Inauguran el túnel de La Línea, tras 11 años de construcción
El presidente Duque puso en operación la megaobra, que es vital para la conectividad entre el centro y el suroccidente del país. El proyecto implicó grandes retos de ingeniería, problemas legales y retrasos sustanciales.
En la mañana lluviosa de este viernes, el presidente Iván Duque puso en operación el túnel de La Línea, una de las obras de infraestructura más importantes y esperadas del país.
El túnel hace parte de una vía estratégica para la comercialización de productos que pasan por el puerto de Buenaventura, el principal sobre el Pacífico. Además, comunicará en menor tiempo ciudades capitales del suroccidente como Cali (Valle del Cauca) o Armenia (Quindío) con Bogotá.
“Fíjense lo que son las cosas: el proyecto que se entrega se convierte en el túnel más largo de América Latina y el Caribe. Y se entrega en medio de una situación que es difícil, como es esta pandemia”, manifestó el jefe de Estado durante la inauguración.
Lea también: Tarifas del peaje de La Línea no se modificarán este año
Duque agradeció la labor de los más de 6.000 trabajadores que estuvieron detrás del proyecto e inauguró el monumento “Los héroes del túnel”, que se instaló en su honor. “Infinitas gracias. Este es el anhelo de todo un país y un homenaje para quienes labraron este camino. Felicitaciones”, dijo.
El presidente también recordó que el túnel llevará por nombre Darío Echandía, en homenaje al expresidente colombiano (1897-1989). “Es el nombre de un gran tolimense, pero, sobre todo, de un gran colombiano, de alguien que creyó en esta iniciativa y que fue, y ha sido, símbolo de lo que es el ejercicio sin vanidades y de desapego por el poder”, añadió el mandatario.
Junto al túnel, el Gobierno hará entrega de otros 3 túneles, 5 viaductos, 2 intercambiadores viales y 13,4 kilómetros de vía nueva, que conforman una parte de la doble calzada que conecta los municipios de Calarcá y Cajamarca.
“Eso va a representar mucho para el Tolima, para la competitividad del país, para el Eje Cafetero y para el sector transportador”, expresó el mandatario.
En abril de 2021 se pondrá en servicio la totalidad del Cruce de la Cordillera Central, el proyecto del que el Túnel de La Línea hace parte. Contempla la construcción total de 60 obras y requirió de una inversión de $2,9 billones del Invías.
Túnel de La Línea: de la ficción a la realidad
“El motor cambia de ritmo a cada rato, lo cual nos mantiene en constante estado de incertidumbre. Es de temer que de un momento a otro se detenga para siempre”.
La frase hace parte de La nieve del almirante, la primera novela del escritor colombiano Álvaro Mutis. El título del libro hace referencia a una tienda de carretera enclavada en un páramo remoto y acaso hostil en donde Maqroll, el eterno personaje de la literatura de Mutis, fue a cuidarse una herida infectada que casi termina por matarlo.
En la descripción, La Nieve del Almirante es una casita pintoresca, enclavada en lo alto de una áspera montaña, en donde los camioneros paran para quitarse el frío, y algunos los nervios, antes de comenzar a bajar el páramo por una carretera más hecha de niebla que de asfalto.
Cualquier parecido con La Línea, parece, no es pura coincidencia. Y por eso la frase resulta interesante: un motor que persiste, como dice Mutis, con asmática terquedad. La historia puede resultar familiar para los cientos de viajeros que han cruzado este duro paso de montaña, cuando menos.
El Alto de La Línea es un lugar casi mítico en la geografía colombiana: punto más elevado en el camino entre el centro y el suroccidente del país (3.300 metros de altura) y paso obligado para la conectividad y el transporte entre estas zonas. Por el corredor circulan 40 % de las exportaciones de Colombia, según cifras oficiales, y cada día se mueven unos 5.000 vehículos (al menos en el mundo antes de la pandemia).
Le sugerimos leer: Todo lo que necesita saber sobre cómo quedará La Línea
Las cifras también indican que, solo en los últimos cuatro años, han perdido la vida en esta carretera diez personas por año y cincuenta más han resultado heridas en unos 200 accidentes, según el Instituto Nacional de Vías (Invías).
