Jack Ma, dueño de Alibaba, ¿“desaparecido” tras sus roces con el Gobierno?
Jack Ma, el hombre más rico de China, no aparece en público desde finales de octubre de 2020. La prensa internacional ha especulado con el paradero de Ma -llegando a emplear el término “desaparecido”- mientras los medios oficiales chinos mantienen un coordinado mutismo. ¿En dónde está?
El fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba y hombre más rico de China merced a su fortuna de US$65.600 millones, Jack Ma, no aparece en público desde finales de octubre de 2020, semanas en las que se ha deteriorado la relación entre Pekín y el conglomerado que creó.
En las últimas semanas la prensa internacional ha especulado con el paradero de Ma -llegando a emplear el término “desaparecido”- mientras los medios oficiales chinos mantienen un coordinado mutismo que coincide con informaciones sobre supuestas órdenes de Pekín de no dar cobertura mediática a la investigación antimonopolio abierta recientemente contra Alibaba.
Sin embargo, fuentes conocedoras de la situación explicaron que Ma está tratando de mantener un “perfil bajo” y que “está bien”, al tiempo que calificaron los rumores de que ha sido detenido o de que las autoridades le han prohibido salir del país de “infundados”.
En noviembre, Ma no participó en el jurado del programa de televisión que él mismo fundó, “Los héroes de los negocios en África”, y fue reemplazado por otro directivo de Alibaba, lo que hizo saltar esas alarmas dados sus aparentes roces con el Gobierno chino en los últimos tiempos.
Persistente especulación
En los últimos años, algunas de las figuras más conocidas en China han “desaparecido” tras cometer delitos o mantener disputas con las autoridades para luego reaparecer meses después, como es el caso de la popular actriz Fan Bingbing, de la que no se supo nada durante varios meses en 2018 tras un caso de evasión fiscal.
No obstante, Ma parece estar intentando no causar más revuelos ante la mano dura de Pekín, que en noviembre forzó la suspensión de la salida a bolsa de la tecnofinanciera (‘fintech’) de Ma, Ant Group, que iba a ser la mayor operación de este tipo de la historia.
Sea como sea, Ma, una figura pública que no rehúye las cámaras ni los micrófonos -grabó su propia película de kung-fu y apareció en un escenario imitando a Michael Jackson durante un evento de empresa-, no ha querido salir al paso de los rumores, y tampoco lo han hecho de manera oficial Alibaba ni Ant.
Lo que sí han hecho ambas firmas es emitir varios comunicados en los que aseguran que sus operaciones mantienen la normalidad y que colaborarán con las autoridades.
Cabe recordar que Ma dejó la presidencia de Alibaba en 2019 -20 años después de su fundación- y que no tiene ningún cargo ejecutivo en Ant, aunque que sí que es accionista mayoritario de esta.
Mientras tanto, en redes sociales chinas como la popular Weibo, equivalente a Twitter, su vasta legión de seguidores pide al emprendedor, conocido popularmente como “profesor Ma” por su pasado profesional en la enseñanza de inglés, que dé alguna pista de su paradero, mientras que sus detractores le tildan de “capitalista” sin escrúpulos y aseguran que “será castigado”.
Y en el buscador Baidu -equivalente a Google- las predicciones al escribir Ma Yun (su nombre en chino) pasan por “Jack Ma se exilió”, “Jack Ma sentenciado a prisión” o “Jack Ma, desaparecido”, lo que muestra que la especulación es persistente entre los ciudadanos del país asiático.
Críticas e intentos de calmar las aguas
Justo antes de la fallida salida a bolsa de Ant, Ma levantó gran polémica en China al pronunciar un discurso en el que criticaba duramente la estrategia de China de minimizar riesgos en el sector financiero, asegurando que “la innovación siempre viene acompañada de riesgos” y que “el mayor riesgo es cuando intentas minimizar el riesgo a cero”.
El hombre más rico de China, que también es miembro del Partido Comunista (PCCh), se reservó algunas balas entonces contra los bancos tradicionales, de los que afirmó que se dirigen como “casas de empeño” para defender la necesidad de canales alternativos de financiación como los que ofrece Ant a través de su plataforma Alipay.
Días después, los reguladores chinos llamaron a capítulo a Ma y a directivos de Ant y publicaron una nueva normativa mucho más restrictiva para las ‘fintech’, algo que llevó a algunos expertos a especular con que el empresario ya conocía el contenido de esa nueva regulación y estaba tratando de forzar una renegociación de sus términos mediante una crítica pública, algo no excesivamente común en una figura de tan alto perfil en China.
En las últimas semanas, tanto la prensa estatal como altos cargos de los organismos reguladores han criticado esas vías de financiación, asegurando que la innovación financiera es una “espada de doble filo” y que algunas de las empresas del sector, sin apuntar directamente a Ant, operan “infringiendo las normativas bajo la bandera de la innovación, provocando enormes riesgos financieros y sociales”.
Ante las embestidas de Pekín, Ant decidió rebajar los límites de crédito a los usuarios más jóvenes de su servicio de tarjetas virtuales Huabei y Ma, según el diario estadounidense The Wall Street Journal, y habría ofrecido a las autoridades que tomasen control de cualquiera de las plataformas de la compañía “siempre y cuando el país las necesite”.
