Guía para entender los pilares de la reforma pensional que propone Petro
Ya se conoce el borrador de la reforma que definirá las nuevas reglas para pensionarse en Colombia. El corazón del proyecto es un sistema de cuatro pilares. Le contamos cómo funcionan.
Llevamos tiempo hablando de pensiones. Años diagnosticando los males del sistema actual. Meses analizando las propuestas de los candidatos presidenciales y luego evaluando la viabilidad de la idea que tenía en la cabeza Gustavo Petro. Ahora, con el borrador de la reforma en la mano, podemos pasar a la siguiente página. En esta nueva etapa habrá debate, discusión y muchas preguntas. Si bien siempre fue necesario hablar de pensiones, la conversación más importante empieza ahora.
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Llevamos tiempo hablando de pensiones. Años diagnosticando los males del sistema actual. Meses analizando las propuestas de los candidatos presidenciales y luego evaluando la viabilidad de la idea que tenía en la cabeza Gustavo Petro. Ahora, con el borrador de la reforma en la mano, podemos pasar a la siguiente página. En esta nueva etapa habrá debate, discusión y muchas preguntas. Si bien siempre fue necesario hablar de pensiones, la conversación más importante empieza ahora.
Para algunos expertos, el borrador es un alivio porque demuestra que el gobierno Petro atendió las preocupaciones y llevó la reforma a un punto más sostenible. Para otros, por esos mismos cambios, el documento no cumple con las expectativas. También hay quienes consideran que es un paso bien dado o que, definitivamente, es problemático. Hay mucho por analizar y seguramente el documento que se presentaría ante el Congreso el 22 de marzo tendrá cambios y en su trámite legislativo habrá todavía más. Por ahora, un buen primer paso es entender de qué se trata el sonado sistema de pilares y cómo busca solucionar los tres problemas más graves de las pensiones en Colombia: cobertura, sostenibilidad y equidad.
La reforma en clave de cobertura
En Colombia hoy solo se pensiona una de cada cuatro personas mayores, una más recibe el programa Colombia Mayor, $80.000 al mes, y los demás no reciben nada. La reforma, por eso, busca aumentar la cobertura y pretende hacerlo, al menos por lo que se conoce hasta ahora, por medio de los pilares solidario y semicontributivo.
El pilar solidario está enfocado en los adultos mayores que se encuentran en la pobreza, pobreza extrema o en condición de vulnerabilidad. Las personas de 65 años que no tengan pensión, hayan residido en Colombia los últimos 10 años y cumplan con estos criterios, recibirán $223.000 cada mes. Esta cifra se actualizará cada año con la inflación. En campaña se había hablado de $500.000 para todas las personas mayores sin pensión.
Para el economista Martín Jaramillo, al moderar la propuesta, el Gobierno escuchó a los expertos que cuestionaban la sostenibilidad del pilar solidario. En este punto coincide Mauricio Olivera, vicerrector administrativo y financiero de la Universidad de los Andes y expresidente de Colpensiones. Para él, la medida amplía la cobertura con un subsidio que es tres veces mayor a lo que entrega Colombia Mayor, pero considerando la restricción presupuestal.
Sin embargo, Alejandra Trujillo, abogada y coordinadora de proyectos en Fescol, considera que lo que dice el borrador se aleja de una pensión universal (como en algún momento se mencionó), teniendo en cuenta los requisitos para acceder a esta renta básica. Por ejemplo, quedarían excluidas las mujeres que se dedicaron a labores de cuidado no remunerado y por ende nunca cotizaron, pero que tampoco están en condición de pobreza. “Pensábamos que a estas mujeres la reforma les daría acceso a recursos para que tuvieran independencia económica, pero no”.
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El segundo pilar es el semicontributivo, pensado para quienes no logran cumplir con el requisito de semanas, pero han cotizado al sistema. Actualmente, a las personas que no llegan a la meta de semanas (mínimo 1.150 en los fondos privados y 1.300 en Colpensiones) se les devuelve lo que ahorraron (en el régimen público sin intereses). Ahora, ese dinero se convertirá en una renta vitalicia.
A este pilar accederán quienes hayan cotizado entre 150 y 1.000 semanas, que sean colombianos residentes y tengan más de 65 años. Hay dos casos posibles. El primero es el de las personas que cumplen con las condiciones para acceder al pilar solidario: para ellas la renta vitalicia será el monto establecido ($223.000), más lo correspondiente a sus cotizaciones en el pilar contributivo (que detallaremos más adelante). En el segundo caso, la renta vitalicia se calculará sólo según las cotizaciones, pero habrá un subsidio de 4 % por parte del Gobierno para los aportes hechos en Colpensiones.
En este pilar también entra el Programa de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) que, básicamente, se creó para que quienes ganan menos del salario mínimo puedan tener un ingreso para su vejez, en particular los trabajadores informales. En este programa el Gobierno aporta lo correspondiente al 20 % de lo ahorrado.
