Interconexión eléctrica con Venezuela, una apuesta costosa
ISA Intercolombia reconstruye la línea del lado colombiano del sistema de interconexión desde la subestación de Cuestecita para favorecer la energía del parque eólico Windpeshi de Enel. “Las líneas de interconexión eléctrica con Venezuela se encuentran en estado no operativo”, dice ISA.
Jorge Sáenz
Colombia se prepara para vivir un nuevo período de relaciones diplomáticas y comerciales con su vecino Venezuela, pero el camino está plagado de dificultades. El deterioro de las distintas infraestructuras deja ver el grado de distanciamiento que vivieron los dos países. Reparar las relaciones demandará mucho tiempo y creciente inversión, más del lado venezolano que del colombiano.
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Restablecer la interconexión eléctrica es de los trabajos que más pronto puede ofrecer resultados, pero ahora con transmisión inversa, pues ya no se requiere la electricidad venezolana como en el pasado. Colombia ha protegido y fortalecido su sistema eléctrico, mientras del otro lado todo es devastación, caos y decadencia.
En otros tiempos, la principal interconexión eléctrica entre los dos países entre la estación de Cuestecita (La Guajira) y su similar del Cuatricentenario (Zulia) permitía intercambiar un máximo de 150 MW (megavatios) operando en forma sincronizada. Esta línea de transmisión es de 128 km: 42,2 km del lado colombiano y 85,8 km en Venezuela.
En el momento de la construcción de la línea de transmisión el costo de la obra fue cercano a los US$16,4 millones, aportados por el Gobierno colombiano, y del lado del gobierno venezolano no superó los US$12,9 millones. Hoy “las líneas de interconexión eléctrica con Venezuela se encuentran en estado no operativo”, dicen funcionarios de ISA.
Desde que se suspendió la transmisión de energía por ese sistema, las torres y las líneas eléctricas fueron violentadas y desmanteladas con mayor deterioro en el lado venezolano. “La parte de ISA ha continuado con mantenimiento desde que dejó de operar, a pesar del vandalismo y desmantelamiento que ha sufrido en La Guajira”, reconoció un experto del Ministerio de Minas y Energía de Colombia. “Desafortunadamente, parte de la infraestructura fue vandalizada y desmantelada”, indica una información suministrada por ISA.
Desde ISA Intercolombia, el mayor transportador de electricidad a alto voltaje en el país, explicaron que es bastante difícil restablecer ese canal de interconexión eléctrica. La parte colombiana “la estamos reconstruyendo” para facilitar la transmisión de la energía del parque eólico Windpeshi. “Como no funcionaba (la línea) se la llevaron toda, incluso tumbaron una torre pedazo a pedazo”, anotó un empleado de ISA Intercolombia.
Lo cierto es que la recuperación de las líneas y torres de interconexión del lado colombiano entraron en un plan de reconstrucción por los proyectos de renovables que se ejecutan en el departamento de La Guajira, como el parque eólico Windpeshi. La obra está entre los municipios de Uribia y Maicao. El proyecto tendrá una potencia de 205 megavatios (MW), gracias a los 41 aerogeneradores que serán instalados en un área de alrededor de 6.200 hectáreas, según cifras de Eugenio Calderón, gerente de Enel Green Power de Colombia y Centroamérica.
Las líneas y torres son reconstruidas con ese propósito, porque de lo contrario no se habría hecho una inversión sin ningún sentido, subrayó un funcionario de ISA Intercolombia.
“Se están recuperando 36 km (de un total de 42 km) y se utilizan actualmente para integrar al sistema la generación de un nuevo proyecto eólico (Windpeshi). El tramo adicional y en construcción de la conexión de este proyecto al sistema de transmisión nacional está previsto en línea de doble circuito (aunque por ahora solo se está tendiendo uno), de modo que en el momento que se requiera puedan habilitarse nuevamente por esta vía los intercambios con Venezuela. Del lado de Venezuela (90 km) no se tiene información”, precisa la información reportada por Interconexión Eléctrica S. A.
La conexión del parque eólico Windpeshi de Enel, con la subestación Cuestecitas a 220.000 voltios, ya tiene la licencia ambiental otorgada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y la terminación de los trabajos está proyectada para año y medio.
Intercambio de energía
Cuando las relaciones entre los dos países se encontraban en su punto máximo fueron varias las obras de integración proyectadas, hasta se habló de un oleoducto para que Venezuela pudiera sacar su crudo al Pacífico por Colombia. La interconexión eléctrica comenzó en 1992 e involucró a la entonces estatal Isagen del lado colombiano y a la también pública Edelca (Empresa de Electrificación del Caroní) por Venezuela.
En abril de 2008, cuando se transfirieron 278 megavatios por hora, fue la última vez que se exportó electricidad a Venezuela usando la línea de interconexión entre Cuestecita y la subestación Cuatricentenario. De acuerdo con la información suministrada por XM, operador del sistema interconectado, y el administrador del mercado de energía mayorista de Colombia, las exportaciones siguientes fueron mínimas: en 2018 de 0,3039 GW/H y en 2019 de 0,0114 gigavatios/hora.
