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El Banco de la República publicó este lunes la información sobre el ingreso de remesas en el país y, con corte al tercer trimestre, sumaron US$8.680,24 millones. Tan solo entre julio y septiembre entraron al país U$3.052,70.
Durante el primer trimestre del año, la cifra fue de US$2.720,77 y, en el segundo trimestre fue de US$2.906,77. Según un informe de los analistas de Corficolombiana, este año los envíos de dinero desde el exterior alcanzaron cifras récord, llegando a los US$11.800 millones, un incremento de 17,2 % respecto al año anterior y casi el doble de lo registrado en 2019.
Las remesas son las transferencias corrientes realizadas por los emigrantes a su país de origen, ya sea en dinero o en especie y hacen parte de las transferencias corrientes registradas en la Balanza de Pagos de Colombia, según el Banco de la República.
En un blog de la entidad se menciona que las remesas han aumentado en los últimos años a tasas superiores al crecimiento de la actividad económica, “lo que ha llevado a que su proporción con respecto al producto interno bruto (PIB) alcance un máximo histórico de 2,8 % en 2024, cuando hace una década apenas representaban el 1,1 % del PIB”.
De acuerdo con el banco, las remesas también se consolidan como la segunda fuente de ingresos de dólares al país, por debajo de los US$15.600 millones que representa el petróleo y por encima de los US$9.200 que significa el carbón.
El crecimiento de las remesas las ha convertido en un apoyo importante de las familias colombianas al alcanzar en 2023 el 3,6 % del ingreso disponible y el 3,9 % del consumo de los hogares. Vale la pena mencionar que las remesas pasaron de menos de un millón de personas en 2016, a 2,1 millones de colombianos en junio de 2024.
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Las cifras que lo explican todo
Los flujos de remesas hacia Colombia han crecido a un ritmo acelerado desde 2021, impulsados por varios factores:
- Migración en aumento: Entre 2021 y 2024, la migración de colombianos al exterior creció un promedio de 5,4 % anual. En lo corrido de 2024, se registraron 365.000 salidas netas del país, lo que equivale a casi 1.200 personas al día.
- Economías robustas en EE. UU. y España: Estos dos países, que representan el 67 % de las remesas hacia Colombia, terminaron el año con tasas de crecimiento económico de 2,8 % y 2,9 %, respectivamente. Además, su estabilidad laboral (desempleo del 4,1 % en EE. UU. y del11,6 % en España) permitió a los migrantes mantener sus ingresos y enviar dinero regularmente.
- Impacto del tipo de cambio: La depreciación del peso colombiano frente al 11.900 ha incrementado significativamente el valor de las remesas en moneda local. En 2024, estas transferencias alcanzaron los $48 billones, un monto 2,4 veces mayor al registrado en 2019.
¿Cuáles son los retos con este impulso?
A pesar del optimismo, existen desafíos significativos para el flujo de remesas en el futuro. La incertidumbre generada por la segunda administración de Donald Trump en Estados Unidos, con propuestas como un posible impuesto del 10 % a las remesas, plantea un riesgo.
No obstante, los analistas prevén que el impacto será gradual y manejable en el corto plazo, especialmente dado que las políticas anti-migratorias del expresidente no redujeron significativamente la migración colombiana durante su primer mandato.
Por su parte, el grupo de analistas del Banco de Bogotá apuntó que la implementación de medidas migratorias más estrictas podría moderar el crecimiento de estos flujos.
Entre los riesgos se encuentra la propuesta de realizar una “gran deportación” que, aunque ambiciosa, enfrenta limitaciones legales y logísticas. Durante su anterior administración (2017-2021), las medidas migratorias de Trump no lograron reducir significativamente la migración neta desde Colombia. Sin embargo, el Banco de Bogotá subraya que, el contexto actual, con mayorías legislativas y un equipo de trabajo más experimentado, podría permitir avances en la ejecución de estas políticas, impactando el flujo de migrantes y, por ende, las remesas hacia el país.
Otro desafío clave es garantizar que las remesas no perpetúen dependencias económicas o se utilicen para fines ilícitos. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), una parte de estas transferencias podría estar vinculada a actividades ilegales. Este problema subraya la necesidad de fortalecer los controles y promover el uso productivo de estos recursos.
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