La desigualdad de género pasa factura en las pensiones: ¿qué se puede hacer?
La probabilidad de que una mujer se pensione es 11 puntos porcentuales más baja que la de un hombre. Los obstáculos en el mundo laboral se perpetúan en la jubilación. ¿Bajar las semanas es suficiente? ¿Hay más opciones? Un informe que se presenta este jueves da algunas pistas.
Pensionarse en Colombia es difícil, solo lo logra una de cada cuatro personas mayores, pero es todavía más difícil para las mujeres. Desentrañar el lenguaje académico, las cifras y los tecnicismos es clave ahora mismo, considerando que el Congreso está discutiendo la propuesta de reforma pensional del gobierno de Gustavo Petro. Más allá de la coyuntura hay una realidad a veces difícil de procesar: cada día estamos más cerca de la vejez. Para cuando llegue ese momento, ¿tendremos una pensión?
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Pensionarse en Colombia es difícil, solo lo logra una de cada cuatro personas mayores, pero es todavía más difícil para las mujeres. Desentrañar el lenguaje académico, las cifras y los tecnicismos es clave ahora mismo, considerando que el Congreso está discutiendo la propuesta de reforma pensional del gobierno de Gustavo Petro. Más allá de la coyuntura hay una realidad a veces difícil de procesar: cada día estamos más cerca de la vejez. Para cuando llegue ese momento, ¿tendremos una pensión?
Este jueves se presenta en la Universidad de los Andes el informe “Protección económica en la vejez de las mujeres en Colombia”, escrito por Natalia Ramírez Bustamante, Óscar Becerra, Juana Piñeros Ruiz, Ana María Tribín y Daniela González. El documento explica por qué las mujeres tienen menos probabilidad de pensionarse que los hombres y analiza los caminos que se pueden tomar para cerrar esa brecha de género. Las desigualdades que enfrentan las mujeres en el sistema pensional han sido poco estudiadas en el país, por eso este insumo es relevante.
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En desventaja
La probabilidad de que una mujer mayor acceda a una pensión de vejez es 11,7 puntos porcentuales menor que la de un hombre: mientras el 24,9 % de los hombres en edad de jubilación cumplen los requisitos, solo lo logra el 13,2 % de las mujeres. Al analizar el acceso a los beneficios pensionales del sistema (incluyendo riesgos de vejez, invalidez o sobrevivencia) la brecha es de 10,6 puntos.
La cobertura muestra que el sistema pensional en Colombia no está cumpliendo con su función, pero, ¿por qué las mujeres están en desventaja? Los obstáculos en el mercado laboral, que hacen que esta población participe menos, pasan factura a la hora de pensionarse. Las diferencias en las trayectorias laborales tienen varias causas, pero una de las más relevantes, que también destaca el informe, es la influencia que tienen los roles de género tradicionales, “en los que se espera que las mujeres asuman una mayor responsabilidad en el cuidado de las personas y las tareas domésticas no remuneradas”.
Para la muestra un botón: las mujeres destinan en promedio cuatro horas y cuarenta minutos más al día que los hombres a actividades de trabajo no remunerado en Colombia. Esa sobrecarga tiene implicaciones, por ejemplo hay más incentivos para que quienes asumen las responsabilidades de cuidado tengan empleos informales por la flexibilidad horaria, también es más frecuente que las mujeres reduzcan sus jornadas laborales o tomen licencias no remuneradas para cuidar a sus hijos.
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Incluso entre quienes logran tener un empleo formal hay diferencias por la brecha salarial. Con niveles educativos similares, las mujeres reciben entre 17,5 y 28,8 % menos ingresos que los hombres, según datos de 2021 del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana. Es decir, no solo hay una brecha en el acceso a la pensión, sino también en los montos de las pensiones.
El informe muestra que el ingreso base de cotización promedio es similar en los primeros años, pero luego la tendencia cambia. Las mujeres cotizan sobre un ingreso 6,4 % menor que los hombres entre los 33 y 56 años. Al final del día todo esto se traduce en pensiones más bajas: la mayoría de las mesadas en el país son inferiores a dos salarios mínimos, pero hay más mujeres en este rango, mientras que en las pensiones más altas hay más hombres.
