500 millones y le han permitido hacer presencia en Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile y México. “En 2025 el Grupo EPM estará creciendo de manera eficiente, sostenible e innovadora, garantizando el acceso a los servicios que preste en los territorios donde esté presente, al 100 % de la población; protegiendo 137 mil nuevas hectáreas de cuencas hídricas, además de las propias, con una operación carbono neutral, y generando $12,6 billones de Ebitda”, dice la empresa en su página web. Entre sus negocios inmediatos estaban el pujar por la participación mayoritaria en Gas Natural. Este proyecto seguramente entrará en la lista de los no prioritarios. Con el desastre de Hidroituango, los problemas de la empresa llegan al tope.
Recientemente, la firma Fitch Ratings colocó la calificación de Empresas Públicas de Medellín E.S.P. (EPM) en “Observación Negativa desde una Perspectiva Estable”. Esa fue una de las primeras consecuencias ante el colapso en Ituango. Los analistas locales brindan respaldo a EPM en materia de inversión, “porque no vemos un riesgo de impago”, argumenta Tovar.
El vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), Mauricio López, resalta que “el sector eléctrico colombiano es confiable y hay garantía de abastecimiento sin preocupaciones mayores. Sin embargo, era bueno que el proyecto (Ituango) entrara a generar como estaba previsto. Las modelaciones que hemos hecho nos permiten estar tranquilos, porque podemos suplir el abastecimiento de la demanda que se llegue a presentar”. El analista de la firma Acciones & Valores reseña que “el flujo de caja de la compañía de 2018 no se ve afectado, porque el ingreso que habían estimado es marginal”, la generación proyectada para noviembre de 2018 no afecta el balance, sostiene.
Protección de la inversión
Fitch advierte daños colaterales sobre los equipos ya instalados mientras se avanza con la fase de construcción final de la obra. Recuerda que EPM “mantiene una póliza de seguros por US$2.500 millones para cubrir daños materiales con un deducible de US$1 millón”. Explica que el seguro cubre infraestructura y equipos. Sostiene en el informe que la póliza del seguro incluye US$628 millones para cubrir el lucro cesante de la primera fase del proyecto, que debe generar 1.200 megavatios (MW) y US$248 millones para cubrir la segunda fase de otros 1.200 MW con un deducible asociado de 90 días.
“Esas son las coberturas que tienen ellos (EPM) en este momento para cubrir el proyecto y la infraestructura”, reafirmó Natalia O'Byrne Cuéllar.
Tovar estima que las contingencias que se pueden presentar en este tipo de proyectos, como en este caso, siempre tienen un plan B, plan de contingencia en materia financiera, que son los seguros que ellos han venido contratando. “Estamos estudiando el valor de la afectación en el proyecto y los seguros para tratar de estimar en cuánto se incrementaría la posibilidad de no pago de esos bonos de diferentes emisiones”.
Para la analista de la firma Fitch, es muy pronto para determinar el impacto financiero de la tragedia; se desconoce la magnitud del daño y “es un proceso que todavía está en desarrollo. Ellos están tratando de elevar la cota de la presa para llegar a los niveles de los 410 metros y poder evacuar las aguas por vertederos y solventar la emergencia”.
Fitch recuerda que desde 2017 ha advertido que los niveles de endeudamiento de la empresa son altos. “Si la operación no entra como se estaba esperando y no se empiezan a generar los flujos operativos previstos, va a presionar la estructura de capital y puede generar un cambio en la calificación”, consideró Natalia O'Byrne.
La empresa tiene la cobertura necesaria para recuperar un proyecto que el país requiere, destaca el expresidente de la Unidad Minero Energética (UPME) Jorge Valencia. “El impacto que tiene el desastre de Ituango es importante, porque la seguridad energética y de abastecimiento estaba cifrada, en una buena parte, en la entrada de este proyecto”, dijo. El sector eléctrico tiene que concentrarse en lo que sigue en cuanto a garantizar la confiabilidad del sistema a partir del año 2022, porque puede estar un poco comprometido el abastecimiento de energía.
El proyecto hidroeléctrico Ituango es de propiedad del departamento de Antioquia a través de su brazo IDEA, que tiene el 50,7 % de las acciones, y EPM, con 46,3 %. IDEA cedió toda la operación y construcción de este proyecto a EPM, que contrató a un consorcio constructor conformado por Conconcreto, la firma brasileña Camargo Correa y Colinsa Ramón H. Precisamente, la Fiscalía General de la Nación anunció que adelanta una investigación sobre la actuación de la firma brasileña en un posible pago de soborno para quedarse con el contrato.
Mercado externo
En el mercado interno no se ve una venta masiva de los títulos de EPM, que ascienden a $2,24 billones. “Los inversionistas locales tenemos confianza, primero en EPM, segundo en el municipio y tercero en el país. Afuera la cosa es bien diferente. Los bonos que emitieron en dólares (US$2.716 millones) sí se han visto golpeados, porque los inversionistas no saben de este tipo de cosas y ven la noticia y liquidan. Esas ventas los han penalizado y han incrementado las tasas de interés de los papeles”, explicó Tovar.
A futuro el desastre de Hidroituango puede tener un impacto en el perfil de crédito de EPM. Fitch publicó desde el 11 de mayo una acción de calificación “donde situamos en observación negativa las calificaciones de EPM tanto en escala nacional como internacional”, explicó la analista.
Sistema eléctrico
Actualmente el Sistema Interconectado Nacional (SIN) cuenta con una capacidad instalada cercana a los 17.000 MW para atender una demanda pico cercana a los 10.000 MW; adicionalmente, la actual energía firme del sistema es de aproximadamente 220 GWh/d para atender una demanda cercana a los 200 GWh/día. “Con esto y ante un retraso en la entrada en operación de la central de generación Hidroituango, la energía que no se genere con este recurso en el corto plazo podrá ser suplida por otros recursos de generación existentes”, indicó Jaime Alejandro Zapata Uribe, gerente del Centro Nacional de Despacho de XM. “Para el largo plazo, en caso de que se cancelara el proyecto, el regulador podrá convocar a subastas para la expansión del parque de generación y cubrir así la demanda futura”, dijo.
Zapata Uribe explicó que en XM se adelantan estudios “que permitirán identificar los potenciales riesgos para la atención confiable de la demanda, dar las señales que se identifiquen y las recomendaciones pertinentes al sector”.
Reiteró que para el caso particular de Hidroituango, en el corto plazo no vemos potenciales afectaciones a la atención de la demanda. Para el mediano y largo plazo, y aún sin conocer el ajuste al cronograma del proyecto por parte de EPM (información indispensable para los resultados finales) en XM se adelantan estudios que permitirán identificar los potenciales riesgos para la atención confiable de la demanda, dar las señales que se identifiquen y las recomendaciones pertinentes al sector.