Al respecto, Olivera estima que se debería considerar un subsidio mayor en BEPS porque de esta manera se incentiva el ahorro. Aquí hay que decir que para que más personas se pensionen, que es el objetivo del sistema a fin de cuentas, se necesitan más cotizaciones. Como dice el experto, “solo se pensiona uno de cada cuatro porque solo cotiza alrededor de uno de cada tres”. Para Andrés Felipe Izquierdo, gerente general de Integral Soluciones Pensionales ISP, es preocupante que el texto no plantee mayores opciones para aumentar el número de cotizantes.
Más allá de los cuatro pilares, el borrador contempla algunas estrategias para aumentar la cobertura. Una de ellas (y la que más destacan los expertos) es la pensión anticipada. A los 65 años, las personas que cuenten con más de 1.000 semanas cotizadas podrán pedir su pensión y se les descontará mes a mes las contribuciones que hacen falta.
La reforma también estipula temas como la cotización por semanas, la pensión familiar y un bono pensional de 50 semanas para las madres por cada hijo nacido, máximo hasta tres. Aunque esta última medida busca reconocer las labores de cuidado no remunerado que recaen sobre las mujeres, expertas señalan que la estrategia es insuficiente y puede incluso ser peligrosa por reforzar la idea de que el cuidado de los hijos recae en las mujeres.
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El pilar contributivo
Con la reforma que propone el gobierno Petro todos los afiliados al sistema pensional tendrían que cotizar en Colpensiones hasta tres salarios mínimos y quienes ganen más de esta cifra cotizarían el excedente en alguna de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Es decir, una persona que gane seis salarios cotizaría los primeros tres en el sistema de reparto y los tres restantes en los fondos privados. Una que gane dos lo haría solo en Colpensiones.
En campaña, el rango que propuso Petro era de cuatro salarios mínimos. Para algunos expertos el cambio es una buena noticia en términos de sostenibilidad fiscal, para otros, como Jaramillo, no es suficiente. De hecho, en su opinión debería ser medio salario mínimo o máximo un salario. “Primero, más del 80 % del dinero de todos los cotizantes iría a Colpensiones y no al sistema de ahorro, por ende de aquí a 15 o 20 años habrá hueco fiscal. Segundo, destruye el mercado de capitales, si bien este tema no es la meta de una reforma, se debe considerar”.
Para Olivera, es necesario que el Gobierno dé a conocer los cálculos y el modelo financiero que sustenta la reforma pensional. De todas formas, afirma que con el borrador queda en el pasado el fantasma de la expropiación que estuvo sonando hace unos meses, teniendo en cuenta que el dinero que administran los fondos privados seguirá en sus manos hasta el momento en el que cada afiliado al sistema se pensione. Además, en el borrador se contempla la creación de un fondo de ahorro, que deja el mensaje de que el Gobierno no pretende gastarse todo el dinero de cotizaciones en el corto plazo.
Por otro lado, según Óscar Becerra, profesor de la Universidad de los Andes, este pilar resuelve un problema de inequidad del sistema actual. Hoy, dos trabajadores con el mismo historial laboral reciben pensiones distintas en Colpensiones y en las AFP y muchas veces los afiliados terminan en el régimen que menos beneficios les ofrece. Con la propuesta actual todos se acogerían a las mismas reglas. También elimina (o al menos en parte) la regresividad del sistema porque ya no habrá subsidios a las pensiones altas. Por ejemplo, una persona que gana 15 salarios mínimos, solo recibirá en Colpensiones pensión por tres salarios (entendiendo que por la forma en la que se calculan las pensiones en el sistema público hay un beneficio, que algunos llaman subsidio), y por los 12 restantes responderán las AFP.
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Respecto a la sostenibilidad, Becerra también cree que hay opciones de mejora usando estrategias como considerar toda la historia laboral en Colpensiones para definir la mesada y no, como se hace actualmente, con los últimos 10 años o cambiar la fórmula con la que se calculan las pensiones.
Por otro lado, en las AFP hoy es posible pensionarse con 1.150 semanas, pero con esta reforma el requisito de semanas será sí o sí 1.300. Otro dato vital es que quienes tengan de 1.000 semanas en adelante se pensionarán con el sistema actual. Para Izquierdo, el planteamiento es cuestionable e incluso podría ser inconstitucional porque los parámetros para la pensión incluye semanas y edad, pero el régimen de transición solo contemplaría el primero. “La Corte Constitucional ha dicho que cualquier reforma debe respetar el derecho adquirido, pero también la expectativa legítima, por eso considero que la transición debería incluir los dos parámetros y dar una ventana de tiempo razonable para que las personas puedan pensionarse con el sistema como está hoy”.
Queda mucho por analizar de la reforma. Sin duda es un tema al que hay que prestar atención, pues afectará, para bien o para mal, los ingresos económicos en la vejez de todos los colombianos.
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