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El FMI mejoró la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PBI) para Colombia en 2022, pasando del 3,8 % pronosticado en octubre, a un 4,5 %. La cifra deja al país con la mejor proyección para las principales economías de América Latina.
Para 2023, por ejemplo, la proyección indica que el PIB de Colombia crecería 3,7 %, frente al crecimiento de 3,0 % de Perú, el 2,7 % de México, el 2,5 % de Argentina, el 1,9 % de Chile y el 1,6 % de Brasil.
De acuerdo con el análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI) las economías de América Latina y el Caribe están perdiendo impulso. Para 2022, el FMI proyecta que el crecimiento disminuirá a 2,4 %, una rebaja respecto del pronóstico de 3 % en octubre de 2021.
En 2020 se registró un colapso económico; sin embargo, el crecimiento de la región se reactivó hasta alcanzar un 6,8 %, “gracias al sólido crecimiento de los socios comerciales, el alza de los precios de las materias primas y las favorables condiciones de financiamiento externo. A nivel interno, el progreso de la inmunización, la continuación del respaldo fiscal en algunos países, como Chile y Colombia, y la acumulación de ahorros en 2020 también apuntalaron el crecimiento”.
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Aunque el Fondo Monetario Internacional sostiene que la desaceleración es inevitable a medida que las economías retoman los niveles del PIB previos a la pandemia, también asegura que la rebaja del pronóstico refleja otras dificultades, “como el enfriamiento de las economías china y estadounidense, las continuas interrupciones del suministro de insumos y trabajo, el endurecimiento de las condiciones monetarias y de financiamiento, y la aparición de la variante ómicron”.
Inflación, el gran problema
En algunas de las economías más grandes de la región los precios subieron hasta 8,3 % en 2021, el FMI sostiene que este es “el salto más grande de los 15 últimos años, por encima de lo registrado en otros mercados emergentes”. En el caso de Colombia, la inflación cerró el 2021 en 5,62 %.
La preocupante cifra refleja la escalada de los precios de los alimentos y la energía. “La inflación subyacente, que excluye dichos precios, avanzó menos (6,3 %), pero aun así se ubica por encima de las tendencias previas a la pandemia y de lo observado en otros mercados emergentes (5,3 % en promedio)”.
El avance de la inflación subyacente fue rápido en Brasil (7,2 %), Chile (6,4 %) y México (5,9 %), lo que lleva a pensar que la inflación puede ser mas generalizada, pese a la amplia variación en los distintos países.
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Los factores que han contribuido a este resultado son variados: el creciente nivel de los precios de las materias primas y las importaciones, en parte por los problemas de suministro mundial; las depreciaciones de los tipos de cambio; la activación de la demanda y la reorientación del gasto en servicios hacia los bienes. El documento también señala que en algunos países, las presiones salariales y las prácticas de indexación (contratos cuyas condiciones se modifican automáticamente con la inflación) están dando más impulso a los precios.
Y para contener la inflación, los grandes bancos centrales reaccionaron. “El ritmo de endurecimiento de la política monetaria varía según la posición de cada país en el ciclo económico, y el grado y el alcance de las presiones de precios y la credibilidad del banco central. En Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, las tasas de política monetaria subieron entre 1,25 puntos porcentuales y 7,25 puntos porcentuales en el curso de 2021. A menudo, los bancos centrales también dieron a entender que contemplaban nuevos aumentos en los meses siguientes”, indica el documento.
Vale la pena recordar que la junta directiva del Banco de la República tomó la decisión este viernes de incrementar sus tasas de interés en 100 puntos básicos, llevando el indicador hasta 4 %, el incremento más duro en años. Hay que recordar que en la pasada reunión de la junta, el 17 de diciembre del año pasado, las tasas de interés fueron elevadas hasta 3 %.
Con el incremento de este viernes, el banco central colombiano ha realizado cuatro aumentos de sus tipos de interés desde septiembre del año pasado, cuando estos se encontraban en uno de sus puntos históricos más bajos (1,75 %). Lea: El Banco de la República se saca los guantes: tasas de interés suben a 4 %
Para el FMI, las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen relativamente bien ancladas, lo que a su vez refleja la confianza en la capacidad de la política monetaria para devolver la inflación a las metas. Sin embargo, las expectativas inflacionarias a corto plazo son elevadas, es decir que probablemente los bancos centrales de algunos países tendrán que volver a actuar.
Por eso el FMI establece recomendaciones como prepararse para el endurecimiento de la política monetaria estadounidense prolongando los vencimientos de la deuda pública, reduciendo las necesidades de renovación de créditos en el ámbito fiscal a nivel más general y limitando la acumulación de descalces de monedas en los balances del sector financiero en la medida de lo posible.
Por otro lado, dado el calendario electoral, los disturbios sociales siguen siendo un riesgo. Los tres retos que deben enfrentar los países de la región son asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, incrementar el crecimiento potencial y hacerlo de una manera que promueva la cohesión social y corrija las inequidades sociales. Abordar estos retos que iniciaron incluso antes de la pandemia lleva tiempo, de ahí que la recomendación es que las autoridades elaboren ya una estrategia.