Final de la Copa América también se siente en el comercio: se agotan las camisetas
En sectores como San Victorino el precio de la camiseta está subiendo casi todos los días. Modelos que antes se vendían en $45.000 ahora rondan los $100.000. El interés en línea ha crecido más de 500 %.
Diego Ojeda
Uno se imagina que en los momentos previos a la final de la Copa América, con Colombia como finalista, el amarillo, azul y rojo debe abundar en el comercio. Y sí, se ve en las banderas, vuvuzelas, gorros, gafas, sombreros, corbatas y hasta en los pequeños vestidos que llevan los perros por estos días. Pero justo la prenda que es protagonista indudable de estos tiempos escasea: la camiseta de la Selección Colombia.
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Uno se imagina que en los momentos previos a la final de la Copa América, con Colombia como finalista, el amarillo, azul y rojo debe abundar en el comercio. Y sí, se ve en las banderas, vuvuzelas, gorros, gafas, sombreros, corbatas y hasta en los pequeños vestidos que llevan los perros por estos días. Pero justo la prenda que es protagonista indudable de estos tiempos escasea: la camiseta de la Selección Colombia.
Son pocos los comerciantes que hoy tienen el último modelo de “la tricolor”, así sea en su versión de imitación. Lo que se dice entre las calles de San Victorino, y en los locales de sus centros comerciales, es que de aquí al domingo ya no se conseguirá una más.
La fiebre por la final ha sido tal, que la demanda por la más reciente camiseta ha logrado arrasar las existencias en este icónico sector, que por lo general parece ser una fuente inagotable de mercancía en Bogotá.
Efraín Rey, gerente de la tienda Sport Innovation (ubicada en el centro comercial Neos), dice que este mes ya ha vendido 12.000 camisetas, de las cuales, 2.000 han sido la réplica 1.1, que es la que más se parece a la original. El apetito por este producto ha sido tal que a él, quien es uno de los grandes comerciantes en esta materia, ya se le agotaron. “Las ventas se han incrementado al punto que he tenido que contratar más personal, y aún así no damos abasto”, asegura.
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¿Qué pasa cuando la demanda de un producto crece al mismo tiempo en que su oferta se hace escasa? ¡Muy bien! los precios suben. Este fenómeno se ha visto con claridad, pues una camisa que hace unas semanas se conseguía en $45.000 ahora ronda los $100.000.
Según lo dicho por algunos comerciantes ambulantes a El Espectador, esta semana el precio de la camiseta ha subido casi todos los días, variando entre $15.000 y $20.000 cada 24 horas. No suben porque ellos quieran, sino porque sus proveedores aumentan los precios y, a su vez, a estos les aumentan los importadores que traen el producto desde China.
Aún así se siguen consiguiendo camisetas económicas, desde los $20.000 por docena, solo que de modelos pasados y con una calidad inferior. Pero el efecto inflacionario también las ha golpeado, pues algunas de estas antes se conseguían hasta por $10.000 o $15.000.
Las tallas que más escasean son las femeninas y las de niños, mientras que en los hombres ya no se consigue la XL (esto, en parte, porque los comerciantes compran por docenas, y en cada una vienen dos ‘S’, cuatro ‘M’, cuatro ‘L’ y dos ‘XL’.
Es que ni los elementos para celebrar el partido se escapan de la escalada de precios, pues la vuvuzela de $5.000 ahora vale $10.000. En suma, si se quiere armar la pinta completa para la final del domingo, esta le puede salir en unos $170.000 con camiseta, gorra y un accesorio.
Para Rey, los importadores han sido los grandes ganadores. “No digo que nos vaya mal, pero ellos son los que más han ganado. Normalmente un uniforme de fútbol lo vendemos a $39.000 con camiseta, pantaloneta y media profesional, pues nos sale en cerca de $25.000. Esas camisetas les ha llegado a ellos al mismo precio porque los chinos no le han subido, póngale que a $15.000 para venderla a $25.000 o $10.000 para venderla a $20.000; pero en este momento ellos nos están vendiendo la docena a $70.000. Le han subido mucho el precio. Nosotros ganamos de a $5.000 por camiseta, mientras que ellos unos $40.000 por cada una”, dice
Los otros comercios
El Espectador intentó conseguir las cifras que ha consolidado Adidas, la marca original de las camisetas de la Selección Colombia, en torno a lo que ha sido esta Copa América. Sin embargo, la empresa quiso reservar estos datos y cualquier otra información relacionada al comercio que ha tenido este artículo.
En sus tiendas la camiseta se consigue en $349.950, mientras que la versión jugador se vende en $499.950.
En comercios en línea, como Mercado Libre, los precios varían entre los $150.000 y los $349.000, dependiendo de la calidad, acabados y originalidad de la camiseta.
Este comercio en línea reportó que, entre el comienzo del torneo y esta semana, la demanda de camisetas se ha incrementado en más de 500 %. Y el interés en general por artículos relacionados con la Selección Colombia ha aumentado 700 % en los últimos dos meses, reportó la empresa en línea.
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“Las camisetas oficiales de la CONMEBOL más buscadas en el marketplace han sido las de local y visitante de la selección Colombia y la de local de la selección Argentina seguidas por la camiseta local de la selección Peruana”, apuntó Mercado Libre a través de un comunicado.
En la ecuación de mercado que se nutre de la pasión futbolera de estos días hay un jugador más, el que revende la réplica 1.1 de la camiseta haciéndola pasar por original.
“Tenemos clientes que llegaron a comprarnos estas camisetas en $80.000 y se las ofrecen a personas que no son conocedoras, haciéndolas pasar por originales y cobrando $300.000 por cada una”, dijo una de las fuentes consultadas por El Espectador.
Las diferencias pueden ser sutiles para el ojo no entrenado. El escudo y el logo de la original viene en un material especial adherido a la camiseta (“encauchetado”, le dicen popularmenre), al igual que las bandas que se encuentran en los hombros (en las réplicas suele conseguirse en tela o en un material que resulta siendo de mala calidad). La tela también es más fina, y la placa con el logo del fabricante original se ve más robusta.
En lo que todos coinciden es que la fiebre por el fútbol ha logrado aceitar esta porción de la economía, pues la demanda de este tipo de artículos también ha tenido un eco en otros sectores (para el caso de San Victorino, hay más compradores visitando el centro de la ciudad).
Organizaciones como Fenalco proyectan un repunte en las ventas del comercio del 20 % para este fin de semana, una cifra similar a la que espera la Asociación de Bares de Colombia (Asobares).
Puede que escaseen las camisetas, pero si algo abunda por estos días es la pasión y el frenesí asociado a la Selección.
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