Hambre y exceso de peso: el panorama de la inseguridad alimentaria en Colombia
Informe de las Naciones Unidas muestra cómo está el país respecto a la seguridad alimentaria y nutrición, en comparación con la región de América Latina y el Caribe. Estas son las razones que explican los indicadores de Colombia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló un informe regional, para América Latina y el Caribe, en el que muestra el panorama de la seguridad alimentaria y nutrición. En términos generales, Colombia tiene unos indicadores mejores que el promedio regional.
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló un informe regional, para América Latina y el Caribe, en el que muestra el panorama de la seguridad alimentaria y nutrición. En términos generales, Colombia tiene unos indicadores mejores que el promedio regional.
El documento evalúa los avances en relación con el cumplimiento del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS): hambre cero. El informe destaca que el hambre afectó al 6,5 % (43,2 millones de personas) de la población de la región en 2022. La prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave fue más elevada que la estimación mundial.
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En Colombia, el 28,1 % de los hogares presentó dificultades el año pasado para acceder a los alimentos. A propósito de este informe y los detalle cómo va el país en términos de seguridad alimentaria, habla Santiago Mazo Echeverri, especializado en seguridad alimentaria y nutricional de la FAO.
¿Cómo va Colombia en términos de seguridad alimentaria y nutrición, respecto a la región?
Al comparar los indicadores del país con el promedio de América Latina y el Caribe, la mayoría de los datos están un poco mejor en subalimentación y seguridad alimentaria. Aunque hay otros indicadores en los que estamos peor como el bajo peso al nacer. En términos generales, no hay muchos motivos para sacar pecho por los indicadores porque todavía hay mucho por hacer.
Una de cada 3 personas en Colombia sufre inseguridad alimentaria moderada y severa, lo que equivale 15,5 millones de personas. Y de ellos 2.600.000 están en una situación grave. El 6,6% de la población está subalimentada, lo que significa que no consumen la alimentación mínima recomendada para llevar una vida activa y saludable. Esto contrasta con el 9,2 % que se registró a nivel mundial y está por debajo del promedio regional (6,7 %).
¿Cuáles son las cifras que tienen respecto a la primera infancia y la obesidad?
Una de cada 5 gestantes tiene anemia, 1 de cada 5 adultos sufre de obesidad. En los niños, el 6 % sufre obesidad, 1 de cada 10 menores de 5 años tiene desnutrición crónica o baja talla para la edad, 11 de cada 100 nacen con bajo peso y en 2022 se confirmaron 308 muertes de niños y niñas de la primera infancia por desnutrición o causas asociadas.
¿En qué indicadores o realidades se deberían concentrar las políticas del país?
Los esfuerzos deben estar puestos en los Objetivos de Desarrollo de Sostenible (ODS) a 2030, como lo es erradicar el hambre en el mundo. No se puede bajar la guardia en esa lucha; sin embargo, no podemos poner todos los esfuerzos en eso cuando hay una epidemia que viene cocinándose año tras año como lo es el exceso de peso. El país está aumentando, en promedio, un 1 % anual el sobrepeso en adultos.
Hay que enfocar los esfuerzos en esos 2,6 millones de personas que están en inseguridad alimentaria y fortalecer las estrategias y las intervenciones para frenar el incremento del sobrepeso en Colombia.
¿Cómo entender que el sobrepeso está relacionado con un problema en la seguridad alimentaria y nutricional?
Se piensa que la principal consecuencia de la inseguridad alimentaria es el hambre o el bajo peso y por supuesto es cierto. Sin embargo, el exceso de peso está fuertemente relacionado con la inseguridad alimentaria porque la gente está accediendo a productos comestibles baratos, de baja calidad nutricional y muy ricos en calorías. Entonces, ser pobre es sinónimo de estar en inseguridad alimentaria en la mayoría de los casos, sea por el hambre visible y el sobrepeso.
El informe muestra que la obesidad en menores de 5 años fue del 6,2 % en Colombia, por encima del porcentaje mundial (5,6 %) e inferior al regional del 8,6 % en 2022. ¿Por qué puede ser preocupante la obesidad, como en esas tempranas edades?
