No solo el dólar está caro, también hay máximo histórico en el euro
La nociva combinación de un alto déficit de cuenta corriente y fiscal, sumado a la baja tasa de interés del Banco de la República, está provocando que el peso sea la tercera moneda de economías emergentes más devaluada. Es decir, casi todas las divisas están caras en Colombia.
Camilo Vega Barbosa
El dólar en Colombia ha vuelto a robarse la atención de los analistas y autoridades económicas: este lunes, la divisa alcanzó su mayor precio en 2021 al cerrar en $3.997, acumulando un alza de más de 16 % en el año corrido. De hecho, el nivel actual de la tasa de cambio no se alcanzaba desde los peores meses de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, el efecto es mucho más amplio, pues el peso colombiano se está debilitando a nivel general, no solo respecto a la divisa estadounidense.
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El dólar en Colombia ha vuelto a robarse la atención de los analistas y autoridades económicas: este lunes, la divisa alcanzó su mayor precio en 2021 al cerrar en $3.997, acumulando un alza de más de 16 % en el año corrido. De hecho, el nivel actual de la tasa de cambio no se alcanzaba desde los peores meses de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, el efecto es mucho más amplio, pues el peso colombiano se está debilitando a nivel general, no solo respecto a la divisa estadounidense.
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Por ejemplo, no todos son conscientes de que el euro en Colombia se encuentra en máximos históricos: en 2021 la divisa europea ha pasado de $4.144 a $4.696, representando un alza de más del 12 %, lo que implica que estamos en terreno desconocido con esta moneda, pues no hay un punto histórico de referencia de cuánto más puede subir.
Pero el peso no sólo se ha devaluado respecto a las principales monedas, sino también respecto a las divisas de la región: en 2021, la devaluación respecto al peso mexicano llega al 15,9 %, y del 15,32 % frente al real brasileño. Y respecto al sol peruano y el peso chileno la devaluación ha sido del 3 y 4,3 %, respectivamente.
En realidad, el peso colombiano es la tercera moneda de economías emergentes más devaluadas que mide el índice de Bloomberg, sólo superada por la lira turca y el peso argentino. Un escalafón que preocupa, pues la moneda colombiana está siendo comparada con algunas de las divisas con historial más accidentado.
¿Por qué el peso colombiano se debilita a nivel general?
José Ignacio López, profesor de macrofinanciera de la Universidad de los Andes, explica que “si te devalúas más contra el dólar, significa que te devalúas frente al resto de monedas, es decir, el dólar se apreció a escala global”.
En efecto, en las últimas semanas el dólar se ha fortalecido con fuerza en todo el mundo, tanto respecto a monedas de países desarrollados, como frente a las de economías emergentes. Y la causa es muy clara: la reactivación y recuperación de la economía estadounidense están provocando una importante presión inflacionaria. Lo que está aumentando los temores de que la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) comience a elevar sus tasas de interés.
Sin embargo, la mayoría de economías emergentes están sintiendo este efecto, pero en Colombia la devaluación ha sido mayor. ¿Por qué?
Álvaro Vivanco, jefe de estrategia para emergentes en NatWest Markets en Nueva York, indica que, “para empezar, el peso colombiano ya venía de un nivel de devaluación mayor que el resto desde comienzos del año, por lo que empezó en desventaja cuando comenzó el fortalecimiento del dólar hace unas semanas. Sin embargo, se ha visto que el dólar ha subido con más fuerza en economías emergentes con vulnerabilidades. Y en el caso de Colombia lo han castigado por su alto déficit externo y fiscal”.
Es decir, la razón por la que el dólar ha subido con más fuerza en Colombia, y por la que también se ha debilitado respecto al resto de monedas, es por el déficit gemelo del país: un indicador que combina el déficit fiscal (que supera el 9 %, o $90 billones) y el déficit de cuenta corriente (en el primer trimestre de 2021 llegó al 4,8 % como proporción del PIB trimestral).
De hecho, el déficit de cuenta corriente, que puede interpretarse como qué tanto el país depende del exterior (porque tiene en cuenta la diferencia entre importaciones y exportaciones), ya ha sido criticado públicamente por las calificadoras de riesgo que le quitaron a Colombia el grado de inversión, advirtiendo que es uno de los principales puntos débiles de la economía colombiana.
