¿Hacia dónde va el mercado petrolero?
En medio de una demanda fuerte, y consistente, varios de los grandes jugadores de la OPEP no han logrado estabilizar su producción y la situación en Ucrania lanza una sombra sobre el sector petrolero ruso. Aún con estas incertidumbres, los precios del crudo continúan en un buen nivel, a pesar de haber bajado frente a los de la semana pasada.
Aunque en la jornada de este martes los precios del petróleo se estabilizaron levemente (US$88,25 2,28 %), el crudo lleva varias semanas orbitando niveles que no registraba desde hace años: para finales de la semana, el Brent rozó los US90 por barril, una marca que no tocaba desde hacía siete años.
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Aunque en la jornada de este martes los precios del petróleo se estabilizaron levemente (US$88,25 2,28 %), el crudo lleva varias semanas orbitando niveles que no registraba desde hace años: para finales de la semana, el Brent rozó los US90 por barril, una marca que no tocaba desde hacía siete años.
La demanda de este combustible está cerca de sobrepasar los niveles prepandemia, en la medida en la que el mundo entero se sacude los efectos del letargo inducido para mitigar la expansión del COVID-19.
Hace unos días, la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) señaló que entre octubre y diciembre pasados el mundo absorbió 99 millones de barriles diarios, lo que significa 1,1 millones más que el trimestre precedente y 345.000 más de lo que sus expertos habían calculado en diciembre.
La Agencia corrigió al alza en 200.000 barriles diarios sus proyecciones tanto para el pasado año como para éste. Eso significa que la demanda de 2021 se habrá quedado en 96,4 millones de barriles diarios, es decir, 5,5 millones más que en 2020; y en 2022 subirá otros 3,3 millones hasta 99,7 millones de barriles diarios.
Según las cifras publicadas el jueves por la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos (EIA), los inventarios de crudo aumentaron 0,5 millones de barriles en la semana que finalizó el 14 de enero, al alcanzar los 413,8 millones.
A pesar de su ligero aumento, los inventarios de petróleo se mantienen un 8 % por debajo de su nivel promedio de los últimos cinco años. ¿Cómo se explica esto?
Bueno, en parte tiene que ver con que varios de los países de la OPEP (la organización que agrupa a los mayores productores de crudo del mundo) están teniendo problemas para reiniciar sus industrias locales por varias razones. Y en parte también está relacionado con el aumento en la demanda que advirtió la IEA.
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Los problemas de producción
En este escenario ha habido un poco de todo: asuntos estructurales y temas coyunturales.
En la segunda categoría contaríamos cosas como un ataque contra una instalación de almacenamiento en Emiratos Árabes Unidos por parte de un drone operado por las milicias Houthi de Yemen.
También ha habido problemas técnicos en campos de Irak, Ecuador y Libia. La producción de Kazajistán también se ha visto impactada por sus propios problemas políticos. Varios campos de Texas están experimentando dificultades debido al invierno y en Brasil ha habido problemas para sostener las operaciones debido a la ola de contagios de ómicron.
Mientras tanto, algunos miembros de la OPEP se encuentran aún tratando de restablecer la producción de algunos pozos cerrados, un proceso que puede ser técnicamente complejo y largo, especialmente si se trata de locaciones con acceso difícil o en el mar, especialmente.
El renglón de producción de Rusia no está operando al 100 % de sus capacidades debido a los rumores sobre posibles sanciones que podrían recaer sobre algunas empresas por cuenta de la crisis diplomática desatada por las acciones de Vladimir Putin alrededor de Ucrania.
Si esta crisis escala y termina desencadenando una guerra, una posibilidad que sigue sobre la mesa, el mercado del petróleo con seguridad sufrirá impactos tanto en oferta, como en demanda.
Y en otros territorios, como Angola y Nigeria, la producción no ha podido restablecerse del todo debido a problemas de infraestructura y a falta de inversión en tiempos de volatilidad en los mercados internacionales, que suelen ser momentos en los que el dinero huye hacia activos más seguros, como el oro, por ejemplo.
Para enero, la producción conjunta de la OPEP estará unos 700.000 barriles diarios por debajo de la cuota trazada para el mes, según cifras de la organización.
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Ahora bien, esta brecha puede que no dure mucho, pues la demanda seguirá impulsando, a las patadas o no, las operaciones petroleras en todo el mundo. Los productores, grandes o pequeños, como Colombia, están tratando de aprovechar esta suerte de bonanza momentánea en la que se juntan buenos precios del crudo y niveles altos para el dólar antes de que la Reserva Federal comience a intervenir sus tasas de interés, algo que debería comenzar a suceder a más tardar en marzo.
La OPEP confía en que su previsión de un aumento del 4,3 % en el consumo mundial de crudo en 2022 no se vea alterada por las “incertidumbres” que genera la expansión de la variante ómicron del coronavirus, ni tampoco por la retirada de los planes de estímulo de la economía aplicados durante la pandemia.
En su más reciente análisis sobre el mercado (publicado en enero), los expertos del grupo petrolero mantienen inalterada su previsión de diciembre, según la cual el mundo quemará en 2022 una media de 100,8 millones de barriles diarios de crudo, un crecimiento de 4,3 % sobre las cifras de 2021.