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La Superintendencia Financiera informó sobre la solicitud de autorización de una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por entre el 5 y el 6,25 % de las acciones del Grupo Sura. Esta también es liderada por los Gilinski. Es decir, se trata de la segunda OPA que presentan por el Grupo Sura y de la tercera que apunta a empresas del Grupo Empresarial Antioqueño, pues también se lanzó una por Nutresa.
Esta semana cerraron las dos primeras OPA, en Grupo Nutresa obtuvo el 27,69 % de los títulos y este viernes la Bolsa de Valores de Colombia dio a conocer el resultado de la adjudicación de la primera OPA por Grupo Sura: en total, fueron válidas 3.979 aceptaciones. Es decir, los Gilinski ya tienen 118.168.821 acciones, el 25,25 % de Sura.
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En la primera OPA de Sura cada acción se vendió a US$8,01, que equivale a $31.642,70, teniendo en cuenta que la Tasa Representativa del Mercado es de $3.950,40. El mercado está todavía a la espera de la adjudicación del 27,69 % de las acciones de Nutresa, hito que podría darse el próximo lunes.
Este tipo de ataques impactan a todo el Grupo Empresarial Antioqueño, pues es un conglomerado que se destaca por hacer enroques accionarios.
Con esta nueva OPA, el objetivo de los Gilinski es incrementar su participación en la compañía con miras, pareciera, a asegurar su lugar en la junta directiva e, incluso, pelear más de un asiento en el directorio.
De lograr el máximo propuesto en esta nueva OPA los Gilinski sumarían 31,45 % de las acciones en el conglomerado financiero. Actualmente, el Grupo Argos cuenta con una participación de 36,02 % en Sura.
Entrar en la junta directiva es clave en este caso porque una de las propuestas de los Gilinski en su primera OPA por Sura fue plantear una posible fusión entre Bancolombia y su grupo financiero, el GNB Sudameris; esto sólo si aseguraban un lugar en el órgano directivo. Aunque, hay que aclarar, hace falta ver si en el cuadernillo para inversionistas de esta segunda OPA se mantiene esta propuesta.
Entonces, aunque la fusión entre Bancolombia y GNB Sudameris ha sido uno de los principales puntos que se destacaron públicamente como parte de la estrategia de los Gilinski, se trata de un negocio que aún requiere superar varios obstáculos en el seno mismo de las decisiones corporativas. Esto incluye pasar por el filtro y los intereses de organizaciones que han buscado activamente (mediante la búsqueda de otros socios o la denuncia de la supuesta improcedencia de la OPA) mantener a los Gilinski a raya.
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Se podría decir que este es un nuevo capítulo en una disputa que comenzó en 1997 entre ambos conglomerados, cuando se dio la fusión entre el Banco de Colombia y el Banco Industrial Colombiano que dio vida a Bancolombia. Para los Gilinski esta operación desvalorizó fuertemente sus acciones y pidieron una compensación de US$100 millones. Tan solo hasta 2010 las partes (el GEA y los Gilinski) llegaron a un acuerdo. Pero las dos OPA de estas tres últimas semanas demostrarían que la rivalidad nunca terminó.
Sura pidió resolver recursos jurídicos
De acuerdo con las revelaciones del periodista Daniel Coronell, a la Bolsa de Valores de Colombia llegó una comunicación en la que Sura solicita que se tengan en cuenta los dos recursos jurídicos pendientes, uno ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) y otro ante la Superintendencia Financiera.
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En el documento Sura reclamó ante la SIC el hecho de que dicha entidad le haya concedido a los Gilinski reserva sobre la información de la existencia de la OPA desde diciembre de 2020. Y sustentó que al haber ocultado la oferta se desconocieron sus derechos y también se impidió que otros actores del mercado participaran en una oferta amistosa, lo que a su vez significa que los vendedores podrían haber recibido más dinero por las acciones.
Por otro lado, en el recurso de reposición ante la Superfinanciera, Sura dijo que se violó el Estatuto Financiero, pues antes de formular la oferta se requería el permiso del superintendente, teniendo en cuenta que está en juego el traslado de más de 10 % de la propiedad de entidades financieras vigiladas.
A este reclamo se suma el hecho de que con la compra de acciones cambia el control de un buen porcentaje de EPS Suramericana, por lo que (argumenta Sura) era necesario el permiso de la Superintendencia de Salud. Ahora, está pendiente la respuesta de la Superfinanciera, que tendría la potestad para frenar el proceso.