El fundador del gigante del comercio electrónico Alibaba y hombre más rico de China merced a su fortuna de US$65.600 millones, Jack Ma, no aparece en público desde finales de octubre de 2020, semanas en las que se ha deteriorado la relación entre Pekín y el conglomerado que creó.
En las últimas semanas la prensa internacional ha especulado con el paradero de Ma -llegando a emplear el término “desaparecido”- mientras los medios oficiales chinos mantienen un coordinado mutismo que coincide con informaciones sobre supuestas órdenes de Pekín de no dar cobertura mediática a la investigación antimonopolio abierta recientemente contra Alibaba.
Sin embargo, fuentes conocedoras de la situación explicaron que Ma está tratando de mantener un “perfil bajo” y que “está bien”, al tiempo que calificaron los rumores de que ha sido detenido o de que las autoridades le han prohibido salir del país de “infundados”.
En noviembre, Ma no participó en el jurado del programa de televisión que él mismo fundó, “Los héroes de los negocios en África”, y fue reemplazado por otro directivo de Alibaba, lo que hizo saltar esas alarmas dados sus aparentes roces con el Gobierno chino en los últimos tiempos.
Persistente especulación
En los últimos años, algunas de las figuras más conocidas en China han “desaparecido” tras cometer delitos o mantener disputas con las autoridades para luego reaparecer meses después, como es el caso de la popular actriz Fan Bingbing, de la que no se supo nada durante varios meses en 2018 tras un caso de evasión fiscal.
No obstante, Ma parece estar intentando no causar más revuelos ante la mano dura de Pekín, que en noviembre forzó la suspensión de la salida a bolsa de la tecnofinanciera (‘fintech’) de Ma, Ant Group, que iba a ser la mayor operación de este tipo de la historia.
Sea como sea, Ma, una figura pública que no rehúye las cámaras ni los micrófonos -grabó su propia película de kung-fu y apareció en un escenario imitando a Michael Jackson durante un evento de empresa-, no ha querido salir al paso de los rumores, y tampoco lo han hecho de manera oficial Alibaba ni Ant.
Lo que sí han hecho ambas firmas es emitir varios comunicados en los que aseguran que sus operaciones mantienen la normalidad y que colaborarán con las autoridades.
Cabe recordar que Ma dejó la presidencia de Alibaba en 2019 -20 años después de su fundación- y que no tiene ningún cargo ejecutivo en Ant, aunque que sí que es accionista mayoritario de esta.
Mientras tanto, en redes sociales chinas como la popular Weibo, equivalente a Twitter, su vasta legión de seguidores pide al emprendedor, conocido popularmente como “profesor Ma” por su pasado profesional en la enseñanza de inglés, que dé alguna pista de su paradero, mientras que sus detractores le tildan de “capitalista” sin escrúpulos y aseguran que “será castigado”.
Y en el buscador Baidu -equivalente a Google- las predicciones al escribir Ma Yun (su nombre en chino) pasan por “Jack Ma se exilió”, “Jack Ma sentenciado a prisión” o “Jack Ma, desaparecido”, lo que muestra que la especulación es persistente entre los ciudadanos del país asiático.
Críticas e intentos de calmar las aguas
Justo antes de la fallida salida a bolsa de Ant, Ma levantó gran polémica en China al pronunciar un discurso en el que criticaba duramente la estrategia de China de minimizar riesgos en el sector financiero, asegurando que “la innovación siempre viene acompañada de riesgos” y que “el mayor riesgo es cuando intentas minimizar el riesgo a cero”.
El hombre más rico de China, que también es miembro del Partido Comunista (PCCh), se reservó algunas balas entonces contra los bancos tradicionales, de los que afirmó que se dirigen como “casas de empeño” para defender la necesidad de canales alternativos de financiación como los que ofrece Ant a través de su plataforma Alipay.
Días después, los reguladores chinos llamaron a capítulo a Ma y a directivos de Ant y publicaron una nueva normativa mucho más restrictiva para las ‘fintech’, algo que llevó a algunos expertos a especular con que el empresario ya conocía el contenido de esa nueva regulación y estaba tratando de forzar una renegociación de sus términos mediante una crítica pública, algo no excesivamente común en una figura de tan alto perfil en China.
En las últimas semanas, tanto la prensa estatal como altos cargos de los organismos reguladores han criticado esas vías de financiación, asegurando que la innovación financiera es una “espada de doble filo” y que algunas de las empresas del sector, sin apuntar directamente a Ant, operan “infringiendo las normativas bajo la bandera de la innovación, provocando enormes riesgos financieros y sociales”.
Ante las embestidas de Pekín, Ant decidió rebajar los límites de crédito a los usuarios más jóvenes de su servicio de tarjetas virtuales Huabei y Ma, según el diario estadounidense The Wall Street Journal, y habría ofrecido a las autoridades que tomasen control de cualquiera de las plataformas de la compañía “siempre y cuando el país las necesite”.