Toda esa desigualdad se perpetúa en el sistema pensional. Para jubilarse en Colombia, básicamente, hay que cumplir el requisito de edad (57 años para las mujeres y 62 para los hombres) y de semanas (en Colpensiones se necesitan 1.300, en las administradoras de fondos de pensiones (AFP) las personas se pueden pensionar con mínimo 1.150). Bajo las reglas actuales, las mujeres tienen la desventaja, tanto en Colpensiones como en las AFP. En el caso de estas últimas, al calcular el monto de la pensión se “castiga”, por decirlo así, la expectativa de vida (que suele ser mayor entre las mujeres) porque el dinero ahorrado debe durar más tiempo.
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Además, el informe destaca que si bien la diferencia en la edad busca beneficiarlas, en la práctica implica que tienen menos años para cotizar la misma cantidad de semanas que los hombres. Con esa consideración, la Corte Constitucional ordenó reducir el requisito de semanas de cotización para las mujeres, una medida que está incluida en la reforma pensional. La iniciativa establece que la cifra irá bajando gradualmente desde las 1.300 semanas que se exigen hoy hasta 1.000 semanas en enero de 2026.
¿Y los no pensionados?
En Colombia Mayor, un programa que entrega $80.000 mensuales a personas mayores en condición de vulnerabilidad, la cobertura es similar para hombres y para mujeres. El último estudio de impacto (2015-2016) mostró que el ingreso logró mejorar las condiciones de vida de las personas mayores; gracias a ese dinero, muchos pudieron desayunar, almorzar o comer. El informe señala que aunque el subsidio “ayuda a mitigar en parte esta ausencia de cobertura del sistema contributivo”, el alcance es limitado.
Prosperidad Social anunció que el subsidio de Colombia Mayor aumentará a $225.000 para cerca de 517.000 personas mayores de 80 años que forman parte de este programa. La meta del Gobierno es que se apruebe la reforma pensional, que en el pilar solidario beneficiaría a las personas que no logren tener una pensión (a los 65 años los hombres y a los 60 años las mujeres) con una renta básica que corresponderá, como mínimo, a la línea de pobreza extrema.
Según cifras del DANE, el 31 % de las mujeres y el 13 % de los hombres mayores de 60 años no recibieron ningún tipo de ingreso en 2022. El informe encontró que una parte importante de la protección económica de estas personas las asumen sus familias, en especial en los casos de mayor vulnerabilidad, y que programas institucionales como Colombia Mayor también cumplen un papel importante.
Hay diferencias entre los hombres y las mujeres, mientras que los primeros tienden a retrasar su salida del mercado laboral, las segundas cuando no perciben ingresos suelen vivir con familiares más jóvenes y cuando perciben ingresos dependen de transferencias de otros hogares e institucionales.
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Las opciones para cerrar la brecha
La investigación analizó varias medidas, y dos de ellas se destacaron por sus resultados: la reducción del número de semanas para alcanzar una pensión para las mujeres y la expansión de los esquemas no contributivos. En el caso de la primera opción, que contempla la reforma y que es una orden de la Corte Constitucional, el informe señala que no cierra las brechas de ingresos y sigue manteniendo, en general, la cobertura en niveles bajos. La segunda, que está contemplando el Gobierno en el pilar solidario, “tiende a ser más efectiva para aumentar la cobertura y cerrar la brecha total del sistema”, incluso sin un enfoque explícito de género.
Las dos opciones son viables, eso sí, tienen costos fiscales significativos. Si se llegan a implementar ambas, el valor presente neto de las transferencias públicas para el sistema de pensiones entre 2025 y 2070 se incrementaría en cerca del 70 % del PIB.
Al final, quienes escribieron el informe concluyen que hay otros dos elementos necesarios para reducir la brecha y mejorar la proyección para las personas mayores: el primero es abordar las desigualdades en el mercado laboral, que pasa por promover la igualdad salarial y la redistribución de las labores de cuidado, y el segundo es complementar esas discusiones económicas con otros temas que afectan a la población mayor, como la adaptación del sistema de salud.
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Por ahora la propuesta de un sistema de pilares que propone el gobierno Petro sigue estancada. Fue aprobada en primer debate en junio, por la Comisión Séptima del Senado, y a finales de febrero se empezó a discutir en segundo debate, en plenaria del Senado, pero sin mayores avances. La discusión hoy se concentra en el pilar contributivo, ya que toda la población pasaría a cotizar en Colpensiones hasta tres salarios mínimos y de ahí en adelante a alguna de las AFP.
Lo cierto es que en un país que se está envejeciendo (en 1950 las personas mayores de 65 años representaban el 3,5 % de la población total, para 2025 será el 11 % y en 2050, el 20 %) hablar de los problemas de las pensiones y cómo resolvernos es vital.
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