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En un evento en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, el gobierno de Gustavo Petro presentó la reforma laboral, el tercero de sus proyectos clave en esta legislatura (junto al de salud y de pensiones) que deberá discutir el Congreso de la República. El evento fue citado para las 5 de la tarde, pero se retrasó hasta las 8 de la noche en espera de que el presidente llegara. La ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, explicó la reforma.
“Tenemos la más ambiciosa reforma laboral de este siglo”, comenzó diciendo la ministra. Describió un proceso de concertación que calificó de técnico, plural y que recogió los conceptos jurídicos y políticos de instituciones y países como México, Chile y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otros actores. “La reforma laboral del gobierno del cambio garantizará los derechos laborales de los cerca de 22 millones ocupados, de los cuales ocho millones son mujeres”, dijo Ramírez.
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Entre algunos de los puntos que resumió en su discurso, habló de lo que llamó una dignificación del salario de los trabajadores. “La reforma y sus efectos nos permitirán cumplir con las obligaciones derivadas de los planes de acción laboral con los gobiernos de Canadá, Estados Unidos, la hoja de ruta con la Unión Europea o dar viabilidad a la agenda de derechos que se deriva de las recomendaciones de los organismos de control de la OIT o el sistema interamericano de derechos humanos”, dijo la ministra. A continuación, pasó a dar algunos de los puntos “más novedosos”.
“Anuncio que la centralidad del proyecto es la estabilidad laboral como regla protectora, donde la forma de contratación general será el contrato a termino indefinido, sin desconocer el valor de otras formas de contratos de trabajo como el de termino fijo, el de obra o labor determinada. Eso quiere decir que transitamos al proceso de formalización laboral más beneficioso a la sociedad”, dijo Ramírez.
Y agregó: “Tendremos más ciudadanos con capacidad real de activar nuestra economía a través de la gestión de sus salarios reales y donde las propias empresas no solo se beneficiarán de trabajadores comprometidos con sus agendas productivas, sino que se encontraran en ellos a sus potenciales consumidores”. Si bien la centralidad de la reforma es, describió Ramírez, la estabilidad laboral, no menos importante en lo dicho por la funcionaria es la recuperación de la jornada de trabajo.
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“Es un sentir básico de justicia social decirle a los trabajadores y a las trabajadoras que recuperaran un derecho y que nuestra jornada de trabajo estará acorde con la naturaleza: el día será el día y la noche será la noche. La jornada diurna comenzará a las 6 a.m. y culminará en el día a las 6 p.m. Se establece la necesidad de jornadas flexibles que hagan compatible la vida familiar con la vida personal y de trabajo”.
La reforma buscará proteger a poblaciones que el Gobierno cree excluidas de la formas de contratación. “El campo entrará en la formalidad laboral. Esto de la mano de una misión concertada y el dialogo entre el movimiento sindical y de trabajadores rurales con aportes constructivos de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Hoy la informalidad en lo rural ronda el 86%, pero con la nueva forma de contrato especial de trabajo agropecuario, alrededor de 1.4 millones de ocupados se beneficiarán con acceso a derechos laborales que permitirá cubrir y facilitar el pago de seguridad social y prestaciones acordes con los tiempos de trabajo que destinen realmente”.
“Vamos por la formalización y reindustrialización del campo colombiano con trabajo decente y digno”, concluyó esta parte la ministra. La reforma crea el “contrato a favor de trabajadores en empresas de plataformas tecnológicas de trabajo de reparto”, que beneficiará con acceso a derechos a más de 100.000 personas en Colombia.
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“La competencia por la entrega de un domicilio no puede ser la razón o justificación para arriesgar las vidas en las calles. El acceso a la seguridad social y protección desde los riesgos laborales nos permitirá reconocer que detrás de cada entrega de un domicilio, hay una persona con dignidad”, dijo la ministra Ramírez.
Habrá un capítulo dedicado a las mujeres que contendrá normas que buscará disminuir la brecha de género y de economía del cuidado. Habrá también un énfasis en la población con algún tipo de discapacidad. Por último, se incluyen medidas y actualizaciones en materia de derecho colectivo de trabajo, es decir, sugirió Ramírez, reglas claras para que los sindicatos puedan ejercer sus acciones y derechos.
Entre las organizaciones y personas que estaban en la presentación de la reforma resaltan la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI). Su vicepresidente, Francisco Osorio Melo, señaló que hicieron parte de la construcción de la reforma y que ahora acompañarán la discusión en el Congreso. Por otro lado, Claribed Palacios, presidenta de la Unión Afrocolombiana de Trabajadoras Domésticas, señaló que cree que el “proyecto de ley dará a las trabajadoras domésticas la oportunidad de gozar de licencias médicas y atender los asuntos académicos de nuestros hijos, porque se nos niega un permiso para ir a matricularlos”.
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La radicación de la reforma se hará en las próximas semanas y la discusión pasará ahora al Congreso.