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Cementos Argos presentó este viernes una nueva variedad de cemento que, según la compañía, permite una reducción de 30 % en las emisiones de CO2 durante su proceso de producción; las cifras de la empresa también hablan de un ahorro de 38 % en el consumo de energía durante la fabricación del producto.
De acuerdo con Tomás Restrepo, vicepresidente de la regional Colombia de Argos, este giro hacia una mayor sostenibilidad se logra mediante el reemplazo del clínker con arcillas activadas térmicamente.
Uno de los problemas ambientales en la fabricación del cemento tiene que ver con las emisiones de carbono que se producen en la generación del clínker, un material que se logra al calcinar calizas y arcillas a más de 1.300 grados centígrados. El clínker, a su vez, es uno de los componentes principales del cemento Portland, quizá el más popular en el mundo.
Al emplear este tipo de arcillas se reduce el uso de clínker y así es que Argos calcula la reducción del pasivo ambiental de este producto. Anualmente, se fabrican más de 4.000 millones de toneladas de cemento en todo el mundo y, en este proceso, se genera el 8 % de las emisiones de CO2 a nivel global, de acuerdo con cifras del instituto de pensamiento inglés Chatham House.
Reducir la cantidad, o necesidad, del clínker en el cemento es, según Restrepo, uno de los sueños de la industria a nivel global. “La idea es, claro, evitar la descarbonatación. Y llegamos a esta idea en un viaje y hablando con una red de investigación en Suiza en la que se preguntaban justamente si era posible un cemento sin clínker, pero pues esto tiene unos retos de química”. Y agrega “podemos seguir intentando llegar a cero y gastarnos muchos años en eso, pero si toda la industria comienza por lo menos con una reducción de 38 % en emisiones de CO2, ahí sí que comenzamos a apoyar los compromisos de la COP21 de evitar que la temperatura del planeta suba dos grados”.
Restrepo cuenta que todo el proceso de investigación y desarrollo lleva unos tres años hasta hoy, cuando la cementera tiene montada una línea de activación térmica de arcillas con una capacidad de producción de 450.000 toneladas por año. Esta instalación se encuentra en la planta de Río Claro, ubicada en la vía entre Medellín y Bogotá, que a su vez tiene un potencial anual para sacar 2,3 millones de toneladas de cemento. En el proyecto se han invertido US$78 millones y el montaje de la línea, dice Argos, generó más de 600 empleos.
Según Juan Esteban Calle, presidente de Cementos Argos, el nuevo producto cuenta con las mismas características técnicas que el cemento tradicional, pero tendrá una huella de carbono sustancialmente menor. “El uso de estas arcillas tiene el potencial de impulsar a toda la industria en mitigación de cambio climático. Y lo bueno es que están disponibles en zonas tropicales, en donde tenemos plantas desde el sur de Estados Unidos, pasando por Centroamérica y llegando a Colombia. Con los años que tenemos de investigación y desarrollo creo que podemos señalarle a la industria un camino hacia el futuro”.