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El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió el miércoles que Estados Unidos quedaría en una posición muy vulnerable si su proteccionismo comercial desata medidas generalizadas de represalia.
"Aunque todos los países estarán peor en un conflicto comercial, la economía de Estados Unidos es especialmente vulnerable porque mucho de su comercio global será sujeto a medidas de reciprocidad. Y el PIB no será el único costo", apuntó la directora gerente del FMI Christine Lagarde en su blog. (Le interesa Así va la guerra comercial en el mundo).
El FMI ya ha alertado desde hace meses sobre los riesgos sistémicos de una guerra comercial generalizada, después de los pasos iniciales dados por Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo.
En su revisión del panorama económico mundial, divulgado el lunes, la entidad advirtió que el "riesgo de que las tensiones comerciales actuales se intensifiquen y que impacten negativamente en la confianza y en la inversión, representa la mayor amenaza para el crecimiento mundial en el corto plazo".
El gobierno de Donald Trump ya impuso pesados aranceles a las importaciones de acero y aluminio y además adoptó tarifas contra productos chinos.
Socios comerciales tradicionales como Canadá, México o la Unión Europea, además de China, ya impusieron aranceles a productos estadounidenses en el primer capítulo de una etapa de adopción de medidas de represalias. (Lea también Guerra comercial iniciada por Trump es "riesgo serio" para economía global, según OCDE).
- Números de "marea alta" -
Este miércoles Lagarde señaló que "las tensiones ya están dejando su marca, pero la extensión del daño dependerá de qué hagan seguidamente quienes definen la política".
Lamentablemente, señaló, la "retórica se ha convertido en realidad".
Lagarde indicó que el FMI realizó simulaciones para tratar de dimensionar los daños de una guerra comercial, y apuntó que los aranceles a las importaciones anunciados este año por varios países generarán una reducción de 0,1 punto porcentual en la producción mundial en 2020.
"Pero si la confianza de los inversionistas resulta afectada por estos aranceles, nuestra simulación muestra que el PIB global podría reducirse en medio punto porcentual"; volumen equivalente a unos 430.000 millones de dólares.
El FMI estima que el crecimiento de la economía mundial este año deberá ser de 3,9%, pero Lagarde apuntó que podría tratarse de un "número de marea alta".
Ese crecimiento global "ya ha comenzado a desacelerarse en la Zona del Euro, Japón y el Reino Unido", apuntó Lagarde, para añadir que la propia economía de Estados Unidos debería "moderarse" en el medio término.
Para completar el escenario, en las economías emergentes el crecimiento también se ha desacelerado "en parte como consecuencia de los aumentos en los precios del petróleo y presiones monetarias".
- Escenarios posibles -
En general, los técnicos del FMI han desarrollado cuatro escenarios posibles para medir los efectos de esta situación a nivel global.
El primero de esos escenarios considera los aranceles ya adoptados por EEUU a las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%), así como una tarifa de 25% sobre 50.000 millones dólares en importaciones de productos chinos, así como las medidas de represalias anunciadas.
En el segundo escenario, el FMI añade a esa ecuación la tasa suplementaria de 10% que Estados Unidos pretende adoptar para 200.000 millones de dólares en importaciones chinas ya este año.
Para el tercer escenario posible, los técnicos incorporan aranceles de 25% en EEUU a las importaciones de automóviles, y las medidas de represalias que serían adoptadas por los países afectados.
Finalmente, el cuarto le suma elementos como la fractura de la confianza y una disminución de las inversiones en el sector manufacturero.
Según el FMI, los tres primeros escenarios EEUU podrían enfrentar medidas de represalias al tiempo que el resto de los países tendría la alternativa de reorganizar su flujo de comercio evitando al cliente estadounidense.
Pero en el último escenario, el Fondo advierte que el PIB estadounidense sufriría un impacto de -0,8% apenas en el primer año, en una situación que para Asia representaría una caída de -0,7%, para alcanzar un -0,6% en América Latina y Japón.