Billeteras digitales, silenciosa revolución
Estas aplicaciones están solucionando problemas para negocios de todos los tamaños, especialmente entre los más pequeños (e informales). ¿Qué dicen usuarios y analistas?
Lucety Carreño Rojas
“¡Recibimos Nequi y Daviplata!”, anuncian multitud de negocios de todo tipo. Es fácil verla en carteles o en piezas de diseño en locales de centro comercial. En este caso era voceada a gritos por un vendedor informal de comida a la salida de un concierto en el Movistar Arena, en Bogotá.
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“¡Recibimos Nequi y Daviplata!”, anuncian multitud de negocios de todo tipo. Es fácil verla en carteles o en piezas de diseño en locales de centro comercial. En este caso era voceada a gritos por un vendedor informal de comida a la salida de un concierto en el Movistar Arena, en Bogotá.
Aunque puede parecer paisaje, las billeteras digitales han abierto y acelerado una gran revolución en los sistemas de pagos en el país. Esto, a su vez, está permitiendo mayores ventas en todo tipo de comercios y una aceleración en la adopción financiera en el país.
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En el mercado colombiano hay más de una decena de estos productos, como Ualá, Movii, Dale y Nubank, pero las que tienen más usuarios y popularidad son Nequi y Daviplata, con 19 millones y 17,7 millones de clientes, respectivamente.
“Mi experiencia con las billeteras digitales es que son prácticas y facilitan la compra, porque a la gente ya no le gusta andar con dinero en efectivo”, cuenta Ómar Castañeda, copropietario de la peluquería Talento y Belleza, del barrio Country Sur, en Bogotá.
Omaira Taborda tiene un puesto ambulante de venta de aguacates, en el barrio Mazurén, de Bogotá. “Manejo mucho efectivo, pero también es cierto que mucha gente no tiene sencillo o yo no tengo vueltas y este servicio soluciona eso. Y pues también hay mucha gente que prefiere transferir y ya. Ayuda mucho al negocio”.
De acuerdo con la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, el uso de las billeteras digitales en el país ha tenido un impacto significativo en el comercio electrónico y fueron actores claves en el crecimiento de 12,58 % que tuvo el sector en 2023.
“Las billeteras digitales logran facilitarle la vida a la gente, reducen las fricciones y los costos de transacción entre el comprador y el comercio porque en bajos montos la gente puede adquirir bienes y servicios usando un medio de pago que les cuesta mucho menos”, dijo Camilo Herrera, fundador de Raddar, firma que mide el consumo de los hogares colombianos.
Margarita Henao, CEO de Daviplata, explica que lo que les ha permitido llegar a un mayor número de colombianos es la facilidad con la que se utiliza, pues un usuario solo necesita un documento de identificación y un celular para abrir una cuenta.
“Nosotros tenemos 17 millones de colombianos que utilizan Daviplata, de esos 2,4 millones son comercios pequeños, pueden ser negocios por redes sociales, una vendedora de catálogo o una tienda de barrio. Hemos podido ver cómo una plataforma que empezó siendo para pasar plata y mover el dinero de una manera fácil se ha convertido en una herramienta de digitalización clave para aumentar las ventas en los pequeños negocios”, dijo Henao.
En esa línea, Andrés Vásquez, CEO de Nequi, dice que esa billetera nació en el celular y de manera digital, “pero hoy es calle. Se encuentra en un puesto de empanadas, una peluquería o ferretería, en la tienda de la esquina o en una gran superficie”.
Aunque no surgieron como un método de pago entre pequeños comercios, estas billeteras digitales han ido resolviendo las necesidades de los clientes. Por ejemplo, la interoperabilidad. Ahora los usuarios pueden pasar dinero entre billeteras a través de Transfiya. Estas plataformas digitales también permiten pagar servicios públicos o recargar el celular, entre otros servicios.
Melba Revelo, que tiene la distribuidora de sábanas y ropa de cama Eliana & Yessika, en San Victorino, cuenta que recibe Nequi porque “me funciona mejor, me ha ido muy bien”. Otros vecinos del sector dicen que usan más Daviplata o trabajan con las dos. “Hay días en que la gente solo está pagando con esas plataformas”, agrega.
