Bancos ajustarían exigencias a la hora de aprobar nuevos créditos
El aumento de las carteras vencida y riesgosa y de las provisiones del sistema se dio en un entorno de desaceleración del crédito, el cual registró tasas de decrecimiento reales desde mediados de 2023, precisa informe del Banco de la República al Congreso.
En línea con el proceso de ajuste de la economía, las carteras vencidas y riesgosas aumentaron el año pasado, destaca un informe del Banco de la República.
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En línea con el proceso de ajuste de la economía, las carteras vencidas y riesgosas aumentaron el año pasado, destaca un informe del Banco de la República.
Según el estudio, esta situación ha sido provocada por la mayor toma de riesgos en el mercado de crédito observada en 2022 y la menor información disponible en las centrales de crédito por cuenta de la Ley de Borrón y Cuenta Nueva, esta última situación fue argumentada por algunas entidades de crédito.
Al cierre de noviembre del año pasado, el crecimiento real anual de la cartera con mora superior a treinta días de los establecimientos de crédito se ubicó en un 31%, como consecuencia de la contribución de todas las modalidades crediticias.
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Pese a este comportamiento de las diferentes modalidades de crédito, la cartera vencida muestra menores aceleraciones desde julio de 2023, comportamiento alineado con menores tasas de crecimiento de la cartera en mora de la modalidad de consumo. Es decir, que, pese a las altas tasas de interés, las familias siguieron adquiriendo sus bienes.
Señala el Banco de la República que, en línea con dicha dinámica, los indicadores tradicionales de riesgo de crédito, indicador de calidad por mora e indicador de calidad por riesgo estuvieron por encima de los registros de 2022. En ambos casos se destacan los deterioros para las carteras de consumo y microcrédito, precisa el estudio.
En el informe al Congreso de la República, el emisor sostiene que el aumento de las carteras vencida y riesgosa y de las provisiones del sistema se dio en un entorno de desaceleración del crédito, el cual registró tasas de decrecimiento reales desde mediados de 2023.
Este comportamiento del crédito estuvo en línea con el proceso de ajuste de la actividad económica a niveles más sostenibles en el mediano plazo. En un contexto de menor toma de riesgos por parte de los establecimiento de crédito y de menor demanda por parte de los prestatarios, la cartera total se desaceleró y a diciembre de 2023 registró una tasa de crecimiento real del -7,2%, ubicándose alrededor de $676,7 billones, cerca de 43,6% del PIB, según cálculos del banco central.
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Reconoce el emisor que este comportamiento se explicó por el menor dinamismo de las diferentes modalidades de crédito, en especial de las carteras de consumo y comercial, que representan cerca del 31% y del 61% de la cartera bruta total de las entidades crediticias.
Las carteras de consumo y comercial vienen mostrando signos de decrecimiento desde el año 2022, mientras tanto, repunta la cartera de microcrédito que desde marzo de 2021 muestra repunte muy a pesar de que ha mostrado signos de debilitamiento.
El banco central reconoce que la corrección del crecimiento del crédito ha sido ordenada y se ha dado, en parte, gracias al ajuste de la tasa de política monetaria, y a unas mayores exigencias para otorgar nuevos préstamos por parte de los establecimientos de crédito. Para evitar que las diferentes modalidades de cartera sufran deterioro en sus indicadores, las entidades de crédito ajustan las exigencias a la hora de aprobar nuevos créditos.
Dice el informe que los resultados de la encuesta sobre la situación del crédito en Colombia realizada por el Banco de la República, con corte a diciembre de 2023, muestran que la percepción que tienen los establecimientos de crédito sobre la demanda de nuevos préstamos para todas las modalidades continúa en valores negativos, lo que sugiere un bajo dinamismo de la demanda. Durante 2023 dicha percepción se estabilizó para todas las carteras, después de presentarse una tendencia decreciente desde mediados de 2022.
Todo este comportamiento del crédito, para las diferentes modalidades, obligan a que una mayor proporción de bancos que aumentaron sus requerimientos para la asignación de nuevos créditos frente a 2022, especialmente para las carteras de consumo, comercial y de vivienda, los endurezcan ante nuevas solicitudes.
Resalta el informe al Congreso del Banco de la República que este endurecimiento en las exigencias de otorgamiento de crédito se suma al presentado durante 2022, que contribuyó, junto con la debilidad de la demanda de crédito, a la caída en el crecimiento de la cartera. Para el primer trimestre de 2024 se espera que una mayor proporción de bancos aumenten las exigencias para la asignación de nuevos préstamos, según la encuesta.