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El gasto de los hogares en octubre ascendió a $84,9 billones, totalizando $1,01 miles de billones en los últimos 12 meses, según el informe de Gastometría de Raddar, firma que mide el consumo de los colombianos.
Los hogares han visto caer su gasto real -2,4 % en el acumulado de los últimos 12 meses, lo que significa que, por persona, la caída es del 4,4 %. “Esto no pasó ni en 2008, 2016, 2017 y 2020… Cabe aclarar que, pese a esto, el gasto amplio de los hogares es superior que 2021 y 2019, lo cual muestra que la anticipación de gasto en 2021-2022, pasó su cuenta de cobro en 2023″, explicó Camilo Herrera, presidente de Raddar.
El comportamiento en el gasto responde a diversos factores, como un incremento del 5 % en el salario mínimo real, lo que ha aumentado la capacidad adquisitiva. También se observa una tendencia al alza en el crecimiento de la colocación de tarjetas de crédito pese a que se mantiene en terreno negativo.
Además, la estabilización de los precios de la gasolina durante este periodo ha permitido mantener condiciones favorables para el consumo.
“Los salarios continúan siendo la principal fuente de gasto de los hogares. Sin embargo, el crédito como fuente de gasto en los hogares ha demostrado una estabilización notoria. Esto sugiere que las familias ya no están reduciendo el uso del crédito con la misma intensidad que el año anterior. En los próximos meses se podría observar un cambio de tendencia en la importancia del crédito en el gasto”, explicó Raddar.
De acuerdo con la firma, el gasto de los hogares completó 12 meses consecutivos de caída del gasto real, es decir, los colombianos están adquiriendo menos unidades de bienes y servicios que en años anteriores como resultado de la inflación. Si bien el gasto es negativo, la tendencia muestra una recuperación frente a meses pasados.
Según Raddar, en comparación con octubre de 2022, los hogares asignaron más dinero a canastas básicas como alimentos para el hogar, transporte y comunicación. Esto es resultado de que estas dos canastas son en las que el poder adquisitivo se ha visto más afectado ante la dinámica de precios, pues si bien la inflación de alimentos se ha desacelerado de forma paulatina, transporte repunta en inflación ya que los precios del combustible han afectado el bolsillo de los hogares lo que se evidenciado una reestructuración positiva más evidente.
En Colombia, los patrones de compra han experimentado cambios significativos. En marzo, cuando la inflación tocó techo, los consumidores se enfocaron en la búsqueda de promociones. Ahora, con la reducción en la inflación, los compradores “han comenzado a dar prioridad a la búsqueda de oportunidades y al valor que encuentran en sus adquisiciones”. Es decir, el precio en el proceso de compra está perdiendo relevancia.
“Todas las generaciones aumentan en cazador de valor respecto al año pasado, esto como un efecto de la búsqueda de la mayor utilidad posible en las compras”, agregó Raddar.
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