¿Qué esperamos del comportamiento del dólar para las próximas semanas?
Diversos analistas cuentan las proyecciones que tienen sobre el precio del dólar, así como las variables que influirán en el billete verde en 2024.
El dólar ha registrado una descolgada impresionante en el último año. Hay que recordar que en enero de 2023 su cotización se acercaba a los $5.000, mientras que en las últimas semanas ha tocado fondos tan bajos como los $3.850.
Muchos expertos coinciden en que estamos viendo un efecto rebote, en el que la divisa estaría regresando a los niveles que registraba a finales de 2021.
Según lo explicado por David Ballén, quien es director de análisis y estrategia de Casa Bolsa SCB, la caída que ha registrado el dólar en las últimas semanas se debe, principalmente, al fin del ciclo de aumentos de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).
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Hay que recordar que, así como en otras grande economías, la disparada inflación llevó al banco central de ese país a encarecer el acceso al crédito, mientras se lograba una desaceleración en la carestía. Con este objetivo alcanzado, los analistas esperan que la Fed comience a bajar las tasas de interés en los próximos meses, lo que a su vez estaría acompañado de una caída en el precio del dólar.
Así lo cree el director para la Región Andina de Control Risks, Theodore Kahn, para quien la expectativa de los mercados es que el reto de los bancos centrales también inicien o mantengan sus apuestas por reducir las tasas de interés, lo que siempre, asegura, conlleva a una caída del valor del dólar.
En países como Colombia esto se explica principalmente porque al abaratarse el crédito se incrementan las posibilidades de que inversionistas extranjeros inyecten recursos en la nación. La regla dicta que entre más billetes verdes circulan en el país, más económica será la divisa.
Bajo esta premisa, se espera que el dólar continúe en una senda de caída en lo que resta de 2024, pues las proyecciones apuntan a que la carestía seguirá bajando hasta alcanzar la meta inflacionaria en 2025. Esto, evidentemente, también se traducirá en una bajada de las tasas de interés. Aunque Kahn no cree que la caída sea como la registrada en 2023, sí considera que bajo estas condiciones el dólar seguirá perdiendo fuerza este año.
Este analista también considera que la incertidumbre que girará en torno a la macroeconomía de Estados Unidos en 2024, con la temporada de elecciones y la tensión en torno a su techo de deuda, hará que los inversionistas incrementen su apetito por otros activos como el euro, el yuan y el oro.
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“El dólar seguirá siendo relevante. Eso es algo que no cambiará este año, pero hay indicios de que tendrá cada vez más competidores, y eso es algo que también contribuirá en su debilitamiento”, concluye.
Sin embargo, y como resalta Felipe Campos, quien es analista de la firma Alianza Valores, todas estas previsiones podrían verse afectadas si en el mundo se vuelven a registrar choques inflacionarios, como lo sería el generado por las tensiones bélicas y geopolíticas en Medio Oriente.
A esto habría que sumar el comportamiento que se sume en la región frente a la caída del dólar, pues si en otros países de América Latina se logra consolidar un dólar barato, en Colombia también lo será.
A su juicio, si bien para 2024 se espera el debate de varias reformas, no hay nada político que pueda perturbar de forma considerable el precio del dólar. Aunque es probable que muchos inversionistas reaccionen a lo que apruebe el Congreso Colombiano, las variaciones no serán tan abruptas ni prolongadas en el tiempo. Lo único que sí podría generar una incertidumbre considerable sería un cambio que atente contra la institucionalidad del país, lo cual es improbable.
Las recomendaciones que adelantan estos analistas es a seguir de cerca el comportamiento de la divisa, así como no adelantar inversiones considerables dada la alta volatilidad que se podría presentar este año si llega a escalar el conflicto en Medio Oriente, por ejemplo. Aunque, de nuevo, insisten en que, si las condiciones actuales se mantienen, 2024 sería un año en donde experimentaríamos una desescalada en el precio del dólar.
Para la macroeconomía del país esto sería positivo, pues hay que recordar que el país continúa manifestando una alta dependencia de bienes y servicios importados. Aunque también hay que tener en cuenta que un dólar bajo también podría afectar los ingresos derivados de actividades exportadoras.