La idea de atravesar la montaña con un túnel, en vez de escalarla con una vía, se remonta a 1902, pero apenas en 1992 se intentó la primera excavación en serio, aunque fue abortada por las complejidades geológicas de la zona. Se hicieron estudios en los años 80, 90 y 2000. Como otros tantos proyectos de infraestructura en Colombia, el proyecto La Línea iba por el camino de ser una iniciativa que vivía en el eterno sueño del papel y no tanto en la realidad de la roca de la montaña.
La obra que se inaugura este viernes comenzó en serio en 2005, con la excavación del túnel piloto, que ahora quedará como estructura para rescate en caso de una emergencia. Y en 2009 empezaron los trabajos para la estructura principal. Ahí llegaron los problemas geológicos del terreno y los retos de ingeniería propios de un proyecto de esta naturaleza. También arribaron los líos contractuales y toda la iniciativa estuvo unos dos años totalmente paralizada, en el letargo inducido de los abogados.
¿Cómo es el túnel principal?
Esta es la pieza más emblemática del proyecto Cruce de la Cordillera Central (ver recuadro). Con 8,6 kilómetros de longitud, es el túnel carretero más largo de Latinoamérica. Su construcción se demoró 11 años. Esta estructura atraviesa la cordillera Central, a 900 metros de profundidad, bajo el alto de La Línea. Tiene un ancho de calzada de 12,5 metros, por la que funcionarán dos carriles para tráfico y uno para servicios de emergencia. Durante su construcción se excavaron un millón de metros cúbicos de roca y en esos trabajos los ingenieros se encontraron ocho fallas geológicas que fueron complicando todo el proyecto. De toda la extensión de la obra, unos tres kilómetros están atravesados por fracturas dentro de la montaña; solo en el tratamiento de una de estas (La Soledad) se fue un año de construcción.
¿Cómo queda la circulación en La Línea?
Si bien el túnel de La Línea entra en servicio este viernes, los usuarios solo podrán circular por él en un sentido del recorrido. O sea, la estructura solo canaliza el tráfico desde Armenia hacia Ibagué o desde Buenaventura hacia Bogotá, si se le quiere mirar desde esa perspectiva.
Estos usuarios deben llegar al intercambiador Américas y pagar un peaje antes de conectarse con el túnel que desemboca en Tolima. En su caso, se ahorrarán 21 kilómetros de recorrido.
La vía antigua, que continúa subiendo hacia el alto de La Línea, servirá para el sentido contrario, desde Bogotá hacia el suroccidente del país. Quienes hagan este recorrido, deben pasar por Cajamarca y llegar al intercambiador Bermellón, donde estará ubicado el peaje. Allí tomarán un puente corto para subir por la carretera existente que luego baja hacia Calarcá y Armenia. La gran diferencia acá es que la carretera queda con dos carriles para circulación en el mismo sentido: ya no es un carril de subida y uno de bajada, sino la doble calzada en dirección al alto. El Invías calcula que la velocidad de circulación pasará de 18 kilómetros por hora a 60. En total, la entidad calcula que se ahorrarán más de 850 horas anuales en congestiones por accidentes leves y fatales, vehículos varados y congestión en el peaje.
¿De qué se trata el proyecto Cruce de la Cordillera Central?
Además del túnel de La Línea (con su corredor de emergencia), este viernes entran en servicio tres estructuras más de su tipo, pero mucho más cortas (343, 627 y 904 metros de longitud), cinco viaductos y 13,4 kilómetros de doble calzada.
El resto del proyecto Cruce de la Cordillera Central debe estar listo en abril del próximo año; a la fecha lleva un avance de obra que bordea el 90 %. La iniciativa tiene, en total, 25 túneles, 31 viaductos, tres intercambiadores viales y unos 30 kilómetros de vía de doble calzada entre Cajamarca (Tolima) y Calarcá (Quindío).
El costo total del proyecto asciende a $2,9 billones, repartidos en 24 contratos a lo largo de 11 años. Se estima que, con las obras que se entregan este viernes, más las del próximo año, habrá ahorros por $270.000 millones anuales en costos de transporte y logística, pues las construcciones le recortarán casi hora y media a los recorridos.
