Cruda inflación: los alimentos más caros
Desde hace veintidós años no se veía una inflación de dos dígitos hasta julio de 2022 que fue del 10,21 % anual. El mayor aporte a esta alza fue por cuenta de los alimentos, según el DANE. Mientras la papa baja de precio, otros son los protagonistas de las alzas. Le contamos cuáles son.
Durante el último año la queja recurrente es que la plata no rinde igual, especialmente cuando de hacer mercado se trata. Y es que el aumento de la inflación resulta cada vez más crítico, tanto así que ya supera el porcentaje de aumento que tuvo el salario mínimo para 2022 (10,7 %).
Para este mes, el país vuelve a tener en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) una cifra de dos dígitos, porque fue del 10,21 % anual para julio de 2022, mientras que para 2021 había sido del 3,97 %. Desde hace 22 años, en abril de 2000, la inflación no alcanzaba dicha magnitud, según reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE).
Sin duda, los alimentos son los mayores responsables del encarecimiento del costo de vida de los colombianos. Los precios se han comportado como un yoyo: en abril llegaron a su punto más alto con el 26,17 %, en mayo cayeron, en junio aumentaron de nuevo y en julio se duplicaron.
"Hay cosas que se normalizan entre junio y julio, como una menor presión inflacionaria de la carne de res, una estabilización del precio de la carne de pollo, la asociada con el arroz y el azúcar. Sobre todo, esta diferencia se da por los frenos, que fueron de 18 puntos básicos negativos entre papa, tomate y cebolla. Mientras que en julio solo fueron 8 puntos básicos entre el tomate y la papa”, explicó Juan Daniel Oviedo, director del DANE.
La comida que más subió de un mes al otro fueron el azúcar y otros endulzantes (6,00 %), cebolla (5,51 %), las legumbres secas (5,01 %) y frituras: papas fritas, chitos, maicitos, patacones, besitos, etc. (5,18 %).
Le puede interesar: La inflación vuelve a dos dígitos: fue del 10,21 % anual a julio de 2022.
Lo que pasa con las hortalizas es que son muy sensibles al clima invernal y los excesos de humedad. Si se siembra cebolla en estas condiciones, se muere o la producción es muy baja. Esto hace que “haya una menor cantidad disponible, porque se dificulta la recolección. Esto también afecta la calidad y durabilidad de los productos”, aseguró Felipe Fonseca, director de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra).
Por otra parte, las frituras sorprendieron porque no solían aportar a la inflación. Esto se debe al incremento de los costos de las materias primas (papas, plátano, maíz, grasas, almidones) y los empaques, expresó el DANE.
Además, “en Colombia hay empresas que transforman los productos, los congelan para que después puedan ser fritos. Pero somos poco competitivos porque es más costoso hacer ese proceso que importarlo ya listo, como pasa con la papa congelada que viene, especialmente, de Bélgica. Y estos también pudieron haber subido por la elevada tasa de cambio frente al dólar”, cuenta Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la U. del Rosario.
Pardo agregó que otra particularidad es que no todas las variedades sirven para las frituras, deben permitir la alta absorción.
Otro alimento protagonista este mes fueron las legumbres secas. El DANE afirma que se debe a que las lentejas importadas (principalmente de Canadá) subieron por el precio del dólar y los problemas con la cadena logística. Y tampoco ha salido la cosecha del fríjol cargamanto nacional.
Lea: La tierra, sus disputas y productividad: así está el panorama.
"Las lentejas son usualmente traídas de fuera del país. Hay muchos alimentos que se dejaron de producir porque es muy costoso, en comparación con otros países que subsidian sus producciones. Nadie va a cultivar algo que le deja pérdidas porque los importados son más económicos. Es difícil para el productor colombiano ser competitivo”, dice Pardo.
Por otro lado, el pollo y la carne de res aportan 6 puntos básicos a la inflación mensual, aunque disminuyeron en comparación con los datos de junio. Y la variación anual fue del 16,63 y 27,15 %, respectivamente.
El comportamiento del pollo se puede explicar “por el encarecimiento del maíz en el mercado mundial, dado que este es el principal insumo en la preparación del alimento balanceado que consumen” los animales. “Según el portal de Faostat, entre junio de 2021 y junio de 2022 los precios de los cereales aumentaron 27,6 %”, expresó Fonseca.
Y es que, en general, los altos costos de los insumos agropecuarios también tienen un impacto en los precios finales de los alimentos. Para el mes anterior esta alza (de los insumos) se situó en el 37,37 % en su variación anual. “Esta tiene un nivel de asociación con la inflación de alimentos, que es del 24,61 % y podemos estar hablando de un posible estrechamiento de márgenes de comercialización minorista debido a los mayores costos de producción”, añadió Oviedo.