Entre Colombia y Venezuela han existido dos interconexiones eléctricas principales, la mencionada y más importante entre Cuestecita-Cuatricentenario, y entre San Mateo (Colombia) y Corozo (Venezuela) de alta tensión, donde también se cuenta la línea Tibú (Colombia) y la Fría (Venezuela) de 115 kV. La interconexión Corozo-San Mateo permite intercambiar 140 MW (megavatios) a través de una línea de 230 kilovoltios (kV) que tiene una longitud de 48,5 km: 10,1 km en Colombia y 38,4 en Venezuela.
En esta última, en 2009, las exportaciones al vecino representaron 154 GWh, cifra récord en relación con las ventas externas históricas realizadas tanto por la interconexión Cuestecitas-Cuatricentenario, como por San Mateo-El Corozo.
De baja tensión se considera la interconexión Arauca (Colombia) y Guasdualito (Venezuela) de 34,5 kv y Carreño en Colombia con Puerto Páez. Sobre este último negocio, recuerda un miembro de la administración Duque, que “a nosotros solo nos tocó la interconexión en Vichada”.
Sostiene que del lado venezolano por esta interconexión “la línea estaba en pésimo estado y eso hacía que la energía fuera de mala calidad e intermitente”. Explica que “además era muy difícil el pago, porque solo se podía hacer a través de bancos rusos (antes de la guerra entre Rusia y Ucrania)”.
Tras suspender la compra de electricidad a Venezuela para los habitantes de Carreño, en octubre de 2020 se registró una deuda con el vecino país por $18.000 millones, en depósito judicial, por los problemas administrativos de las autoridades venezolanas.
Entonces el Gobierno colombiano pensó que la solución al problema de suministro de energía en Carreño sería “una planta híbrida de biomasa forestal”. El negocio consistió en que la electrificadora de Vichada adquiere la energía generada por RefoEnergy Bita y con ello superar el problema de suministro de electricidad para la capital departamental. La planta genera energía limpia a partir de biomasa, que la hace pionera en este tipo de tecnología en el país, y convierte a Carreño en la primera capital departamental en contar con un servicio de electricidad a partir de energía verde. Además del intercambio eléctrico que se tenía con Venezuela, la UPME destaca el canje con Ecuador.Hacia el futuro se espera desenredar el proyecto de interconexión que con Panamá. Esta iniciativa permitiría hacer parte del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) y el Mercado Eléctrico Regional (MER), acota la UPME.El estudio contempla que, la posible interconexión entre Colombia y Panamá consistiría en una línea de 300 MW, desde la subestación de Panamá II hasta la de Cerromatoso en el departamento de Córdoba.
Colombia se prepara para vivir un nuevo período de relaciones diplomáticas y comerciales con su vecino Venezuela, pero el camino está plagado de dificultades. El deterioro de las distintas infraestructuras deja ver el grado de distanciamiento que vivieron los dos países. Reparar las relaciones demandará mucho tiempo y creciente inversión, más del lado venezolano que del colombiano.
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Restablecer la interconexión eléctrica es de los trabajos que más pronto puede ofrecer resultados, pero ahora con transmisión inversa, pues ya no se requiere la electricidad venezolana como en el pasado. Colombia ha protegido y fortalecido su sistema eléctrico, mientras del otro lado todo es devastación, caos y decadencia.
En otros tiempos, la principal interconexión eléctrica entre los dos países entre la estación de Cuestecita (La Guajira) y su similar del Cuatricentenario (Zulia) permitía intercambiar un máximo de 150 MW (megavatios) operando en forma sincronizada. Esta línea de transmisión es de 128 km: 42,2 km del lado colombiano y 85,8 km en Venezuela.
En el momento de la construcción de la línea de transmisión el costo de la obra fue cercano a los US$16,4 millones, aportados por el Gobierno colombiano, y del lado del gobierno venezolano no superó los US$12,9 millones. Hoy “las líneas de interconexión eléctrica con Venezuela se encuentran en estado no operativo”, dicen funcionarios de ISA.
Desde que se suspendió la transmisión de energía por ese sistema, las torres y las líneas eléctricas fueron violentadas y desmanteladas con mayor deterioro en el lado venezolano. “La parte de ISA ha continuado con mantenimiento desde que dejó de operar, a pesar del vandalismo y desmantelamiento que ha sufrido en La Guajira”, reconoció un experto del Ministerio de Minas y Energía de Colombia. “Desafortunadamente, parte de la infraestructura fue vandalizada y desmantelada”, indica una información suministrada por ISA.
Desde ISA Intercolombia, el mayor transportador de electricidad a alto voltaje en el país, explicaron que es bastante difícil restablecer ese canal de interconexión eléctrica. La parte colombiana “la estamos reconstruyendo” para facilitar la transmisión de la energía del parque eólico Windpeshi. “Como no funcionaba (la línea) se la llevaron toda, incluso tumbaron una torre pedazo a pedazo”, anotó un empleado de ISA Intercolombia.
