Hidroituango: se vence el plazo para encender las turbinas
Este 30 de noviembre se vence el plazo que dio la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) a Empresas Públicas de Medellín (EPM) para que el Proyecto Hidroeléctrico Ituango entre en operación sin incurrir en multas. Aunque una de las dos turbinas que se encenderían ya superó algunas pruebas cruciales, aún falta realizar las de la segunda turbina y cumplir con los simulacros de evacuación de la comunidad.
Este 30 de noviembre se vence el plazo para que Hidroituango y Empresas Públicas de Medellín (EPM) prendan las dos primeras turbinas generadoras de energía del proyecto hidroeléctrico, con lo que éste entraría en operación oficialmente.
Si esto no sucede, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) impondría una multa por 850.000 millones debido a las obligaciones de entregar energía que ya tiene contratada la central.
¿Qué hace falta para encender las turbinas?
Por el momento, la unidad 1 fue sincronizada, después de haber respondido satisfactoriamente a una serie de pruebas que demostraron que es capaz de generar energía eléctrica para su uso comercial en el país.
Además de este requisito, la unidad 1 aún debe superar la máxima prueba de esfuerzo, que lleva el equipo a generar 300 megavatios, antes de poder operar comercialmente. Para realizar este ensayo aún falta llegar a un acuerdo con las comunidades que están río abajo del embalse.
Así mismo, aún falta realizar la sincronización de la unidad 2 con el Sistema Nacional de Potencia, que es el primer requisito para que pueda entrar a operar comercialmente. Y también es necesario someter la maquinaria a su prueba más intensa.
Pero la operación de Hidroituango no solo depende de que el proyecto cumpla con las condiciones técnicas, sino de que también lleve a cabo una serie de obligaciones más.
La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) y la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, ordenaron la evacuación de 5.000 habitantes de la ribera del río Cauca aguas abajo del proyecto cuando entre en operación como una medida de precaución.
Por último, la Procuraduría solicitó la realización de simulacros con la comunidad.
Estos simulacros no estuvieron exentos de problemas. El 15 de noviembre convocaron a una evacuación para 3.500 personas, pero solo acudieron 500.
Incluso, la misma comunidad terminó desatando protestas en contra de la empresa en corregimientos como Puerto Valdivia y El Doce. Algunos denunciaron mala planeación e irrespetos durante el simulacro, denuncias que no pudieron ser verificadas independientemente.
Así mismo, la entrada al proyecto fue bloqueada mientras habitantes de la zona denunciaban incumplimientos de un acuerdo de ocho puntos que se firmó en agosto.
Adicionalmente, los transportadores de Ituango entraron en paro por las condiciones de las vías.
Por eso mismo, el alcalde de Medellín Daniel Quintero y el gobernador de Antioquia Anibal Gaviria, coinciden en que no se logrará evitar la multa. Ambos advierten que el proyecto no se prenderá este 30 de noviembre por las dificultades con las evacuaciones de las comunidades, ordenadas por la Unidad de Gestión de Riesgo.
¿Qué pasa si Hidroituango no entra en funcionamiento hoy?
Más allá de la sanción por incumplimiento que tendría que pagar EPM, el funcionamiento de las turbinas disminuye los riesgos del proyecto y de las comunidades que habitan aguas abajo, según explican los expertos. Lo que cambiaría sería que el agua ya no estaría saliendo por el vertedero.
En cuanto a la generación de energía, se proyecta que esta hidroeléctrica supla el 17 % del consumo de energía del país. Aun así, incumplir la fecha no representa un riesgo energético para el país porque hay cómo suplir la demanda por otras vías. Lo que sí sería grave es que el proyecto hidroeléctrico pase todo el 2023 sin operar porque habría una oferta limitada en el país que podría generar sobrecostos a los usuarios.
Es importante recordar que han pasado alrededor de 12 años desde que se suscribió el contrato entre la Sociedad de Hidroituango con EPM, en 2010, para la construcción de este proyecto que ha tenido problemas en el camino, incluyendo la contingencia de 2018.
En ese año, el taponamiento de un túnel de desagüe, conocido como la Galería Auxiliar de Desviación, causó una alarma que puso en entredicho la supervivencia del proyecto y, con este, la de centenares de miles de habitantes ribera abajo del río Cauca.
La emergencia fue conjurada cuando, a toda marcha, se terminó la presa para garantizar que el río no superaría el nivel del muro de contención.
