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Rosneft y ExxonMobil han encontrado petróleo en su controversial pozo conjunto del Ártico, según personas familiarizadas con el asunto.
El Universiteteskaya-1, un pozo en el mar de Kara, se ha vuelto emblemático en las ambiciones de Rusia para desarrollar su enorme capacidad petrolera en el Ártico, en medio de una ola de sanciones por parte de Occidente.
Rosneft y Exxon comenzaron a perforar en el verano y continuaron incluso al tiempo que el Tesoro de Estados Unidos le impuso sanciones financieras al grupo ruso, a causa de las maniobras de Moscú en torno a la crisis en Ucrania.
La presión de las nuevas sanciones que impuso Estados Unidos en septiembre llevó a Exxon a anunciar la semana pasada que reduciría la perforación en el pozo.
El pozo de US$700 millones ha sido uno de los proyectos que se han observado más de cerca en la industria petrolera, al tiempo que los geólogos consideran que el Ártico es el último gran recurso sin explorar. El descubrimiento de “líquidos” (que es la palabra empleada por la terminología de la industria para referirse a petróleo y gas condensado), resulta ser positivo, pues había preocupaciones de que la campaña de perforación hubiera encontrado tan sólo gas natural, que es un hallazgo mucho menos rentable.
Igor Sechin, el director ejecutivo de Rosneft y un cercano aliado del presidente Vladimir Putin, dijo a principios de este mes que la compañía invertiría US$400.000 millones en el Ártico durante los próximos 15 años. “Esperamos abrir una nueva provincia petrolera allí, con reservas comparables a las reservas desarrolladas de Arabia Saudita”, le dijo a Der Spiegel.
No obstante, personas familiarizadas con el proyecto lanzaron la advertencia de que los resultados probablemente no eran concluyentes.
“Han hecho una perforación en un área enorme, así que no se puede hacer ninguna afirmación definitiva”, dijo una persona que había sido informada con respecto a las exploraciones.
Otra persona dijo que el proyecto requeriría de una segunda ronda de perforación exploratoria el próximo año, para comprobar el flujo de petróleo del pozo, que daría una valoración más acertada de las reservas disponibles. Esto podría poner a Exxon en una posición incómoda: si no hay un cambio en las sanciones, que les prohíben a las compañías de Estados Unidos cooperar con compañías rusas en el Ártico, la compañía no podría participar, dijeron analistas y abogados.
La alianza estratégica de Rosneft con Exxon, que está valorada en más de US$3.200 millones, ha sido vista como uno de los prospectos más prometedores para el futuro crecimiento de los Estados Unidos.
En una serie de acuerdos que se alcanzaron entre 2011 y 2013, y que concluyeron luego de que fracasara un acuerdo similar planeado entre BP y Rosneft, Exxon acordó trabajar con la compañía rusa en el Ártico y en el petróleo de esquisto Bazhenov, en Siberia occidental.
También le dio a Rosneft una participación minoritaria en algunos activos del Golfo de México y dijo que las dos compañías trabajarían juntas en el esquisto de Estados Unidos.