Lo cierto es que la recuperación de las líneas y torres de interconexión del lado colombiano entraron en un plan de reconstrucción por los proyectos de renovables que se ejecutan en el departamento de La Guajira, como el parque eólico Windpeshi. La obra está entre los municipios de Uribia y Maicao. El proyecto tendrá una potencia de 205 megavatios (MW), gracias a los 41 aerogeneradores que serán instalados en un área de alrededor de 6.200 hectáreas, según cifras de Eugenio Calderón, gerente de Enel Green Power de Colombia y Centroamérica.
Las líneas y torres son reconstruidas con ese propósito, porque de lo contrario no se habría hecho una inversión sin ningún sentido, subrayó un funcionario de ISA Intercolombia.
“Se están recuperando 36 km (de un total de 42 km) y se utilizan actualmente para integrar al sistema la generación de un nuevo proyecto eólico (Windpeshi). El tramo adicional y en construcción de la conexión de este proyecto al sistema de transmisión nacional está previsto en línea de doble circuito (aunque por ahora solo se está tendiendo uno), de modo que en el momento que se requiera puedan habilitarse nuevamente por esta vía los intercambios con Venezuela. Del lado de Venezuela (90 km) no se tiene información”, precisa la información reportada por Interconexión Eléctrica S. A.
La conexión del parque eólico Windpeshi de Enel, con la subestación Cuestecitas a 220.000 voltios, ya tiene la licencia ambiental otorgada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y la terminación de los trabajos está proyectada para año y medio.
Intercambio de energía
Cuando las relaciones entre los dos países se encontraban en su punto máximo fueron varias las obras de integración proyectadas, hasta se habló de un oleoducto para que Venezuela pudiera sacar su crudo al Pacífico por Colombia. La interconexión eléctrica comenzó en 1992 e involucró a la entonces estatal Isagen del lado colombiano y a la también pública Edelca (Empresa de Electrificación del Caroní) por Venezuela.
En abril de 2008, cuando se transfirieron 278 megavatios por hora, fue la última vez que se exportó electricidad a Venezuela usando la línea de interconexión entre Cuestecita y la subestación Cuatricentenario. De acuerdo con la información suministrada por XM, operador del sistema interconectado, y el administrador del mercado de energía mayorista de Colombia, las exportaciones siguientes fueron mínimas: en 2018 de 0,3039 GW/H y en 2019 de 0,0114 gigavatios/hora.
Entre Colombia y Venezuela han existido dos interconexiones eléctricas principales, la mencionada y más importante entre Cuestecita-Cuatricentenario, y entre San Mateo (Colombia) y Corozo (Venezuela) de alta tensión, donde también se cuenta la línea Tibú (Colombia) y la Fría (Venezuela) de 115 kV. La interconexión Corozo-San Mateo permite intercambiar 140 MW (megavatios) a través de una línea de 230 kilovoltios (kV) que tiene una longitud de 48,5 km: 10,1 km en Colombia y 38,4 en Venezuela.
En esta última, en 2009, las exportaciones al vecino representaron 154 GWh, cifra récord en relación con las ventas externas históricas realizadas tanto por la interconexión Cuestecitas-Cuatricentenario, como por San Mateo-El Corozo.
De baja tensión se considera la interconexión Arauca (Colombia) y Guasdualito (Venezuela) de 34,5 kv y Carreño en Colombia con Puerto Páez. Sobre este último negocio, recuerda un miembro de la administración Duque, que “a nosotros solo nos tocó la interconexión en Vichada”.
Sostiene que del lado venezolano por esta interconexión “la línea estaba en pésimo estado y eso hacía que la energía fuera de mala calidad e intermitente”. Explica que “además era muy difícil el pago, porque solo se podía hacer a través de bancos rusos (antes de la guerra entre Rusia y Ucrania)”.
Tras suspender la compra de electricidad a Venezuela para los habitantes de Carreño, en octubre de 2020 se registró una deuda con el vecino país por $18.000 millones, en depósito judicial, por los problemas administrativos de las autoridades venezolanas.
Entonces el Gobierno colombiano pensó que la solución al problema de suministro de energía en Carreño sería “una planta híbrida de biomasa forestal”. El negocio consistió en que la electrificadora de Vichada adquiere la energía generada por RefoEnergy Bita y con ello superar el problema de suministro de electricidad para la capital departamental. La planta genera energía limpia a partir de biomasa, que la hace pionera en este tipo de tecnología en el país, y convierte a Carreño en la primera capital departamental en contar con un servicio de electricidad a partir de energía verde. Además del intercambio eléctrico que se tenía con Venezuela, la UPME destaca el canje con Ecuador.Hacia el futuro se espera desenredar el proyecto de interconexión que con Panamá. Esta iniciativa permitiría hacer parte del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) y el Mercado Eléctrico Regional (MER), acota la UPME.El estudio contempla que, la posible interconexión entre Colombia y Panamá consistiría en una línea de 300 MW, desde la subestación de Panamá II hasta la de Cerromatoso en el departamento de Córdoba.