De acuerdo con Invías, la accidentalidad en todo el trayecto para cruzar La Línea se debe reducir en un 90 %.
En la mañana lluviosa de este viernes, el presidente Iván Duque puso en operación el túnel de La Línea, una de las obras de infraestructura más importantes y esperadas del país.
El túnel hace parte de una vía estratégica para la comercialización de productos que pasan por el puerto de Buenaventura, el principal sobre el Pacífico. Además, comunicará en menor tiempo ciudades capitales del suroccidente como Cali (Valle del Cauca) o Armenia (Quindío) con Bogotá.
“Fíjense lo que son las cosas: el proyecto que se entrega se convierte en el túnel más largo de América Latina y el Caribe. Y se entrega en medio de una situación que es difícil, como es esta pandemia”, manifestó el jefe de Estado durante la inauguración.
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Duque agradeció la labor de los más de 6.000 trabajadores que estuvieron detrás del proyecto e inauguró el monumento “Los héroes del túnel”, que se instaló en su honor. “Infinitas gracias. Este es el anhelo de todo un país y un homenaje para quienes labraron este camino. Felicitaciones”, dijo.
El presidente también recordó que el túnel llevará por nombre Darío Echandía, en homenaje al expresidente colombiano (1897-1989). “Es el nombre de un gran tolimense, pero, sobre todo, de un gran colombiano, de alguien que creyó en esta iniciativa y que fue, y ha sido, símbolo de lo que es el ejercicio sin vanidades y de desapego por el poder”, añadió el mandatario.
Junto al túnel, el Gobierno hará entrega de otros 3 túneles, 5 viaductos, 2 intercambiadores viales y 13,4 kilómetros de vía nueva, que conforman una parte de la doble calzada que conecta los municipios de Calarcá y Cajamarca.
“Eso va a representar mucho para el Tolima, para la competitividad del país, para el Eje Cafetero y para el sector transportador”, expresó el mandatario.
En abril de 2021 se pondrá en servicio la totalidad del Cruce de la Cordillera Central, el proyecto del que el Túnel de La Línea hace parte. Contempla la construcción total de 60 obras y requirió de una inversión de $2,9 billones del Invías.
Túnel de La Línea: de la ficción a la realidad
“El motor cambia de ritmo a cada rato, lo cual nos mantiene en constante estado de incertidumbre. Es de temer que de un momento a otro se detenga para siempre”.
La frase hace parte de La nieve del almirante, la primera novela del escritor colombiano Álvaro Mutis. El título del libro hace referencia a una tienda de carretera enclavada en un páramo remoto y acaso hostil en donde Maqroll, el eterno personaje de la literatura de Mutis, fue a cuidarse una herida infectada que casi termina por matarlo.
En la descripción, La Nieve del Almirante es una casita pintoresca, enclavada en lo alto de una áspera montaña, en donde los camioneros paran para quitarse el frío, y algunos los nervios, antes de comenzar a bajar el páramo por una carretera más hecha de niebla que de asfalto.
Cualquier parecido con La Línea, parece, no es pura coincidencia. Y por eso la frase resulta interesante: un motor que persiste, como dice Mutis, con asmática terquedad. La historia puede resultar familiar para los cientos de viajeros que han cruzado este duro paso de montaña, cuando menos.
El Alto de La Línea es un lugar casi mítico en la geografía colombiana: punto más elevado en el camino entre el centro y el suroccidente del país (3.300 metros de altura) y paso obligado para la conectividad y el transporte entre estas zonas. Por el corredor circulan 40 % de las exportaciones de Colombia, según cifras oficiales, y cada día se mueven unos 5.000 vehículos (al menos en el mundo antes de la pandemia).
Le sugerimos leer: Todo lo que necesita saber sobre cómo quedará La Línea
Las cifras también indican que, solo en los últimos cuatro años, han perdido la vida en esta carretera diez personas por año y cincuenta más han resultado heridas en unos 200 accidentes, según el Instituto Nacional de Vías (Invías).