Si bien el encarecimiento del costo de vida afecta los bolsillos de todos los colombianos, es especialmente delicado para aquellos que tienen menos ingresos. No solo ven diluido en la inflación el incremento del salario mínimo, también son los que más porcentaje de sus ingresos gastan en la comida, que está cada vez más cara.
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Durante el último año la queja recurrente es que la plata no rinde igual, especialmente cuando de hacer mercado se trata. Y es que el aumento de la inflación resulta cada vez más crítico, tanto así que ya supera el porcentaje de aumento que tuvo el salario mínimo para 2022 (10,7 %).
Para este mes, el país vuelve a tener en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) una cifra de dos dígitos, porque fue del 10,21 % anual para julio de 2022, mientras que para 2021 había sido del 3,97 %. Desde hace 22 años, en abril de 2000, la inflación no alcanzaba dicha magnitud, según reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE).
Sin duda, los alimentos son los mayores responsables del encarecimiento del costo de vida de los colombianos. Los precios se han comportado como un yoyo: en abril llegaron a su punto más alto con el 26,17 %, en mayo cayeron, en junio aumentaron de nuevo y en julio se duplicaron.
"Hay cosas que se normalizan entre junio y julio, como una menor presión inflacionaria de la carne de res, una estabilización del precio de la carne de pollo, la asociada con el arroz y el azúcar. Sobre todo, esta diferencia se da por los frenos, que fueron de 18 puntos básicos negativos entre papa, tomate y cebolla. Mientras que en julio solo fueron 8 puntos básicos entre el tomate y la papa”, explicó Juan Daniel Oviedo, director del DANE.
La comida que más subió de un mes al otro fueron el azúcar y otros endulzantes (6,00 %), cebolla (5,51 %), las legumbres secas (5,01 %) y frituras: papas fritas, chitos, maicitos, patacones, besitos, etc. (5,18 %).
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Lo que pasa con las hortalizas es que son muy sensibles al clima invernal y los excesos de humedad. Si se siembra cebolla en estas condiciones, se muere o la producción es muy baja. Esto hace que “haya una menor cantidad disponible, porque se dificulta la recolección. Esto también afecta la calidad y durabilidad de los productos”, aseguró Felipe Fonseca, director de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra).
Por otra parte, las frituras sorprendieron porque no solían aportar a la inflación. Esto se debe al incremento de los costos de las materias primas (papas, plátano, maíz, grasas, almidones) y los empaques, expresó el DANE.
Además, “en Colombia hay empresas que transforman los productos, los congelan para que después puedan ser fritos. Pero somos poco competitivos porque es más costoso hacer ese proceso que importarlo ya listo, como pasa con la papa congelada que viene, especialmente, de Bélgica. Y estos también pudieron haber subido por la elevada tasa de cambio frente al dólar”, cuenta Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la U. del Rosario.
Pardo agregó que otra particularidad es que no todas las variedades sirven para las frituras, deben permitir la alta absorción.
Otro alimento protagonista este mes fueron las legumbres secas. El DANE afirma que se debe a que las lentejas importadas (principalmente de Canadá) subieron por el precio del dólar y los problemas con la cadena logística. Y tampoco ha salido la cosecha del fríjol cargamanto nacional.
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"Las lentejas son usualmente traídas de fuera del país. Hay muchos alimentos que se dejaron de producir porque es muy costoso, en comparación con otros países que subsidian sus producciones. Nadie va a cultivar algo que le deja pérdidas porque los importados son más económicos. Es difícil para el productor colombiano ser competitivo”, dice Pardo.
Por otro lado, el pollo y la carne de res aportan 6 puntos básicos a la inflación mensual, aunque disminuyeron en comparación con los datos de junio. Y la variación anual fue del 16,63 y 27,15 %, respectivamente.
El comportamiento del pollo se puede explicar “por el encarecimiento del maíz en el mercado mundial, dado que este es el principal insumo en la preparación del alimento balanceado que consumen” los animales. “Según el portal de Faostat, entre junio de 2021 y junio de 2022 los precios de los cereales aumentaron 27,6 %”, expresó Fonseca.
Y es que, en general, los altos costos de los insumos agropecuarios también tienen un impacto en los precios finales de los alimentos. Para el mes anterior esta alza (de los insumos) se situó en el 37,37 % en su variación anual. “Esta tiene un nivel de asociación con la inflación de alimentos, que es del 24,61 % y podemos estar hablando de un posible estrechamiento de márgenes de comercialización minorista debido a los mayores costos de producción”, añadió Oviedo.
Si bien el encarecimiento del costo de vida afecta los bolsillos de todos los colombianos, es especialmente delicado para aquellos que tienen menos ingresos. No solo ven diluido en la inflación el incremento del salario mínimo, también son los que más porcentaje de sus ingresos gastan en la comida, que está cada vez más cara.
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