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Este miércoles la mesa de concertación laboral acordó el incremento del salario mínimo más alto del siglo: quedando en $1.160.000, más $140.000 de subsidio de transporte (al que acceden los que ganen hasta dos salarios mínimos). Lo que representa un aumento del 16% frente al que regía en 2022 ($1.000.000+$117.000 del subsidio). Es evidente que el hito beneficiará el bolsillo de millones de hogares colombianos, pero podría no ser tan grande como parece a simple vista. Además, analistas advierten sobre riesgos subyacentes. Le explicamos.
El beneficio real
La fuerte inflación que surgió en Colombia durante la pospandemia ha representado un problema grave para los trabajadores que devengan el pago básico. Por ejemplo, en 2021 el salario mínimo subió 3,5% y la inflación cerró ese año en 5,62%; y para el 2022 se acordó un incremento salarial del 10%, pero la inflación ya supera el 12% anual a corte de noviembre. Es decir, en los últimos dos años se han perdido cuatro puntos de poder adquisitivo ¿ Y en 2023?
“Para 2023 la expectativa original del Banco de la República era que la inflación cerrara en 7%. Sin embargo, es posible que con este incremento del salario mínimo tan alto, la inflación termine un poco por encima el próximo año. Pero aún si la inflación terminara en 8% (en 2023), un incremento del salario mínimo de 16% haría crecer los salarios reales en cerca de 8%”, explicó César Tamayo, César Tamayo, decano de la escuela de economía y finanzas de Eafit.
De hecho, para el académico el alza podría compensar golpes pasados del bolsillo de los hogares colombianos: “En 2021 se perdieron 2% de poder adquisitivo y en 2022 otro 2%. Pero, en 2023 el salario mínimo se incrementaría 8% en términos reales. Es decir, que alcanzaría para recuperar el 4% perdido de los dos años anteriores e incluso quedaría un incremento real adicional de 4%”.
De esta manera, para el 2023 los trabajadores que ganan el mínimo tendrían un incremento salarial real del 4% debido a la pérdida del poder adquisitivo del último par de años y por la inflación proyectada para el 2023. Es una ganancia importante, pero no es un alza de doble dígito como parecía inicialmente.
Rindiendo el alza
Pese a que se espera un incremento real del salario mínimo en 2023, el Gobierno espera hacer rendir más este pago por medio de una serie de medidas enfocadas a reducir la presión a los precios de la economía.
En primer lugar está la desindexación: es básicamente una apuesta para dejar de atar ciertos precios y tarifas al salario mínimo, y a sus respectivas alzas. Así se evita que el alza salarial produzca un encarecimiento equivalente de estos servicios o trámites.
De hecho, la semana pasada el Ministerio de Hacienda emitió una circular en donde se informa sobre la desindexación de las multas, sanciones y demás pagos estatales. Desde el primero de enero de 2023 estas dejarán de calcularse en salarios mínimos y pasarán a calcularse en Unidades de Valor Tributario (UVT, que por lo general crecen anualmente con base en la inflación, es decir, a un ritmo menor al del alza salarial).
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Otras medidas que buscan reducir la inflación en Colombia son: bajar de la tasa de usura, la revisión a la fórmula del costo de la energía, el control al precio de los medicamentos y dar subsidios del 20% para insumos agrícolas.
Esta última es particularmente importante pues el rubro de alimentos es el que más ha subido de la canasta familiar en 2022, con un incremento del 26% anual.
No obstante, Camilo Herrera, presidente del Grupo Raddar, advierte que “en 2023 el principal golpe al bolsillo de los hogares serán los arriendos, que pueden aumentar de 12 a 13%. Una cosa es que suba el precio de la papa que pesa el 1% del gasto, y otra cosa es el alza de los arriendos que pesan entre el 10 y el 15% (dependiendo del hogar). Entonces, el primer semestre será muy duro, pues es cuando se renuevan la mayoría de contratos de alquileres”.
Entonces, los arriendos es el principal factor que puede drenar el efecto del incremento real del salario mínimo en 2023.
Las preocupaciones
Durante las negociaciones de este año los empresarios advirtieron sobre los efectos de incrementos exagerados sobre el salario mínimo, sobre todo en términos de generación de empleo.
“Los estudios recientes que hemos hecho desde Eafit con el Banco de la República sugieren que subir el mínimo por encima de la inflación puede contribuir a incrementar el desempleo, tanto por pérdida de empleo como por menor creación de trabajos”, indicó Tamayo.
De hecho, el estudio del Banco de la República advierte puntualmente que un incremento del salario mínimo del 1% por encima de la inflación, provoca una reducción del 1% en el empleo en Colombia. Y también hay una crítica de que este tipo de alzas salariales tienden a aumentar la informalidad laboral.
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Sin embargo, para Camilo Herrera “las empresas ya ajustaron sus nóminas. Entonces, si bien puede aumentar la informalidad, yo no creo que sea tanto en función del salario. El principal reto de las empresas en 2023 será la productividad, y no la generación de empleo pues este año fue positivo en esta materia: se generaron 1,6 millones de nuevos puestos de trabajo”.
Es claro entonces que el alza del 16% del salario mínimo será decisivo para la economía en el 2023, y para los 3,4 millones de trabajadores que lo devengan.