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Este miércoles termina la reunión de septiembre de la Reserva Federal de los Estados Unidos en donde realizará un nuevo anuncio sobre su tasa de interés. Si bien es un banco central de otro país, sus decisiones tienen impactos locales. Es de tal calibre su impacto, que en Colombia podría volver más caro el financiamiento de consumo, de vehículos, y también los sensibles créditos hipotecarios.
La Reserva Federal empezó a subir sus tasas de interés desde marzo de 2022. Hasta el momento ha realizado cuatro incrementos que ha llevado al tipo de 0,25 a 2,5 %. Y los sondeos revelan que se espera un nuevo incremento de 75 puntos básicos que llevaría la tasa hasta 3,25 %.
Esta política monetaria contractiva ha estado motivada en controlar la fuerte inflación que se desató en Estados Unidos luego del fin de los confinamientos y por la reactivación económica luego del COVID-19; agudizada por la crisis de los contenedores, el encarecimiento de los alimentos y materias primas, y por la guerra en Ucrania que provocó fuertes alzas en el precio de la gasolina en el segundo trimestre de 2022.
No es el único banco central que está haciendo esto, es una tendencia mundial y el país no es excepción. La inflación en Colombia también viene subiendo con fuerza desde hace más de un año, por eso, desde septiembre de 2021, el Emisor ha venido realizando alzas en su tasa de interés, pasándola desde el 1,75 % hasta el 9 % en menos de un año. El problema es que las decisiones de la FED también generan una presión adicional para el Banco de la República.
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“Las tasas de la FED son la principal referencia para las tasas a nivel global. Entonces, si sube sus tasas de interés, también presiona a los otros bancos centrales a subir sus respectivas tasas. En países emergentes, como Colombia, hay una tensión adicional: se deben mantener los intereses más altos respecto a la Reserva Federal con el fin de crear un incentivo de que los dólares entren y se queden en Colombia. Esto también busca mantener una tasa de cambio equilibrada, lo cual también se hace para reducir presión inflacionaria (vía los productos importados)”, explicó, Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa.
De esta manera, el Banco de la República no solo tiene en cuenta indicadores internos como la inflación para determinar qué tanto sube su tasa de interés. Las posturas que tome la Reserva Federal también son de gran influencia. Y sería un efecto que duraría varios meses más.
“Esperamos que la Reserva Federal termine el año con una tasa de entre 4 y 4,5 %. Y de cerca del 12 % para los tipos del Banco de la República, pero en este caso también seguirán influyendo las presiones inflacionarias internas por factores como el alza del precio de la gasolina y por las negociaciones del salario mínimo”, agregó Ballén.
De la reunión a los sueños de los colombianos
Las alzas en la tasa de interés que ha tenido que realizar el Banco de la República, por factores internos y externos (como la FED), ya se sienten con fuerza en la vida de los colombianos. Puntualmente, ya hay un cambio sustancial en los intereses de los créditos que más demandan los colombianos.
Desde septiembre de 2021, cuando el Banco de la República empezó subir su tasa de interés, tan solo las tasas de interés hipotecarias fijas para Viviendas de interés social han pasado de promediar 10,42 a situarse en 12 % para mayo de 2022 (el dato más reciente de la Superfinanciera). Si bien se trata de un incremento de 1,5 puntos porcentuales, tiene implicaciones importantes para el bolsillo y el sueño de tener casa propia de los colombianos.
Mientras que con una tasa de 10,42 % se pagan $139 millones de intereses para una vivienda VIS de $150 millones (el precio máximo para 2022) por medio de un crédito a 15 años, con una tasa del 12 % los intereses suben a más de $163 millones (para la misma vivienda y al mismo plazo). Es decir, tan solo en el último año el sueño de tener casa propia se ha encarecido en $23 millones por los mayores intereses.
Y no es el único crédito que se ha encarecido a raíz de la política monetaria contractiva que empezó hace un año. Las tasas promedios de las tarjetas de crédito han pasado del 23,6 al 27,5 %, y las de los créditos de consumo del 14,3 al 19,11 %. Los préstamos empresariales ha sido el segmento que más ha visto encarecerse el financiamiento: las tasas de los préstamos corporativos ha pasado de 4,97 a 9,76 %, prácticamente se ha duplicado. Y podrían seguir subiendo.
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“Los efectos de las decisiones del Banco de la República tardan entre 6 a 12 meses en sentirse. Entonces, apenas estamos empezando a sentir las alzas de hace varios meses, y por ende en el próximo año seguirán subiendo los intereses de los créditos en Colombia. Sobre todo porque el Emisor enfrenta varios retos que podrían acelerar sus incrementos de tasas: la inflación sigue alta y podría seguir subiendo por efectos como el salario mínimo 2023. Y es claro que las decisiones de la Reserva Federal es una presión adicional. Entonces, mi consejo para los colombianos es que si se tienen que endeudar, que lo hagan este año. Y ojalá en tasas fijas en el caso de un crédito hipotecario”, comentó Luis Benítez, director de Inteligencia Financiera e Insolvencia Colombia (IFI).
Efecto mariposa: lo que pasa en una sala de juntas en Estados Unidos, repercute en el sueño de tener casa propia de un colombiano. Es claro entonces que la reunión de este miércoles de la Reserva Federal es de gran relevancia.
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