“Hay que tomar decisiones ya”: las alertas de Andeg sobre el gas y la energía
En entrevista, Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), el gremio que representa a las térmicas, habló del déficit de energía en firme, la importación de gas y las posibles consecuencias de intervenir el mercado.
El país se enfrentará a un déficit de gas natural desde 2025. Para la opción más viable en el corto plazo, que es importar, las plantas de generación térmica son clave, dado que cuentan con la regasificadora de Cartagena desde 2016.
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El país se enfrentará a un déficit de gas natural desde 2025. Para la opción más viable en el corto plazo, que es importar, las plantas de generación térmica son clave, dado que cuentan con la regasificadora de Cartagena desde 2016.
Durante el fenómeno de El Niño, la Sociedad Portuaria El Cayao (SPEC) demostró que puede transformar hasta 450 millones de pies cúbicos de gas natural por día, 50 millones más de lo establecido para respaldar la generación térmica. Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), explica cuál podría ser el papel del gremio en la importación.
En conversación con este diario, desde Barranquilla, Castañeda también habló sobre el precio de la energía en bolsa, las opciones para bajar las tarifas, el déficit de energía en firme (aquella que estaría disponible incluso en el peor escenario, como una sequía) y los mensajes que el gremio de las generadoras térmicas le quiere enviar al Gobierno en su undécimo foro anual.
¿Qué lecciones dejó el fenómeno de El Niño para las térmicas?
Las térmicas le cumplieron al país en la promesa de no dejarlo apagar. Para eso existen los mecanismos regulatorios, como el cargo por confiabilidad, que permite tener energía firme, la que se requiere en los momentos críticos de sequía.
El cargo por confiabilidad, de forma sencilla, funciona como un equipo de fútbol: hay 11 jugadores en el campo, pero otros se quedan en la banca, el cargo por confiabilidad es el salario que se le paga a los jugadores, no solo a los que están jugando el partido, sino a todos para que estén disponibles. En 1991 y 1992 no existía el cargo por confiabilidad y las térmicas eran del Gobierno, que tenía otras necesidades y no invirtió en las plantas; cuando intentó prenderlas, no funcionaron. Entonces, el cargo mantiene los pagos necesarios para que los agentes tengan vigentes los contratos de suministros, las pólizas de seguro, la nómina de sus empleados, entre otras cosas, para el momento en el que el sector eléctrico lo requiera.
Lo segundo es que todas las plantas cumplieron en disponibilidad. Una de las razones por las que funcionó es que pudimos contar con los combustibles para producir: carbón, y, a diferencia de El Niño de 2015-2016 y el de 2009-2010, con gas importado, porque desde 2016 en Cartagena hay una terminal de regasificación. De hecho, del gas que utilizaron las térmicas en El Niño, hasta el 80 % fue importado.
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En esta coyuntura, en la que ya sabemos que para 2025 y 2026 el gas nacional no será suficiente para cubrir la demanda. ¿Qué papel podrían jugar las térmicas?
Las térmicas, por la facilidad de la terminal de importación y regasificación, pueden aportar en esta coyuntura. La terminal tiene una capacidad de 400 millones de pies cúbicos de gas natural por día, pero en El Niño se demostró que puede llegar hasta los 450 millones, es decir, hay 50 millones que podrían servir para atender la demanda de los demás sectores.
¿Qué hace falta para que eso sea posible?
Hasta ahora, la planta de regasificación se usa exclusivamente para las plantas térmicas, pero, por ejemplo, en El Niño, se pudieron vender los excedentes tanto a otras plantas térmicas como al resto de sectores, pero en el mercado secundario. Para que esos 50 millones de pies cúbicos puedan ayudar el próximo año, se necesita flexibilidad en la regulación para que podamos venderlos en contratos de dos meses, claro está, si nos los necesita el sector eléctrico. Si se requieren más de esos 50 millones, sería necesario hacer la regulación todavía más flexible para vender lo que sobre en el día a día.
En medio del foro, usted afirmó que la situación del gas se ha advertido desde hace tiempo. ¿Cómo llegamos hasta este punto?
Estamos en esta situación porque no se tomaron decisiones. En este Gobierno y en el pasado no se tomaron medidas para hacer más atractivo el sector de petróleo y gas. Nos dormimos como país, creyendo que con la planta de importación y el gas nacional sería suficiente, pero hoy la situación es compleja y hay que tomar decisiones para poder acceder al gas que hace falta.
Parte de la solución está en aumentar la capacidad de producción, pero también hay que destrabar la firma de nuevos contratos, hacer atractivo el país para que la gente venga a invertir en gas o petróleo y, adicionalmente, pensar en el fracking. No podemos cerrarnos y decidir importar gas de otros países que usan fracking, pero no hacerlo en Colombia. Hay que contemplar todas las alternativas, sino nos quedaremos cortos.
¿Habrá un déficit de energía en firme?
Tras la subasta de cargo por confiabilidad en febrero, advertimos que no hubo éxito, que no se logró llenar el escenario de demanda media (lo que aumenta, normalmente, la demanda de energía eléctrica del país).
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¿Qué hay que hacer para cubrir ese déficit?