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El dólar ha registrado una descolgada impresionante en el último año. Hay que recordar que en enero de 2023 su cotización se acercaba a los $5.000, mientras que en las últimas semanas ha tocado fondos tan bajos como los $3.850.
Muchos expertos coinciden en que estamos viendo un efecto rebote, en el que la divisa estaría regresando a los niveles que registraba a finales de 2021.
Según lo explicado por David Ballén, quien es director de análisis y estrategia de Casa Bolsa SCB, la caída que ha registrado el dólar en las últimas semanas se debe, principalmente, al fin del ciclo de aumentos de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).
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Hay que recordar que, así como en otras grande economías, la disparada inflación llevó al banco central de ese país a encarecer el acceso al crédito, mientras se lograba una desaceleración en la carestía. Con este objetivo alcanzado, los analistas esperan que la Fed comience a bajar las tasas de interés en los próximos meses, lo que a su vez estaría acompañado de una caída en el precio del dólar.
Así lo cree el director para la Región Andina de Control Risks, Theodore Kahn, para quien la expectativa de los mercados es que el reto de los bancos centrales también inicien o mantengan sus apuestas por reducir las tasas de interés, lo que siempre, asegura, conlleva a una caída del valor del dólar.
En países como Colombia esto se explica principalmente porque al abaratarse el crédito se incrementan las posibilidades de que inversionistas extranjeros inyecten recursos en la nación. La regla dicta que entre más billetes verdes circulan en el país, más económica será la divisa.
Bajo esta premisa, se espera que el dólar continúe en una senda de caída en lo que resta de 2024, pues las proyecciones apuntan a que la carestía seguirá bajando hasta alcanzar la meta inflacionaria en 2025. Esto, evidentemente, también se traducirá en una bajada de las tasas de interés. Aunque Kahn no cree que la caída sea como la registrada en 2023, sí considera que bajo estas condiciones el dólar seguirá perdiendo fuerza este año.
Este analista también considera que la incertidumbre que girará en torno a la macroeconomía de Estados Unidos en 2024, con la temporada de elecciones y la tensión en torno a su techo de deuda, hará que los inversionistas incrementen su apetito por otros activos como el euro, el yuan y el oro.
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“El dólar seguirá siendo relevante. Eso es algo que no cambiará este año, pero hay indicios de que tendrá cada vez más competidores, y eso es algo que también contribuirá en su debilitamiento”, concluye.
Sin embargo, y como resalta Felipe Campos, quien es analista de la firma Alianza Valores, todas estas previsiones podrían verse afectadas si en el mundo se vuelven a registrar choques inflacionarios, como lo sería el generado por las tensiones bélicas y geopolíticas en Medio Oriente.
A esto habría que sumar el comportamiento que se sume en la región frente a la caída del dólar, pues si en otros países de América Latina se logra consolidar un dólar barato, en Colombia también lo será.
A su juicio, si bien para 2024 se espera el debate de varias reformas, no hay nada político que pueda perturbar de forma considerable el precio del dólar. Aunque es probable que muchos inversionistas reaccionen a lo que apruebe el Congreso Colombiano, las variaciones no serán tan abruptas ni prolongadas en el tiempo. Lo único que sí podría generar una incertidumbre considerable sería un cambio que atente contra la institucionalidad del país, lo cual es improbable.
Las recomendaciones que adelantan estos analistas es a seguir de cerca el comportamiento de la divisa, así como no adelantar inversiones considerables dada la alta volatilidad que se podría presentar este año si llega a escalar el conflicto en Medio Oriente, por ejemplo. Aunque, de nuevo, insisten en que, si las condiciones actuales se mantienen, 2024 sería un año en donde experimentaríamos una desescalada en el precio del dólar.
Para la macroeconomía del país esto sería positivo, pues hay que recordar que el país continúa manifestando una alta dependencia de bienes y servicios importados. Aunque también hay que tener en cuenta que un dólar bajo también podría afectar los ingresos derivados de actividades exportadoras.
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