Pero esta emergencia supuso un retraso vital para el proyecto, que debía entrar en funcionamiento ese mismo año, además de la evacuación de miles de personas en los municipios aledaños al proyecto.
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Este 30 de noviembre se vence el plazo para que Hidroituango y Empresas Públicas de Medellín (EPM) prendan las dos primeras turbinas generadoras de energía del proyecto hidroeléctrico, con lo que éste entraría en operación oficialmente.
Si esto no sucede, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) impondría una multa por 850.000 millones debido a las obligaciones de entregar energía que ya tiene contratada la central.
¿Qué hace falta para encender las turbinas?
Por el momento, la unidad 1 fue sincronizada, después de haber respondido satisfactoriamente a una serie de pruebas que demostraron que es capaz de generar energía eléctrica para su uso comercial en el país.
Además de este requisito, la unidad 1 aún debe superar la máxima prueba de esfuerzo, que lleva el equipo a generar 300 megavatios, antes de poder operar comercialmente. Para realizar este ensayo aún falta llegar a un acuerdo con las comunidades que están río abajo del embalse.
Así mismo, aún falta realizar la sincronización de la unidad 2 con el Sistema Nacional de Potencia, que es el primer requisito para que pueda entrar a operar comercialmente. Y también es necesario someter la maquinaria a su prueba más intensa.
Pero la operación de Hidroituango no solo depende de que el proyecto cumpla con las condiciones técnicas, sino de que también lleve a cabo una serie de obligaciones más.
La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) y la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, ordenaron la evacuación de 5.000 habitantes de la ribera del río Cauca aguas abajo del proyecto cuando entre en operación como una medida de precaución.
Por último, la Procuraduría solicitó la realización de simulacros con la comunidad.
Estos simulacros no estuvieron exentos de problemas. El 15 de noviembre convocaron a una evacuación para 3.500 personas, pero solo acudieron 500.
Incluso, la misma comunidad terminó desatando protestas en contra de la empresa en corregimientos como Puerto Valdivia y El Doce. Algunos denunciaron mala planeación e irrespetos durante el simulacro, denuncias que no pudieron ser verificadas independientemente.
Así mismo, la entrada al proyecto fue bloqueada mientras habitantes de la zona denunciaban incumplimientos de un acuerdo de ocho puntos que se firmó en agosto.
Adicionalmente, los transportadores de Ituango entraron en paro por las condiciones de las vías.
Por eso mismo, el alcalde de Medellín Daniel Quintero y el gobernador de Antioquia Anibal Gaviria, coinciden en que no se logrará evitar la multa. Ambos advierten que el proyecto no se prenderá este 30 de noviembre por las dificultades con las evacuaciones de las comunidades, ordenadas por la Unidad de Gestión de Riesgo.
¿Qué pasa si Hidroituango no entra en funcionamiento hoy?
Más allá de la sanción por incumplimiento que tendría que pagar EPM, el funcionamiento de las turbinas disminuye los riesgos del proyecto y de las comunidades que habitan aguas abajo, según explican los expertos. Lo que cambiaría sería que el agua ya no estaría saliendo por el vertedero.
En cuanto a la generación de energía, se proyecta que esta hidroeléctrica supla el 17 % del consumo de energía del país. Aun así, incumplir la fecha no representa un riesgo energético para el país porque hay cómo suplir la demanda por otras vías. Lo que sí sería grave es que el proyecto hidroeléctrico pase todo el 2023 sin operar porque habría una oferta limitada en el país que podría generar sobrecostos a los usuarios.
Es importante recordar que han pasado alrededor de 12 años desde que se suscribió el contrato entre la Sociedad de Hidroituango con EPM, en 2010, para la construcción de este proyecto que ha tenido problemas en el camino, incluyendo la contingencia de 2018.
En ese año, el taponamiento de un túnel de desagüe, conocido como la Galería Auxiliar de Desviación, causó una alarma que puso en entredicho la supervivencia del proyecto y, con este, la de centenares de miles de habitantes ribera abajo del río Cauca.
La emergencia fue conjurada cuando, a toda marcha, se terminó la presa para garantizar que el río no superaría el nivel del muro de contención.
Pero esta emergencia supuso un retraso vital para el proyecto, que debía entrar en funcionamiento ese mismo año, además de la evacuación de miles de personas en los municipios aledaños al proyecto.
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