La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) ya anunció que hará una subasta de reconfiguración de cargo por confiabilidad, que significa pedirles a los agentes del sistema que, si les está sobrando energía en firme, la comprometan de 2025 en adelante para llenar el déficit de hasta 2 %. El problema es que en 2028 el hueco estará entre 4 % y 6 % y no se podrá cubrir con lo que está disponible ni con lo que se espera que entre en proyectos de energía eólica y solar. Por eso el llamado es a hacer una subasta de cargo por confiabilidad donde participen, no solo las renovables, sino todas las tecnologías.
¿Qué está pasando con la inversión en el sector?
La CREG no funcionó durante casi un año y medio. El problema es que hubo retrasos en la toma de decisiones y el agente inversionista quedó paralizado. Las inversiones que se dan en el sector eléctrico y de gas no se hacen por obligación con el Gobierno o por un contrato, sino por confianza en la regulación, que es la que da las señales. Sin señal, las inversiones quedan paralizadas. En este caso se estima que hay $3 billones en inversiones “parqueados”, tanto en gas como en energía por retrasos regulatorios.
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¿Qué está pasando con el precio de la energía en bolsa?
Es necesario ir un paso atrás. La bolsa de energía no debería ser un problema para el usuario. Dentro de la tarifa, el componente de generación pesa el 40 %. La mayoría de ese monto, en promedio el 85 %, depende de contratos a largo plazo que no son volátiles, el otro 15 % está atado a la bolsa de energía.
Entonces, en promedio, la bolsa pesa en la tarifa un 6 %. En realidad, aunque hay un impacto, es mínimo. La bolsa no es la que mueve la aguja en términos de precio, aunque hay empresas con más contratos que otras. Hemos dicho que hay que aumentar la contratación para que la tarifa sea más estable.
Pero, ¿a qué se debe el aumento en las últimas semanas?
Las agencias meteorológicas internacionales han manifestado que el fenómeno de La Niña no viene tan fuerte y que la probabilidad de ocurrencia cada vez es más baja. El comportamiento de la bolsa tiene que ver con la foto del día y lo que se ve hacia adelante, en esta situación los hidráulicos ―según Acolgen, para cuidar el agua― suben los precios para que se genere más con energía térmica.
¿Cómo afectaría al sistema una eventual intervención del mercado?
Todos sabemos que hay un problema tarifario, particularmente, para los estratos más bajos, pero hay que separar la discusión. El costo unitario de prestación del servicio, que es cuánto le cuesta a la cadena producir energía y llevársela al usuario, tiene un componente de solidaridad. El Gobierno podría hacer un esfuerzo fiscal mayor para entregar más subsidios, pero también focalizarlos mejor.
Lo que no puede pasar es que alguien determine cuánto debe costar la prestación del servicio. Eso fue lo que pasó en Argentina y las empresas frenaron sus inversiones porque no había una señal para invertir. Así se empiezan a sacrificar los gastos de operación y mantenimiento y al final del día, el usuario termina con un servicio de muy mala calidad o sin servicio, pero pagando tarifas baratas.
Es decir, ¿el país podría quedarse sin energía en firme ante una eventual intervención?
Sí, podríamos quedarnos sin energía en firme e incluso con apagones, como pasó en Argentina.
¿Hay otras opciones para bajar las tarifas?
Hay que focalizar las soluciones en los componentes que más están afectando. La opción tarifaria es un problema y al Gobierno le hace falta tomar decisiones en ese sentido. Hasta el momento, ya dijo que tiene disponibles créditos en Findeter por $2 billones y ya se han desembolsado una gran cantidad, particularmente, en el Caribe, pero las empresas dicen que todavía no pueden bajarles las tarifas a los usuarios porque siguen pagando el crédito. Hasta que no se apruebe una ley en el Congreso que confirme que el Gobierno asume la deuda, no bajarán las tarifas.
A medida que pasan los meses, algunas empresas siguen cobrando la opción tarifaria y la van a completar. Si no tomamos una decisión ya, al final del día no habrá un beneficio.
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El gremio, que usa gas y carbón, ha dicho que quiere participar en la transición energética, ¿cómo pretenden hacerlo?
Hay dos caminos que han tomado los agentes térmicos. De las 14 empresas asociadas a Andeg, nueve tienen en su portafolio proyectos renovables. A nivel empresarial la gente está complementando las plantas térmicas con energías renovables. Lo segundo es la eficiencia. El año pasado entró en operación Termocandelaria, una planta que aumentó su capacidad en casi 80 % consumiendo el mismo gas. Es decir, producir más energía con menos emisiones. Las empresas se están planteando cómo ser más eficientes para al final del día lograr el objetivo que tenemos todos: ser carbono neutro al año 2050.
¿Qué mensaje quiere dejarle el gremio al Gobierno en este foro?
Ya hay que pasar a la acción, movernos más, tomar decisiones. Hemos dado discusiones muy largas sin que se tomen decisiones. Y ojalá en las decisiones que se tomen los sectores productivos participemos, no solo como invitados, sino como actores importantes. El Gobierno se ha hecho de oídos sordos a muchas propuestas interesantes y que pueden impulsar la productividad, eficiencia, mejoras en la calidad de los servicios.
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