Pero habría un factor adicional que nos está poniendo en una posición más vulnerable que el resto de países de la región: la baja tasa de interés del Banco de la República. Mientras que los bancos centrales de economías emergentes han mostrado una tendencia a subir sus tasas, el Emisor colombiano se ha mantenido con su tasa en mínimos históricos (en 1,75 %).
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“En las monedas emergentes, si bien todas se han debilitado frente al dólar, aquellas que han iniciado el proceso de normalización de la política monetaria (subir tasas) han sido más resilientes a la mayor aversión al riesgo de los inversionistas. Los early hikers (el real brasileño, el peso mexicano y el rublo ruso) registran las devaluaciones año corrido más bajas”, advierte un informe de Corficolombiana.
De esta manera, mantener una tasa de interés baja hace que Colombia se vea menos atractiva respecto a economías emergentes que han venido subiendo sus tasas (o normalizar su política monetaria) como México o Brasil. Y claramente respecto a Estados Unidos, debido a que se ve cada vez más cerca un alza de la tasa de interés de la Reserva Federal.
No obstante, cambiar la política monetaria en esta coyuntura no es una decisión fácil, pues se debe sopesar también el efecto que tendría aumentar la tasa de interés para la recuperación económica colombiana. El problema es que la presión ha venido aumentando debido a que la inflación en Colombia también ha venido creciendo de manera importante: en julio de 2021 la inflación anual se ubicó en 3,97 %, es decir, está al borde del límite superior del Banco de la República.
El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, explicó este lunes en una entrevista para El Espectador que la junta del Emisor sí está considerando normalizar la política monetaria. Pero tal vez esto no suceda con la misma contundencia que en otras naciones emergentes.
“La política monetaria ha sido muy fuertemente expansiva y creo que hay un consenso en el banco, que con la información que hoy tenemos es importante mantener una política expansiva, pero la magnitud de la postura debe irse moderando. Esto, dada la normalización que ha empezado a verse en el nivel de actividad, el aumento fuerte de la demanda agregada y las presiones inflacionarias que por varios días empiezan a sentirse y hacen aconsejable irla reduciendo. Reducir esa magnitud no significa, ni mucho menos, una política contractiva, sino ir en un proceso de normalización, que esperamos sea muy gradual”, explicó Villar.
Esto puede indicar que, aunque Colombia empiece su normalización de la política monetaria, es probable que siga rezagado de la tendencia de alza de tasas que se viene registrando en las economías emergentes.
No obstante, desde antes que se conociera el reporte de inflación de julio y que el dólar marcara sus recientes récords de 2021, los analistas ya contemplaban que el Emisor empezaría a subir su tasa de interés en el cuarto trimestre del año.
La más reciente encuesta (de julio) de analistas del Banco de la República reveló que en promedio los consultados esperan que la tasa de interés del Emisor cierre el año en 2,11 %. Por lo que la respuesta media es que habría al menos un alza de 25 puntos básicos en la tasa.
¿Qué pasará con el peso?
Dado que el déficit fiscal y de cuenta corriente no tienen una solución en el corto plazo, y que los recientes datos de la economía estadounidense (como el dato de desempleo de julio), confirman su recuperación económica, todo parece indicar que el dólar se mantendría fuerte en el mundo el resto del año.
También habría que estar atento al comportamiento del euro. “Además de que el dólar se está fortaleciendo respecto a las divisas de economías emergentes, el euro también se ha debilitado respecto al dólar, por lo que la tasa cruzada hace que la divisa europea se mantenga cara en Colombia”, explicó Juan David Ballén, gerente de investigaciones económicas de Casa de Bolsa.
Y es probable que el peso colombiano siga débil respecto a divisas de los países de la región, debido a que la política monetaria del Banco de la República se perfila más tímida que la del resto de bancos centrales de economías emergentes.
La gran inquietud es cuánto tiempo el peso colombiano se mantendrá débil. Para López, “es probable que la tendencia alcista en la tasa de cambio siga en 2022. Nosotros pensamos que si la recuperación global continúa y se hace más balanceada, el dólar debería ceder terreno, con lo cual el peso debería apreciarse. No obstante la incertidumbre local con el tema electoral y fiscal, seguirá generando una presión de devolución sobre la moneda”.
De esta manera, hay que prepararse para vivir en un período importante en el que el euro, el peso mexicano, el real brasileño, el sol peruano, el peso chileno y, por supuesto, el dólar, se mantendrán caros en Colombia.