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Muchos colombianos ignoran que este viernes 17 de diciembre se realizará una reunión que podría definir sus finanzas durante 2022 e incluso impactar los sueños de mediano y largo plazo: se trata del último encuentro del año de la junta del Banco de la República. Y aunque es un evento periódico, esta semana se dieron varias noticias que aumentaron la presión y la incertidumbre sobre las decisiones que tome el Emisor respecto a su tasa de interés.
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¿Qué pasa?
Todo gira alrededor de la inflación. Durante 2021 Colombia y el mundo han enfrentado presiones inflacionarias por una serie de factores que van desde la reactivación económica, que aumenta la demanda, como problemas logísticos y en la cadena de suministros, por lo que los precios están subiendo tanto por temas de oferta como de demanda.
Y como si no fuera suficiente, cada vez parece más inminente el alza de las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos durante 2022, y el avance de la nueva variante del covid-19 aumenta los temores de nuevos confinamientos y golpes para la economía global. Incertidumbre que ha venido fortaleciendo el dólar en todo el mundo. Y para Colombia son particularmente sensibles las alzas de la tasa de cambio, pues según la firma Raddar, cerca del 15 % de la canasta familiar son bienes importados.
En el caso colombiano, este fenómeno llevó a que en noviembre la inflación anual se situara en 5,26 %, lo cual es considerado alto, pues el Banco de la República tiene como objetivo mantener el alza de precios de la economía entre el 2 y 4 %.
No es un fenómeno nuevo, pues desde julio de 2021 la inflación lleva por encima del rango meta del Banco de la República. Por esto, desde septiembre el Emisor empezó a subir su tasa de interés para intentar controlar las presiones inflacionarias. La tasa ya se ha incrementado en 75 puntos básicos: pasando del 1,75 % (el mínimo histórico al que llegó para mitigar los efectos de la pandemia) hasta el 2,5 % que registra desde octubre pasado.
Entonces, ¿ qué tiene de especial este viernes?
Esta semana se dieron noticias que aumentaron los temores de que habrá aún mayores presiones inflacionarias y, por ende, una postura más agresiva por parte de la junta del Banco de la República. Por ejemplo, el martes pasado se reveló que el salario mínimo subirá 10,07 % en 2022 hasta $1 millón.
“Las cifras de noviembre ya reflejan una inflación en ascenso firme. A esta fogata se le añade la gasolina del incremento del salario mínimo ligeramente superior al 10 %, que no solo tendrá un efecto inflacionario vía demanda, sino que afectará adversamente la estructura de costos de las empresas, que ya venía con presiones por el alza de precios de materias primas, la devaluación del peso y los costos logísticos”, dijo José Ignacio López, profesor de macrofinanciera de la Universidad de los Andes, en su columna en La República.
El martes pasado también ocurrió otro hecho relevante en esta discusión, ya que el dólar en Colombia subió más de $118 en un solo día y superó de nuevo la marca de los $4.000. De hecho, fue el alza diaria más fuerte del año, solo comparable con las de marzo de 2020: en los momentos de la pandemia.
Este fenómeno agudizará el golpe de la devaluación en los hogares colombianos, en especial en los rubros más sensibles. Aunque la inflación anual está en 5,26 %, el grupo de alimentos se ha encarecido en más del 15 %. Además, la temporada decembrina tiene su efecto puntual: debido a que Colombia no es autosuficiente en trigo y maíz, productos como la natilla y los buñuelos son sensibles a las variaciones del dólar.
Es claro entonces que el alza del salario mínimo y la nueva trepada del dólar se discutirán en la reunión de este viernes de la junta del Banco de la República. Y los analistas creen que se vendrá un alza importante.
“El Banco de la República debería subir su tasa de interés en 75 puntos básicos (para quedar en 3,25 %). En esta oportunidad subir 50 puntos básicos no es suficiente. Todo lo que tiene en cuenta la junta se ha alineado para realizar un incremento agresivo: el empleo está mejor, inflación arriba de lo esperado, la cuenta corriente empeoró y el peso está más devaluado”, le explicó a El Espectador Álvaro Vivanco, jefe de estrategia para emergentes en NatWest Markets en Nueva York.
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Si el Banco de la República sube su tasa en 75 puntos básicos, se trataría del alza más fuerte en casi 20 años (desde marzo de 2003, cuando subió 100 básicos). Además, es 25 puntos básicos por encima de lo que esperan la mayoría de analistas, según la más reciente Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo. Aunque cabe resaltar que este sondeo se hizo antes de que el salario mínimo llegara a $1 millón y que el dólar regresara a los $4.000.
Sea cual sea la decisión que tome la junta del Banco de la República, habrá consecuencias. Y el bolsillo de los hogares podría ser uno de los principales afectados durante 2022.
Para Enrique Gilles, coordinador del área de economía del CESA, “se podría esperar un endurecimiento de la política monetaria local para frenar presiones inflacionarias, enfriando un poco la economía por el lado de la demanda para ajustarse a los problemas de oferta”. Y advierte que toda esta serie de fenómenos podría llevar a que “se eleve el costo de algunos productos, al encarecimiento del crédito y mayores precios en la tecnología y otros artículos importados”.
En efecto, hay un temor latente de que el alza de tasas del Banco de la República implique una economía menos dinámica en 2022, lo que puede impedir que se logre una plena recuperación del empleo que se perdió durante la pandemia. De hecho, la tasa de desocupación sigue en dos dígitos (11,8 %) y ya muestra signos de desaceleración (en su reducción).
La nueva política monetaria también implica una cuenta regresiva para disfrutar de las tasas de interés hipotecarias más bajas de la historia: que están cerca del 10 % E.A. Si bien gremios como Camacol han señalado que el alza de tasas del Banco de la República tardará alrededor de ocho meses en trasladarse a los intereses de los créditos de vivienda, es un hecho que subirán tarde o temprano.
Y si este viernes las tasas del Emisor suben de forma agresiva, también será más fuerte el efecto sobre los créditos de vivienda. Un golpe para el sueño de tener casa propia.
El problema es que no necesariamente el Banco de la República podrá mitigar todas las presiones inflacionarias. “Si bien la teoría dice que al subir la tasa de interés (del Emisor) se logra controlar las alzas de la tasa de cambio, en la práctica no siempre funciona así. El dólar depende de cientos de factores: la incertidumbre en los mercados, el apetito por riesgo, el petróleo, etc. Y se espera que la divisa estadounidense siga fuerte el próximo año debido al endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos”, dijo Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa.
Es decir, en 2022 los hogares colombianos podrían seguir sintiendo los efectos del encarecimiento de los bienes importados de la canasta familiar. El mercado de cada mes tal vez ya no rinda como antes.
Los colombianos tienen una importante reunión este viernes. La decisión que tome la junta del Banco de la República determinará en gran medida cómo empezará el año la economía colombiana y el bolsillo de los hogares.