La obesidad afecta la calidad de vida, pero en la primera infancia representa afectaciones psicológicas por el matoneo y dificultades para realizar actividad física. Pero también el organismo se prepara para desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, hipertensión, que se pueden presentar desde la infancia. Entre más tiempo tenga un niño o niña cargando exceso de peso tiene mayor riesgo de ser obeso en la adultez y los va a predisponer a tener más baja calidad de vida.
En el país aumenta el porcentaje de bebés que presentan bajo peso al nacer, que fue del 11 % en 2022, por encima del promedio regional (9,6 %). ¿A qué se debe?
Hay múltiples causas que explican esto como los embarazos múltiples, que nazcan sin cumplir las 40 semanas de gestación y la edad de la mujer gestante. Pero no explican la mayoría de los casos, la principal razón detrás es la pobreza, inseguridad alimentaria, desnutrición, la anemia de las mujeres durante la gestación.
¿Cómo entender que en 2022 murieron 308 menores de 5 años por desnutrición?
Las muertes por desnutrición son ciento por ciento evitables. Y que eso suceda en un hogar habla de las condiciones que tienen. La mitad de los casos que se registraron el año pasado eran menores de tres departamentos: La Guajira, Chocó y El Cesar; la otra mitad está repartida en Vaupés, Vichada y Guainía.
Lo que es común a esos departamentos es: altas prevalencias de pobreza, inseguridad alimentaria, mala calidad del agua, bajo porcentajes de hogares que producen alimentos, pobre gestión institucional departamental. Es un paquete completo que explica la situación. Además, hay un fenómeno migratorio que tienen mayor probabilidad de estar en inseguridad alimentaria y pobreza.
¿Cuáles debería ser las principales medidas para garantizar no solamente la seguridad alimentaria, sino también la nutrición adecuada en los colombianos?
Erradicar la pobreza debería ser el objetivo, especialmente la monetaria. Puede que darle plata a la gente sea parte de una estrategia, como entrega de subsidios. Esto es efectivo para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida, pero cuesta que esos efectos se sostengan en el tiempo. Y los recursos no alcanzan para que las condiciones de vida de los hogares mejoren de manera radical.
En la encuesta que hicimos en el DANE en 2022 encontramos que los subsidios no alcanzaban a ser un factor protector para garantizar la seguridad alimentaria. Eso no quiere decir que hay que quitar los programas, pero sí hacerlos más efectivos. Y complementar con estrategias estructurales, que le fortalezcan las capacidades de los hogares pobres para que puedan proveerse a sí mismos los bienes y servicios que requieren para no sufrir inseguridad alimentaria. Eso se traduce en educación y empleo.
¿Hasta qué punto favorecer la producción de alimentos y el autoabastecimiento puede contribuir a esa seguridad alimentaria?
Esto hace parte de otras estrategias que pueden ayudar a cerrar las brechas del acceso en los hogares más pobres. En las zonas rurales alrededor de 12 millones de personas y hay más de 9 millones de ellos que no produce alimentos por diferentes razones, entre ellas que no tienen las capacidades productivas.
Se deben combinar las estrategias. Los comedores, mercados y subsidios ayudan, pero no solucionan nada porque si se retiran, vuelve la inseguridad alimentaria. Se necesita mejorar las capacidades de los hogares pobres para que ellos mismos tengan los ingresos para un acceso a los alimentos que le permitan tener una vida activa y saludable. El 80 % de los habitantes vive en cabeceras y zonas urbanas, lo que significa que dependen de sus ingresos para comer.
¿Qué tan costoso es tener una dieta saludable en Colombia?
Los análisis que se ha hecho dicen que el 31 % de los colombianos no pueden acceder a una dieta saludable. Alimentarse de manera saludable por día cuesta 3,3 dólares, lo que equivale a $1.800.000 al mes para un hogar de 4 personas. Y una de cada 3 personas en el país es pobre monetariamente.
¿Qué hace falta para favorecer el consumo de una dieta saludable, más allá del costo que tiene?
Aunque es necesario fortalecer la educación alimentaria y nutricional de la población, hay que hacerles contrapeso a los factores que están modelando las decisiones de las personas frente a su alimentación. Han venido cambiando nuestros patrones alimentarios a favor de los ultraprocesados con baja carga nutricional. Ya comemos menos fríjoles, sancocho y demás. Hay que modificar los entornos alimentarios.
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