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Puede que no todos los colombianos conozcan a Hernando José Gómez Restrepo, pero sienten todos los días los efectos de su trayectoria de casi 40 años: la forma en la que compran y venden dólares, y hasta los medicamentos que consumen cuando se enferman, son algunos aspectos de sus vidas en los que influyó este economista. Y su impacto sigue, pues desde el 1 de enero de 2021 preside Asobancaria, el principal gremio bancario del país ¿Quién es este personaje?
Su personalidad se puede identificar al indagar por su vida, pues cuando El Espectador lo consultó para este perfil, Gómez dijo: “yo soy muy aburrido”. Sin embargo, es tan solo el reflejo de un ser humano tranquilo, y que siempre ha preferido mantener un bajo perfil. Pero tanto su vida personal como profesional destacan los hechos llamativos.
Nació en la Colombia de finales de los 50 (en 1957). Creció en una familia con tres hijos hombres, siendo Hernando José el mayor. Su madre es una periodista manizaleña, y su padre, Hernando Gómez Otálora, fue un abogado y economista tunjano que ocupó importantes cargos públicos: el precursor de una reconocida dinastía de economistas que todavía sigue vigente. Pero también recuerda a su padre como un ecléctico musical, que le inculcó el mismo gusto.
Estudió su primaria en el Colegio San Carlos de Bogotá y el bachillerato en el Gimnasio Moderno. Durante su juventud mostró un gran interés por el deporte. Le encantaba el fútbol, y aprovechando que es zurdo solía jugar como defensa o lateral izquierdo (pero también juagaba de mediocampista o armador). Y también participó en diferentes competencias de atletismo de alto nivel. Pero reconoce que dejó perder esa fase deportiva desde que se acercaba a los 30 años.
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Estudió economía en la Universidad de los Andes (1976-1980), en donde se graduó Cum Laude. Fue un periodo importante, no solo porque inició su carrera académica, sino porque también comenzó a formar su familia: se casó a los 21 años.
Frente a su exitoso matrimonio, que en 2021 cumplirá 43 años, Gómez cita a su madre al decir que “es puro mérito de mi esposa” (que es bióloga, y que según él lo ha llevado a incursionar en temas medioambientales). Además, por estos años también comenzaron a nacer sus hijos: Daniel Gómez, el actual subdirector Sectorial del DNP (la tercera generación de la dinastía), y Camilo Gómez, periodista de la BBC.
Tras finalizar el pregrado, Hernando José Gómez Restrepo realizó su maestría en moneda, banca, y economía internacional en la Universidad de Yale (1982). Luego, estudió un doctorado, también en Yale, pero no terminó la tesis. Entonces, según la burocracia es todavía candidato a doctor ¿Por qué?
Hubo un par de circunstancias que impidieron terminar su Ph.D: por un lado tuvo que regresar rápido a Colombia a trabajar; pero tal vez lo que más influyó fue que su director de tesis, el reconocido economista Carlos Diaz-Alejandro, murió en 1985. Y para Gómez era fundamental para terminar su investigación.
En su regreso al país, a finales de los 80, trabajó en el departamento de investigaciones económicas del Banco de la República, en donde se destacó por ser asesor de la Junta del Emisor. En especial sobre temas cambiarios, lo que lo llevaría a convertirse en una de las principales autoridades en el tema.
Allí mismo vivió uno de los principales hitos de la política monetaria colombiana: la independencia del Banco de la República tras la Constitución de 1991. Y a los pocos años, fue designado como codirector del Emisor (1993-1997).
El Banco de la República también representa una anécdota de vida para este economista, pues fue aquí en dónde tuvo que enfrentarse al legado de su padre: En 1967 Hernando Gómez Otálora ayudó al presidente Lleras Restrepo a crear el decreto 444 de 1967: una norma que restringía el mercado de divisas.
Pero tras las necesidades que implicaba apertura económica, Hernando José Gómez Restrepo participó en el desmonte del 444 para permitir la libre negociación de divisas: lo que abrió paso a que la tasa de cambio se ajustara por oferta y demanda (Pero después llegaron nuevos esquemas: como las bandas cambiarias que rigió entre 1994 y 1999, y luego se instalaría el sistema cambiario flexible que rige actualmente).
Sin embargo, dice que fue afortunado porque su padre no tuvo quejas. “Me dijo: si lo tienen que quitar, quitenlo”, cita Gómez Restrepo a su padre sobre el desmonte del decreto 444 de 1967.
Tras salir del Banco de la República fue elegido como el presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol, 1997-2000), en donde tuvo que sortear la crisis hipotecaria de finales del siglo XX.
En el Gobierno de Andrés Pastrana fue designado como embajador de Colombia ante la Organización Mundial del Comercio en Suiza, y durante la administración de Álvaro Uribe Vélez fue nombrado como jefe negociador del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
Precisamente, Gómez reconoce que el TLC con EE.UU. fue uno de sus principales retos de su carrera, pues tuvo que aprender a comunicar y vender los beneficios de un tema complejo a un país con una política complicada y polarizada.
Pero tras su aprobación, el TLC permitió que miles de productos colombianos se abrieran paso en el mercado estadounidense, en donde los agropecuarios se destacan. Y en contraparte, los colombianos ahora pueden comprar más económicamente bienes que no se producen a nivel local, como los medicamentos y alguna electrónica.
Después del TLC Gómez fue director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), en donde reformó el sistema general de regalías para hacer un uso más eficiente de los recursos; trabajó como Presidente del Consejo Privado de Competitividad; y fue director de la Misión de Crecimiento Verde del DNP.
En medio de esta larga lista de altos cargos, Gómez encuentra tiempo para sus hobbies: le gusta la música clásica y caminar, le encanta la comida española y suele leer novela histórica: la Trilogía Escipión el Africano, de Santiago Posteguillo, es una de sus favoritas.
Además, reconoce el rol de su esposa cuando quiere escapar de la economía: “cuando quiero relajarme me gusta mucho jugar algún juego de mesa con ella. Un scrabble o un Rummy-Q me ayuda mucho”.
Y ahora a sus 63 años llega a la presidencia de Asobancaria en un momento de alta incertidumbre para la economía colombiana y mundial por causa de la pandemia. Además de retos de la nueva era: como el bitcóin al que Gómez describe sin titubear como “una pirámide”.