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En su discurso en la instalación del Congreso, el presidente Gustavo Petro dijo que en el paquete de medidas para la reactivación económica que presentará su Gobierno se incluirán las inversiones forzosas, un tema al que se ha referido en varias ocasiones.
Como explicó José Ignacio López, presidente de la ANIF, los bancos usan parte de los depósitos (los recursos que guardan de sus clientes) para entregar créditos considerando criterios de rentabilidad y riesgo, pero con las inversiones forzosas se verían obligados a destinar cierta cantidad de recursos para una inversión en particular. Dependiendo de cómo lo plantee el Gobierno, esos recursos se podrían entregar directamente a los beneficiarios a través de créditos o por medio de entidades de fomento que se financien con esas inversiones para poder entregar los préstamos.
En general, la idea no gusta en el sector bancario. El mes pasado, Jonathan Malagón, presidente de Asobancaria, aseguró que es una “mala idea” y que el modelo de inversiones forzosas ya fracasó en Colombia en la década de los setenta. “Fueron un elemento de represión financiera, hubo consenso entre todos los analistas de que lo que hacían era limitar el crédito porque parte del ahorro nacional se iba necesariamente a unos sectores, entonces había una distorsión”.
En contexto: “Las inversiones forzosas fueron un elemento de represión financiera”: Asobancaria
La semana pasada, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, dijo que están evaluando cómo potenciar las inversiones forzosas que ya existen en el sector agropecuario, los Títulos de Desarrollo Agropecuario, y opciones para aplicarlas en otros sectores. De hecho, explicó que el sector financiero propuso la construcción de un paquete de $35 billones en inversiones dirigidas a programas de interés para la reactivación económica con tasas de interés más bajas.
Sin embargo, el presidente Petro fue enfático este sábado en que busca que el Congreso apruebe un proyecto para llevar este mecanismo más allá del agro: “A algunos no les gusta el tema de la inversión forzosa, ya existe en Colombia, se llaman TDA y están en el ámbito de la agricultura y con eso es que se ha financiado Finagro, por eso tenemos tasas positivas en agricultura. ¿Por qué no lo hacemos en la industria, en la vivienda y en el turismo? Si los bancos se están quedando con la plata guardada y eso los puede quebrar, es el momento, así sea por dos o tres años, para construir ese mismo sistema para industria, turismo y vivienda”.
Alexandra Restrepo, presidenta de Finagro, explicó a este diario que los TDA han permitido que los productores accedan al sistema financiero. Por medio de la Ley 16 de 1990 se creó el Sistema Nacional de Crédito Agropecuario, la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario, Finagro y los TDA, que son la principal fuente de financiamiento del sector.
Las instituciones financieras tienen la obligación de adquirir TDA, la cantidad de inversión se determina según ciertos criterios y se divide entre TDA tipo A y TDA tipo B. Los del primer tipo se destinan para el fondeo de los pequeños productores con condiciones de financiamiento más bajas y los segundos, para créditos a medianos y grandes productores.
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Malagón aseguró que con las inversiones forzosas todos los colombianos pagan tasas de interés más altas porque se comprime el ahorro para permitir que determinados sectores tengan crédito.
Se avecina una discusión sobre este mecanismo que el Gobierno defiende como una herramienta para impulsar la economía, pero que el sector bancario rechaza.
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