Este martes, el dólar abrió en $4.160, en promedio se movió en $4.136,43, con un mínimo de $4.127 y un máximo de $4.160. Al cierre, la moneda se ubicó en $4.139,80, $19 por debajo del lunes ($4.158).
La tasa de cambio ha presentado una tendencia al alza desde mediados de julio, cuando se movía por debajo de los $4.000.
Este martes la calma volvió a los mercados después de las intensas caídas registradas el lunes por el temor a una recesión en Estados Unidos y por la subida de tasas de interés en Japón, que llevó a numerosos inversores a deshacer posiciones para cubrir sus deudas en yenes.
El principal detonante del desplome fue la publicación la semana pasada de la tasa de desempleo en Estados Unidos, que en julio subió más de lo previsto, hasta el 4,3 %. Este martes, los mercados se calmaron, en “un giro de tendencia”, según los analistas de Deutsche Bank.
Después de la peor jornada de Wall Street en dos años, el índice industrial Dow Jones y el S&P 500 de las principales empresas en bolsa comenzaron la jornada en positivo, con alzas de 0,72 % y 0,83 % respectivamente tras las primeras operaciones. El tecnológico Nasdaq ganaba 0,46 %.
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“Parece que lo peor ha pasado. Se estima que una gran parte del volumen de operaciones de ‘carry trade’ habría logrado liquidarse ya”, aseguró el analista de mercados Franco Macchiavelli. En líneas generales, el ‘carry trade’ consiste en endeudarse con tasas de interés bajas e invertir el dinero obtenido en activos que ofrecen una rentabilidad mayor.
“A partir de ahora entramos en un contexto de mercado extremadamente sensible a la macroeconomía, ya que un dato bueno ayudará a calmar el miedo, mientras que datos malos volverán a alimentar la narrativa de recesión”, advirtió el analista.
La inestabilidad no ha terminado, estos movimientos podrían impulsar al alza el comportamiento del dólar.
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