Infraestructura más sostenible, la promesa de la quinta generación de concesiones
La política pública que marca las pautas para los proyectos de la quinta generación de concesiones (5G) le apuesta al intermodalismo, pero también a cuatro pilares de sostenibilidad. Ahora el gran reto es su aplicación.
A finales de noviembre se aprobó el Conpes 4060 que da vía libre a la quinta generación de concesiones (5G) o Concesiones del Bicentenario. El documento contiene medidas que se deben adelantar en los próximos 10 años (desde 2022) para impulsar el desarrollo intermodal, optimizar la gestión social y ambiental, fortalecer la gobernanza, promover nuevas fuentes de financiación bajo el esquema de asociación público privada (APP), entre otras cosas.
El desarrollo de los 14 proyectos de la primera ola de 5G estará marcado por ese documento. Vale la pena recordar que esta es la primera generación de concesiones que incluye modos distintos al carretero, con cuatro proyectos aeroportuarios, dos de navegabilidad y uno ferroviario, con una inversión de $21,8 billones en capex.
Ahora bien, esas más de 80 páginas de Conpes, que son el resultado de un trabajo de más de un año, dejan sobre la mesa una serie de promesas que serán fundamentales para definir el rumbo de la infraestructura en Colombia. Además del intermodalismo, el documento plantea cuatro pilares de sostenibilidad.
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El primero tiene que ver con la sostenibilidad institucional para impulsar el fortalecimiento y la gobernanza, el trabajo colaborativo es una de las premisas. El segundo tiene que ver con la sostenibilidad social para poder crear proyectos que sí tengan en cuenta la realidad socioeconómica de las comunidades que se encuentran en las zonas de influencia de los proyectos. Otra promesa tiene que ver con la equidad de género con la meta de fortalecer las oportunidades de trabajo de las mujeres rurales.
El tercero se basa en la búsqueda de una infraestructura resiliente al cambio climático. Con el programa Aporte Sostenible se adoptarán medidas para disminuir los Gases de Efecto Invernadero. Finalmente, se menciona la financiación sostenible que incluye plantear estrategias para impulsar la financiación de proyectos con bonos temáticos sostenibles.
Como dijo hace unos meses Carlos Alberto Moncada, director del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional, la política es muy distinta de la que las que la precedieron, porque, en sus palabras, no solo se ocupa del hardware (componentes físicos), sino también del software (programas que hacen posible el funcionamiento de un equipo).
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Los expertos llaman la atención sobre la importancia de materializar todos los planteamientos del Conpes, pues aseguran que en el papel Colombia ha tenido grandes avances, pero no necesariamente eso se evidencia en los resultados. Una de las grandes apuestas de los últimos años son los lineamientos de infraestructura verde vial; sin embargo, estos se presentaron como una recomendación y no son obligatorios.
Respecto a si la intermodalidad genera un beneficio de entrada, David Cruz, investigador del área de financiamiento y derechos socioambientales de la Asociación Ambiente y Sociedad, dice que lo clave es generar un debate sobre el modelo de desarrollo de infraestructura: “Podemos estar hablando de un proyecto de navegabilidad, que se supone puede tener menos impactos ambientales, pero si se replican las mismas estructuras, sin participación, sin una consulta efectiva, sin involucrar a la gente, igual existirán conflictos”.
Todo esto para decir que la apuesta del Conpes 4060 podría significar una transformación en la infraestructura del país, pero todo dependerá de su aplicación.
A finales de noviembre se aprobó el Conpes 4060 que da vía libre a la quinta generación de concesiones (5G) o Concesiones del Bicentenario. El documento contiene medidas que se deben adelantar en los próximos 10 años (desde 2022) para impulsar el desarrollo intermodal, optimizar la gestión social y ambiental, fortalecer la gobernanza, promover nuevas fuentes de financiación bajo el esquema de asociación público privada (APP), entre otras cosas.
El desarrollo de los 14 proyectos de la primera ola de 5G estará marcado por ese documento. Vale la pena recordar que esta es la primera generación de concesiones que incluye modos distintos al carretero, con cuatro proyectos aeroportuarios, dos de navegabilidad y uno ferroviario, con una inversión de $21,8 billones en capex.
Ahora bien, esas más de 80 páginas de Conpes, que son el resultado de un trabajo de más de un año, dejan sobre la mesa una serie de promesas que serán fundamentales para definir el rumbo de la infraestructura en Colombia. Además del intermodalismo, el documento plantea cuatro pilares de sostenibilidad.
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El primero tiene que ver con la sostenibilidad institucional para impulsar el fortalecimiento y la gobernanza, el trabajo colaborativo es una de las premisas. El segundo tiene que ver con la sostenibilidad social para poder crear proyectos que sí tengan en cuenta la realidad socioeconómica de las comunidades que se encuentran en las zonas de influencia de los proyectos. Otra promesa tiene que ver con la equidad de género con la meta de fortalecer las oportunidades de trabajo de las mujeres rurales.
El tercero se basa en la búsqueda de una infraestructura resiliente al cambio climático. Con el programa Aporte Sostenible se adoptarán medidas para disminuir los Gases de Efecto Invernadero. Finalmente, se menciona la financiación sostenible que incluye plantear estrategias para impulsar la financiación de proyectos con bonos temáticos sostenibles.
Como dijo hace unos meses Carlos Alberto Moncada, director del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional, la política es muy distinta de la que las que la precedieron, porque, en sus palabras, no solo se ocupa del hardware (componentes físicos), sino también del software (programas que hacen posible el funcionamiento de un equipo).
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Los expertos llaman la atención sobre la importancia de materializar todos los planteamientos del Conpes, pues aseguran que en el papel Colombia ha tenido grandes avances, pero no necesariamente eso se evidencia en los resultados. Una de las grandes apuestas de los últimos años son los lineamientos de infraestructura verde vial; sin embargo, estos se presentaron como una recomendación y no son obligatorios.
Respecto a si la intermodalidad genera un beneficio de entrada, David Cruz, investigador del área de financiamiento y derechos socioambientales de la Asociación Ambiente y Sociedad, dice que lo clave es generar un debate sobre el modelo de desarrollo de infraestructura: “Podemos estar hablando de un proyecto de navegabilidad, que se supone puede tener menos impactos ambientales, pero si se replican las mismas estructuras, sin participación, sin una consulta efectiva, sin involucrar a la gente, igual existirán conflictos”.
Todo esto para decir que la apuesta del Conpes 4060 podría significar una transformación en la infraestructura del país, pero todo dependerá de su aplicación.