El superintendente de Servicios Públicos, Dagoberto Quiroga, presentó su renuncia por solicitud de un alto cargo del Gobierno. La dimisión ocurre mientras el país enfrenta tensiones energéticas y en un momento crítico para la reforma a los servicios públicos, que ya había sido redactada y esperaba la revisión del presidente Gustavo Petro.
El Espectador pudo establecer con fuentes cercanas a Presidencia y la Superintendencia de Servicios que la renuncia se dio luego de que Quiroga tuviera diferencias con el presidente Petro, con relación a las acciones en contra de las empresas de energía y gas, entre ellas la intervención de la empresa Air-e, la semana pasada. Sin embargo, el propio Quiroga negó esa versión y en rueda de prensa aseguró que no le pidieron la renuncia, sino que la presentó protocolariamente, como lo hace cada seis meses. Este diario pudo establecer que Quiroga también le pidió la renuncia protocolaria a los 29 directivos y asesores de su despacho.
Aunque aún no se conocen oficialmente las razones de su salida, se ha reportado que Quiroga subrayó que se trata de una “renuncia protocolaria” que realiza cada seis meses.
Sin embargo, podrían existir desacuerdos con las decisiones recientes del Gobierno, especialmente en relación con la intervención de empresas energéticas como Air-e, que abastece a la región Caribe. Quiroga había manifestado su desacuerdo con la intervención de esta compañía, una medida que ha estado en la mesa del Gobierno debido a las dificultades financieras que enfrenta la empresa y a las denuncias sobre la calidad del servicio.
El conflicto en torno a Air-e refleja una tensión más amplia en el sector, donde las altas tarifas de energía, especialmente en la región Caribe, han generado protestas y malestar social. En este contexto, la figura del superintendente jugaba un papel clave al mediar entre los intereses gubernamentales y las empresas privadas.
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Ahora bien, el impacto de esta salida es compleja. Quiroga, un aliado cercano de Petro, había sido una figura clave en la redacción de la reforma a los servicios públicos, que plantea cambios profundos en la prestación de servicios esenciales como agua, energía y gas. Dicha reforma ahora quedará en pausa.
El exsuperintendente había sido designado en septiembre de 2022, tras una larga trayectoria en el sector público, desempeñándose en la Contraloría General y otras entidades.
La salida de Quiroga genera incertidumbre sobre el futuro de la reforma a los servicios públicos y deja al Gobierno buscando un reemplazo que pueda asumir la dirección de la Superintendencia en medio de un entorno desafiante. Fuentes cercanas a la Casa de Nariño señalan que el presidente Petro designará un encargado en las próximas horas, mientras se define un sucesor permanente.
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