De acuerdo con una encuesta realizada en febrero de 2023 por el Banco de la República, el efectivo era el instrumento más utilizado para las transacciones de bajo monto, con un 78,4 %, seguido por las transferencias electrónicas (12,6 %), tarjeta débito (7,9 %) y la tarjeta de crédito (1,2 %). Según Herrera, las transacciones con billeteras digitales solo representaron el 0,4 % del gasto de los hogares y se explica porque el efectivo sigue dominando el mercado, son un producto nuevo y hay retos de conectividad y seguridad.
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¿Una herramienta para la formalización?
Según Vásquez, con la masificación de los métodos de pago digitales en el país, “se ha potencializado el desarrollo de la economía no formal, aquella que pasa en calles, barrios, plazas de mercado y en la ruralidad, que sustenta la economía local”.
Nequi tiene 2,5 millones de usuarios que manejan sus negocios con la aplicación y el 47 % de la plata que se mueve ahí pertenece a este segmento, en particular a los negocios que reciben pagos por transferencias, datáfono y QR, entre otros.
Henao menciona que la formalidad se puede entender de diferentes maneras, como el registro ante la Cámara de Comercio, la constitución de una pyme como razón jurídica o el pago de impuestos, entre otros. “Nosotros creemos que el uso de estas billeteras es un camino que contribuye a la formalidad porque estamos logrando que se hagan menos transacciones en efectivo, lo que permite una trazabilidad y genera un efecto positivo en la economía.
Hacemos una ruta en la inclusión financiera, donde las personas puedan conocer y tener acceso a nuevos medios de pago y a información que les ayuda a su negocio. Y, en la medida en que van creciendo, pueden requerir elementos que conduzcan a esos diferentes entendimientos de formalidad.
Así mismo, Herrera aclara que ser informal no es ser ilegal, “solo no hacen parte del esquema formal. En esa línea, el comercio no necesita formalizarse para usar ese medio de pago, pero creo que ayudará mucho a que eso pase”.
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Seguridad y conectividad, los retos de estas plataformas
Carol Ortiz y Sthepanía Galvis dicen que a sus negocios les han funcionado las plataformas. Sin embargo, Ortiz, propietaria de Punto Infinito, local del Centro Comercial Altavista, en Usme, comenta que Nequi “vive muy caído” y que es difícil la comunicación con la plataforma para resolver los inconvenientes.
Las emprendedoras concuerdan en que Daviplata se presta para fraudes, porque los clientes “hacen la transacción y no la envían. Nos toca verificar. Le falta más seguridad”, agrega Ortiz. Galvis tiene un taller de confección de lencería y vestidos de baño y asegura que son muy cuidadosos con esos métodos de pago, “porque hemos visto videos de cómo roban a las personas. Nosotros pedimos un abono para todos los pedidos, cuando ya han realizado el pago, pedimos que envíen foto del comprobante y verificamos que el pago esté en la cuenta”.
Las entidades reconocen los inconvenientes relacionados con la seguridad. Por eso, han implementado herramientas como los códigos QR, el cifrado de datos y la autenticación en dos factores, con el objetivo de proteger la información financiera y generar confianza en los consumidores.
Los comerciantes consultados concuerdan en que, después de un tope, estas entidades les cobran el 4 x 1.000, lo que es normal, pero causa que prefieran el efectivo. Para Henao, los retos también están relacionados con apropiación digital, educación financiera, conectividad e incremento del uso de estas plataformas para competir con el efectivo.
Vásquez dice que este año están trabajando en robustecer la propuesta de valor para esos pequeños negocios, incrementando las “posibilidades y los beneficios para este segmento, que es motor de la economía y prioridad de las políticas públicas en Colombia”.
Los expertos coinciden en que el cambio tecnológico que ha tenido el país ha sido impresionante y seguirá ocurriendo, los comerciantes aseguran que sus ventas han aumentado y se ha contribuido a implementar el comercio electrónico, pero se debe solucionar esos problemas e incrementar su popularidad en todo el país. Camilo Herrera, de Raddar, proyecta que en tres años el uso de las billeteras digitales ocupará el 3 % de las transacciones.
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