La idea de atravesar la montaña con un túnel, en vez de escalarla con una vía, se remonta a 1902, pero apenas en 1992 se intentó la primera excavación en serio, aunque fue abortada por las complejidades geológicas de la zona. Se hicieron estudios en los años 80, 90 y 2000. Como otros tantos proyectos de infraestructura en Colombia, el proyecto La Línea iba por el camino de ser una iniciativa que vivía en el eterno sueño del papel y no tanto en la realidad de la roca de la montaña.
La obra que se inaugura este viernes comenzó en serio en 2005, con la excavación del túnel piloto, que ahora quedará como estructura para rescate en caso de una emergencia. Y en 2009 empezaron los trabajos para la estructura principal. Ahí llegaron los problemas geológicos del terreno y los retos de ingeniería propios de un proyecto de esta naturaleza. También arribaron los líos contractuales y toda la iniciativa estuvo unos dos años totalmente paralizada, en el letargo inducido de los abogados.
¿Cómo es el túnel principal?
Esta es la pieza más emblemática del proyecto Cruce de la Cordillera Central (ver recuadro). Con 8,6 kilómetros de longitud, es el túnel carretero más largo de Latinoamérica. Su construcción se demoró 11 años. Esta estructura atraviesa la cordillera Central, a 900 metros de profundidad, bajo el alto de La Línea. Tiene un ancho de calzada de 12,5 metros, por la que funcionarán dos carriles para tráfico y uno para servicios de emergencia. Durante su construcción se excavaron un millón de metros cúbicos de roca y en esos trabajos los ingenieros se encontraron ocho fallas geológicas que fueron complicando todo el proyecto. De toda la extensión de la obra, unos tres kilómetros están atravesados por fracturas dentro de la montaña; solo en el tratamiento de una de estas (La Soledad) se fue un año de construcción.
¿Cómo queda la circulación en La Línea?
Si bien el túnel de La Línea entra en servicio este viernes, los usuarios solo podrán circular por él en un sentido del recorrido. O sea, la estructura solo canaliza el tráfico desde Armenia hacia Ibagué o desde Buenaventura hacia Bogotá, si se le quiere mirar desde esa perspectiva.
Estos usuarios deben llegar al intercambiador Américas y pagar un peaje antes de conectarse con el túnel que desemboca en Tolima. En su caso, se ahorrarán 21 kilómetros de recorrido.
La vía antigua, que continúa subiendo hacia el alto de La Línea, servirá para el sentido contrario, desde Bogotá hacia el suroccidente del país. Quienes hagan este recorrido, deben pasar por Cajamarca y llegar al intercambiador Bermellón, donde estará ubicado el peaje. Allí tomarán un puente corto para subir por la carretera existente que luego baja hacia Calarcá y Armenia. La gran diferencia acá es que la carretera queda con dos carriles para circulación en el mismo sentido: ya no es un carril de subida y uno de bajada, sino la doble calzada en dirección al alto. El Invías calcula que la velocidad de circulación pasará de 18 kilómetros por hora a 60. En total, la entidad calcula que se ahorrarán más de 850 horas anuales en congestiones por accidentes leves y fatales, vehículos varados y congestión en el peaje.
¿De qué se trata el proyecto Cruce de la Cordillera Central?
Además del túnel de La Línea (con su corredor de emergencia), este viernes entran en servicio tres estructuras más de su tipo, pero mucho más cortas (343, 627 y 904 metros de longitud), cinco viaductos y 13,4 kilómetros de doble calzada.
El resto del proyecto Cruce de la Cordillera Central debe estar listo en abril del próximo año; a la fecha lleva un avance de obra que bordea el 90 %. La iniciativa tiene, en total, 25 túneles, 31 viaductos, tres intercambiadores viales y unos 30 kilómetros de vía de doble calzada entre Cajamarca (Tolima) y Calarcá (Quindío).
El costo total del proyecto asciende a $2,9 billones, repartidos en 24 contratos a lo largo de 11 años. Se estima que, con las obras que se entregan este viernes, más las del próximo año, habrá ahorros por $270.000 millones anuales en costos de transporte y logística, pues las construcciones le recortarán casi hora y media a los recorridos.
De acuerdo con Invías, la accidentalidad en todo el trayecto para cruzar La Línea se debe reducir en un 90 %.